El Gobierno cerró hoy su año financiero teniendo que prepararse para hacer frente a unos $800.000 millones -un 8% de la liquidez que mantiene resguardada en cuentas del Banco Central (BCRA)- para honrar los vencimientos de deuda en pesos más próximos que enfrenta y consiguiendo una reducción apenas marginal de la factura de pago que le tocará pagar a fin de enero, al cosechar el canje que propuso una adhesión algo inferior al 20%.
Eso sucede porque, ante vencimientos esta semana por unos $6,2 billones (otros $0,3 billones caducan a fin de mes), sólo consiguió tomar del mercado $5,40 billones (87%), aunque habiendo recibido ofertas de compra por un total de $5,95 billones. Este último dato demuestra que buscó “cuidar” las tasas validadas (que igualmente estuvieron por encima de las vigentes en el mercado) ahora que se confirmó que la inflación marcó en noviembre un nuevo “piso” del 2,4% y que el BCRA además podó las tasas de referencia del 35 al 32% hace una semana.
La Secretaría de Finanzas anuncia que en la licitación de hoy adjudicó $5,40 billones habiendo recibido ofertas por un total de $5,95 billones.
Así también, en la licitación de conversión se adjudicó valor efectivo equivalente de $0,66 billones (participación de 19,47%).
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— Pablo Quirno (@pabloquirno) December 11, 2024
Además, en la licitación de conversión, se adjudicó “un valor efectivo equivalente de $0,66 billones (participación de 19,47%), ”lo que posibilitó una extensión de vida promedio ponderada de 0,55 años” de esa deuda y una reducción de 51,28 puntos en la tasa promedio ponderada de los títulos emitidos en reemplazo de la Letra de Capitalización (Lecap) canjeada que se ubicó en el 38,84%, según detalló el secretario de Finanzas y flamante encargado de Relaciones Económicas Internacionales, Pablo Quirno, en su ya habitual posteo de la red X.
El resultado de la subasta no llamó la atención de los analistas, que venían advirtiendo que el monto por renovar implicaba un desafío en medio del tradicional “pico” en la demanda de pesos que se registra en esta época del año.
Sin embargo, algo los sorprendió, sobre todo, tomando en cuenta que el Tesoro había ofrecido un menú claramente “colonizado” por instrumentos a tasa fija (aquellos que había venido escamoteando semanas atrás) y que el apetito del mercado por esos papeles sigue siendo elevado en medio de un dólar estabilizado y ofrecido, y cuando se espera, además, que el Gobierno reduzca a la mitad próximamente la tasa de ajuste del crawlig-peg.
“La licitación terminó saliendo en línea con los rendimientos de ayer y con un importante premio versus el cierre de hoy gracias al dato de inflación de noviembre por debajo de lo esperado [dato que salió después del cierre de la subasta]”, apuntó al respecto el analista Javier Giordano.
La preferencia de los inversores por este tipo de papeles quedó a la vista otra vez hoy si se observa que el 90% del dinero captado por el Tesoro proviene de las (3) Letras y (1) Bono de Capitalización (Boncap) que ofreció por vencer en 124, 230, 291 y 420 días, aunque más de la mitad de ese total -a su vez- fue captado mediante la Lecap más corta que validó una tasa del 2,93% mensual.
Los restantes $345.000 millones los aportaron los inversores que eligieron para sus carteras el Boncer (con capital ajustado por inflación por vencer a fin de marzo del 2026), ya que la licitación por el mismo bono -pero por caducar un año más tarde- fue declarada “desierta”. Ese papel se colocó con un rendimiento del 9,36% por sobre la inflación que se registre en los próximos 18 meses.