Pintada de rojo intenso es como quedó la yerba mate en el “semáforo” con que Coninagro mide mensualmente el comportamiento de las economías regionales. Este color indica que el sector está en crisis. La caída de los precios de la hoja verde puso a los productores en una situación crítica: muchos no logran cubrir los costos de producción, lo que los obliga a reducir su actividad, dejar de invertir y hacer esfuerzos por mantener sus plantaciones activas. Algunos, inevitablemente, quedarán en el camino. Según Coninagro, los precios de la hoja verde están casi al mismo valor que en 2023.
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Así lo explicó Orlando Stvass, productor yerbatero y tesorero de Coninagro. El dirigente explicó que la situación actual es complicada debido a que la oferta de materia prima ha superado la demanda. “Estimamos que este año, aunque aún faltan los datos oficiales, la producción será un 30% mayor que el año pasado. En 2023 se produjeron 770 millones de kilos, y este año proyectamos llegar a los 1000 millones”, indicó.
Hasta marzo pasado, la producción de yerba mate se mantenía en equilibrio. Sin embargo, las condiciones climáticas cambiaron el panorama. “La producción prácticamente se duplicó debido a las lluvias y el clima favorable que tuvimos a finales de 2023 y principios de 2024, lo que provocó un aumento significativo en la oferta de materia prima”, señaló.
Este aumento en la producción trajo consigo una consecuencia directa: la caída de los precios. “Los precios de la hoja verde bajaron entre un 20% y un 40%, dependiendo de la zona y de la oferta disponible”, explicó. A principios de año, el precio de la hoja verde rondaba los $370 por kilo, pero terminó en un promedio de $300, e incluso en algunas zonas llegó a $280 o menos. “Hubo casos donde el precio cayó hasta $100 por kilo”, agregó.
La situación se complicó aún más con el incremento del ajuste salarial, que fue del 40%. “Este ajuste fue razonable, ya que los salarios venían con un desfasaje, pero impacta en los costos de la cosecha. En promedio, la mano de obra representa el 50% de los costos totales en septiembre”, explicó.
A esto se suman otros incrementos, como los insumos y el combustible. “Los fertilizantes, que se aplican en esta época del año, subieron considerablemente hasta septiembre. Aunque hubo una leve baja -cuando se redujo el Impuesto PAIS-, los precios siguen siendo altos, y muchos productores ya habían comprado insumos a precios elevados”, detalló.
La sobreoferta de yerba mate, combinada con el aumento de costos y la caída de precios, puso en una situación límite a muchos productores, especialmente a los pequeños. “El productor no aplica insumos, reduce su actividad, no invierte, trata de mantener sus plantaciones para que, cuando haya demanda, esté vigente su producción y pueda producir lo que el mercado demanda”, explicó. “Lamentablemente, muchos quedarán en el camino”, agregó.
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La planta de yerba mate es un árbol perenne cuyo periodo de cosecha va de diciembre hasta septiembre del siguiente año. Dependiendo de la época, se realizan distintos tipos de corte, pero la cosecha está prohibida en octubre y noviembre, según lo establece el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), por razones ecológicas y de calidad. Es en esos meses cuando la planta atraviesa su mayor fase de rotación de hojas, y la yerba mate debe cosecharse con hojas maduras para garantizar un producto de buena calidad.
Según detalló, en Corrientes hay unos 600 productores, principalmente en la zona de suelos rojos, con unidades productivas de unas 50 hectáreas en promedio. En Misiones, el número de productores es mayor, con alrededor de 12.000, pero sus parcelas suelen ser más pequeñas, de unas 25 hectáreas.
Se publicó el 22 de octubre