Caputo realizará otra emisión de deuda este lunes para absorber pesos sobrantes (AFP)

Este lunes será un día decisivo para la marcha del plan económico, cuando el Gobierno ejecute la última serie de medidas que tomó para intentar que el mercado vuelva a operar sin tensiones y volatilidad en la tasa de interés y, potencialmente, el dólar. Encenderá la “aspiradora” de pesos a máxima potencia para absorber todos los pesos que “sobraron” de la licitación de deuda del miércoles pasado.

Se trata del último reajuste que hizo el equipo económico a su programa económico, que encontró en la parte monetaria una serie de desafíos complejos desde hace algo más de un mes cuando desarmó las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi) con las que manejaba la cantidad de pesos en la economía.

Su eliminación inyectó una buena cantidad de pesos a la economía y desató una secuencia de reacciones bruscas: un desplome de las tasas de interés primero, un recalentamiento del mercado cambiario luego, y semanas después una escalada en el costo financiero que todavía se mantuvo hasta el fin de esta semana.

Quedó, como pregunta sobrevolando en el mercado, si el Gobierno decidió priorizar de manera definitiva la estabilidad con el dólar aún con un costo a pagar en términos de tasa de interés y, por consiguiente, de actividad económica en los meses previos a las elecciones legislativas. Infobae consultó a analistas para tomar la temperatura de la expectativa en el mercado.

Por lo pronto, la última licitación de deuda en pesos cerró con un rollover del 60%, lo que dejó fuera de la operación unos 5,7 billones de pesos. Para distintos analistas, el bajo nivel de renovación estaba dentro de lo esperado: gran parte de los títulos del Tesoro están en manos de bancos que requerían liquidez inmediata para cumplir con las nuevas exigencias de encajes.

Esa misma noche, el Gobierno informó que este lunes realizará una licitación adicional, fuera del calendario habitual, y adelantó que modificará el esquema de encajes para que las entidades financieras puedan integrar parte de ellos con títulos del Tesoro. “Con esta resolución, se amplía la posibilidad de que los bancos utilicen sus tenencias de deuda pública para cumplir con los requisitos regulatorios”, explicaron fuentes oficiales.

En el mercado, el resultado fue interpretado como una muestra de cierto desorden en la conducción monetaria. Operadores recordaron aquel desarme de las LEFI en julio, que liberó 10 billones de pesos, y señalaron que ese flujo todavía presiona sobre el sistema.

Desde GMA Capital remarcaron que “la incertidumbre en torno a la política monetaria y cambiaria, particularmente por el manejo de tasas, podría empezar a reflejarse en los precios con algo de rezago en agosto y septiembre”. La consultora señaló que el Gobierno absorberá los pesos excedentes con una licitación para bancos y un aumento de encajes, lo que mantiene el sesgo contractivo. Además, precisaron que la licitación extraordinaria del lunes estará compuesta exclusivamente por una letra TAMAR (es decir, que pagar la tasa de los plazos fijos mayoristas) con vencimiento a fines de noviembre, una herramienta que “seca la plaza de pesos al tiempo que ofrece cobertura frente a la volatilidad de tasas”.

Un reporte de PxQ repasó que el programa libertario se propuso “terminar con todas las fuentes de emisión monetaria” mediante ajuste fiscal, eliminación de puts y pasivos remunerados del BCRA. Sin embargo, la cancelación de las LEFI derivó en que el Banco Central emitiera el equivalente al 30% de la base monetaria para pagarlas. “La creación de una nueva ventanilla de liquidez es un reconocimiento tácito de que el esquema de agregados no funcionó y que los niveles y volatilidad de tasas eran insoportables para la política monetaria”, advirtió el trabajo.

La Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia evaluó que la salida de las LEFI buscaba alargar plazos aprovechando la baja de la inflación, pero que “era imposible hacerlo sin tensión cambiaria”. En palabras del informe, “lograr el beneficio sin la tensión no fue posible, y el resultado fue más tasas, menos liquidez y más complicaciones para la economía real, principalmente para las empresas”. El análisis agregó que el Tesoro también podría estar sufriendo el impacto, al enfrentar renovaciones de deuda a mayores tasas y menores plazos, junto con la absorción de “pesos excedentes” que son considerados innecesarios para la estabilidad cambiaria, pero imprescindibles para el funcionamiento productivo.

Bausili y Caputo dieron sus opiniones sobre las últimas medidas el jueves por la noche en el canal de streaming Carajo

Desde Banco Comafi subrayaron que el equipo económico “afirma que esterilizará todo exceso de liquidez que no esté justificado por un aumento de la demanda de dinero”. Sobre la regla de oferta monetaria transaccional, algo sobre lo que el equipo económico se pronunció sobre el cierre de la semana, recordaron que según Luis Caputo “no hay que esperar ninguna función de reacción con respecto a esto por parte del BCRA” y advirtieron que la falta de claridad sobre los agregados monetarios de referencia y los objetivos de política deja al sesgo restrictivo “atado a la dinámica del tipo de cambio y de los precios”.

Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Equilibra, sostuvo que “el plan es llegar a las elecciones con el tipo de cambio y la inflación lo más contenidos posible”. Sin embargo, alertó que el Tesoro está pagando tasas cada vez más altas que “pueden empezar a complicar el resultado financiero”. Según su análisis, después de los comicios podría ser necesario “convalidar un tipo de cambio más alto pero tasas reales más bajas” para reducir el costo de la deuda en pesos. También planteó que, pese a que el FMI flexibilizó la meta de acumulación de reservas netas, “es difícil que el Banco Central o el Tesoro compren dólares antes de las elecciones para no recalentar el tipo de cambio”, lo que obligaría a un cambio de estrategia posterior para cumplir con el objetivo.

Ricardo Delgado, director de Analytica, remarcó que “el Gobierno busca que la inflación empiece con 1 en septiembre y octubre” y que mantiene el dólar oficial estable para evitar impactos en precios. No obstante, consideró que el desarme de las LEFI fue “mala praxis” y que derivó en “un apretón monetario y suba de tasas” en un contexto en el que “la economía se estancó desde mayo”. A su entender, la actividad podría seguir debilitándose hasta las elecciones con el actual nivel de tasas, y las decisiones posteriores dependerán del resultado electoral: si es favorable, podría haber “cierto oxígeno” en el frente financiero; si no, será necesario un esquema distinto con “tipo de cambio más alto y varios meses de mayor inestabilidad”.

Por su parte, Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, describió el programa económico como pragmático y adaptable, pero condicionado por decisiones como la eliminación de las LEFI y la rápida apertura del cepo, que “están desequilibrando el corto plazo”. Según su visión, tras las elecciones será necesario recalibrar el plan para lograr “un tipo de cambio más equilibrado, financiamiento sostenible y mayor ingreso de dólares genuinos, no solo financieros sino también comerciales”.