El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, fue trasladado este 5 de junio de 2025 desde la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, hacia la Cárcel 4 de Quito, en cumplimiento de una orden judicial emitida por la Corte Nacional de Justicia (CNJ). El movimiento fue confirmado por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) mediante un comunicado oficial difundido en sus canales digitales.
Según el SNAI, el objetivo del traslado fue asegurar la presencia física de Glas en la audiencia de juzgamiento por el caso Reconstrucción de Manabí, que se instaló la mañana de este viernes 6 de junio en el octavo piso del edificio de la CNJ, en el norte de Quito. El exvicepresidente llegó a paso lento y fuertemente custodiado por un contingente de policías de élite, como se pudo observar en imágenes difundidas por Ecuador Chequea en la red social X (antes Twitter).
La diligencia judicial es presidida por un tribunal conformado por los jueces Mercedes Caicedo (ponente), Marco Rodríguez y Javier de la Cadena. La Corte verificó la presencia de los sujetos procesales antes de iniciar la diligencia. Mientras que, según publicó La Hora, la defensa de Glas pidió que no se instalara la audiencia de juicio, porque aún no se ha realizado la pericia psiquiátrica solicitada para su defendido.
De acuerdo con información publicada por Ecuavisa, el traslado se efectuó alrededor de las 14:00 del jueves 5 de junio. Autoridades del sistema penitenciario confirmaron que se reforzaron las medidas de seguridad en la Cárcel 4, tanto en el perímetro externo como en el interior del recinto, para prevenir incidentes ante la llegada del exmandatario.
Glas permanecía en La Roca desde abril de 2024, luego de que fuerzas policiales ingresaran a la Embajada de México en Quito para detenerlo, un hecho que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre Ecuador y México. Durante su reclusión en ese centro, el exvicepresidente fue evacuado temporalmente de su celda en enero de 2025 como medida preventiva tras una serie de incidentes registrados dentro del penal.
El caso por el cual ahora comparece nuevamente ante la justicia está relacionado con presuntas irregularidades en el manejo de fondos públicos destinados a la reconstrucción de la provincia de Manabí tras el terremoto de 2016. La Fiscalía sostiene que hubo un esquema de peculado y uso indebido de recursos estatales durante la administración de Glas y otros exfuncionarios. En esta causa también figura el exsecretario de la Reconstrucción, Carlos Bernal.
La defensa del exvicepresidente había solicitado anteriormente que Glas no comparezca físicamente a la audiencia, alegando trastornos mentales y solicitando una medida sustitutiva. Sin embargo, el tribunal desestimó el pedido y dispuso que el procesado esté presente en el juicio.
Glas ya ha sido sentenciado en dos causas penales por corrupción: el caso Sobornos 2012-2016, que lo involucró junto con el expresidente Rafael Correa, y el caso Odebrecht, por el que fue hallado culpable de asociación ilícita. A pesar de ello, su figura continúa generando controversia política y mediática, especialmente tras su captura en la embajada y la negativa del gobierno de Daniel Noboa de emitir un salvoconducto para su salida del país.
La audiencia de este 6 de junio marca un nuevo capítulo judicial para el exvicepresidente. La Fiscalía espera presentar evidencias que sustenten el uso indebido de recursos destinados a la emergencia nacional, mientras que la defensa de Glas insiste en que se trata de una persecución política.
Según el comunicado del SNAI, como organismo técnico del Sistema Nacional de Rehabilitación Social, la institución “es responsable de dar cumplimiento a las disposiciones emitidas por la autoridad judicial competente” y, por tanto, facilitó el traslado en estricto apego a la resolución judicial.
Este nuevo proceso podría extenderse durante varias semanas, dependiendo del avance de la presentación de pruebas y alegatos. Entretanto, Glas permanecerá recluido en la Cárcel 4, considerada de menor riesgo y destinada a detenidos con perfil de seguridad media, en contraste con La Roca, una prisión de máxima seguridad reservada para líderes de estructuras del crimen organizado.