La apreciación cambiaria que registró la Argentina en el último tiempo ubicó al peso en un particular podio: es la segunda moneda más apreciada del mundo, según los últimos números del Índice Big Mac, publicado por la revista de The Economist. En la cima del ranking, que compara el precio de la célebre hamburguesa en distintos países del mundo, se ubica el franco suizo.

“La Argentina inevitablemente se va a poner más cara en dólares”, anticipó a fines de 2024 el ministro de Economía Luis Caputo, al confirmar una de las consecuencias advertidas del esquema económico en marcha. Con índices de inflación por encima del ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, los precios subieron no solo en pesos, sino también medidos en dólares.

El peso argentino está 20% sobrevaluado, según el Índice Big Mac de The Economist

Eso se refleja también en el Índice Big Mac, que mide los precios de venta de la hamburguesa en diferentes países. De acuerdo con este relevamiento, el peso está al menos un 20% sobrevaluado con respecto al dólar.

Es que, en promedio, el Big Mac se vende en Estados Unidos a US$5,79, mientras que en la Argentina, su valor es de $7300, que equivale al tipo de cambio oficial a alrededor de US$6,95.

El 20% de sobrevaluación del peso surge de comparar el tipo de cambio oficial con el cambio implícito, que a su vez resulta de contrastar los precios de la hamburguesa ambos países: a $1260,79 por dólar (un valor más cercano al blue, que se ubica hoy en $1225), el Big Mac tendría el mismo valor de venta en la Argentina y Estados Unidos.

Solo por encima del peso argentino se ubica el franco suizo: en Suiza, el Big Mac cuesta 7,20 francos, equivalente a alrededor de US$7,99, lo cual implica una apreciación teórica del 38% en el valor de la moneda.

El podio lo completa Uruguay. En ese país, el precio de venta del Big Mac es de 299 pesos uruguayos, que al tipo de cambio oficial vigente en ese país equivale a US$6,91. En el último tiempo, ese país encabezaba el listado de los países de la región con moneda más apreciada, pero este año fue desplazado por la Argentina.

De acuerdo con el relevamiento de The Economist, solo otra tres monedas están teóricamente sobrevaluadas frente al dólar estadounidense. Se trata de la corona noruega (15,3%), el euro (2,3%) y el colón de Costa Rica (1,9%).

A la inversa, Taiwán (58,8%), Indonesia (56,2%), India (54,8%), Egipto (53,6%) y Sudáfrica (52%) tienen los tipos de cambio más subvaluados.

En la región, los casos más distinguidos son los de Guatemala (30,7%), Brasil (30,5%), Honduras (28,8%), Nicaragua (22,7%), Perú (21,8%) y Chile (21,5%).

Cómo funciona el Índice Big Mac

Inventado en 1986, este indicador se creó como un intento de cotejar la evolución de las cotizaciones de diferentes monedas en el mundo y evaluar si están en el nivel “correcto” o, por el contrario, están sobrevaluadas o subvaluadas.

Está basado en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA), que afirma que el tipo de cambio, en un contexto libre de intervenciones o regulaciones, debería tender a un nivel de equilibrio que “igualaría los precios de una cesta idéntica de bienes y servicios en dos países cualesquiera”. En el caso de The Economist, se toma como referencia el Big Mac, por ser un producto que se vende casi idéntico en todos los países donde está presente la cadena de comidas rápidas McDonald’s.

Una tienda donde se vende el Big Mac

En los años de gestión de Cristina Kirchner y Guillermo Moreno como secretario de Comercio, la hamburguesa protagonizó un episodio singular. Para evitar que el Big Mac Index reflejara el atraso cambiario de esos años, en épocas de índices de inflación oficiales intervenidos, el precio de venta de esta hamburguesa fue mantenido a niveles bajos, y llegó a no ser exhibida en las carteleras de las sucursales de la empresa de comida rápida.

Además, el índice toma otra versión, donde ajusta los precios por el PBI de los países. Es una forma de registrar las diferencias entre economías diversas y los diferentes niveles de ingreso y productividad: en los países más ricos, es de esperar que los precios sean más altos, porque el precio de los servicios y los salarios es mayor.