Con un panorama demográfico en constante envejecimiento, los retos en el cuidado de las personas mayores en los Estados Unidos se agudizaron. Según el MIT News, actualmente la mediana de edad en el país es de 38.9 años, reflejando un notable incremento comparado con décadas pasadas.
El crecimiento de la población mayor de 65 años, que se estima pasará de 58 millones a 82 millones para el año 2050, afronta serios desafíos debido a la falta de personal sanitario disponible, el aumento de los costos en la atención médica y los cambios en las estructuras familiares tradicionales.
En este contexto, la tecnología se presenta como una aliada crucial en la búsqueda de soluciones efectivas y sostenibles para mejorar la calidad de vida de los ancianos. En este sentido, el desarrollo del Elderly Bodily Assistance Robot o E-BAR por un equipo de ingenieros del MIT se posiciona como un innovador avance.
Un enfoque hacia la robótica asistencial
El E-BAR, como detalla MIT News, fue diseñado para ofrecer apoyo físico a las personas mayores, con la capacidad de prevenir caídas, uno de los principales riesgos y causas de lesiones en adultos mayores de 65 años.
Esta invención se traduce en un conjunto de manillares robóticos que siguen al usuario, permitiéndole transitar por su hogar de manera independiente o apoyarse en caso de necesidad. El robot proporciona la fuerza necesaria para levantarse o sentarse, y cuenta con airbags laterales que se inflan rápidamente para evitar caídas.
El diseño del E-BAR busca atender las preocupaciones de muchos adultos mayores que tienden a subestimar los riesgos de las caídas o sobrevalorar estos riesgos, lo que a menudo resulta en una falta de ejercicio y un deterioro físico progresivo.
Tal y como explica Harry Asada, profesor de ingeniería en MIT, el concepto detrás del diseño es dar a los adultos mayores con problemas de equilibrio un apoyo robótico que les estabilice. “Los manillares van a cualquier lugar y proporcionan apoyo en cualquier momento que lo necesiten”, afirmó Asada.
Tecnologías innovadoras y diseño ergonómico
Actualmente, el E-BAR es manejado por control remoto; sin embargo, los investigadores están trabajando en automatizar gran parte de su funcionalidad, con el fin de que pueda seguir y asistir físicamente a los usuarios de manera autónoma. El equipo también está buscando formas de hacer que el dispositivo sea más delgado y maniobrable en espacios pequeños, afirmó MIT News.
En palabras de Roberto Bolli, diseñador del E-BAR y estudiante de posgrado en el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT, “cuidar de los ancianos es el próximo gran desafío”. Bolli destaca las tendencias demográficas que apuntan hacia una escasez de cuidadores y un creciente deseo por parte de los mayores de envejecer en su propio hogar, lo que hace de este campo un foco de profundo interés para la robótica y un área poco explorada en Estados Unidos.
El diseño de E-BAR se caracteriza por su base robusta de casi 100 kilogramos, optimizada para soportar el peso humano promedio sin riesgo de volcarse. Esta base está equipada con ruedas que permiten movimientos omnidireccionales, asegurando una movilidad fluida en cualquier dirección sin necesidad de girar.
Desde la base se extiende un cuerpo articulado de 18 barras interconectadas, que funcionan como una grúa plegable capaz de levantar a la persona de una posición sentada a una de pie y viceversa.
Pruebas en escenarios cotidianos
El equipo desarrollador, conforme informa MIT News, sometió al E-BAR a diversas pruebas de laboratorio utilizando voluntarios ancianos, demostrando su capacidad para asistir en tareas desafiantes como agacharse para recoger un objeto del suelo o estirarse para alcanzar algo en una estantería.
Además, el robot mostró efectividad al levantar al usuario sobre el borde de una bañera, simulando la acción de salir de ella, tarea que suele presentar dificultades para muchos ancianos.
Bolli expresó su entusiasmo al ver la tecnología aplicada a situaciones de la vida real y mencionó que el diseño del E-BAR resulta ideal para personas mayores que, aunque aún conservan cierto grado de fuerza muscular, necesitan dispositivos de asistencia para realizar las actividades diarias con seguridad.
Futuro de la asistencia tecnológica
Por otro lado, el MIT continúa avanzando en la creación de algoritmos de predicción de caídas, liderados por Emily Kamienski, una estudiante de posgrado en el laboratorio de Asada. Dichos algoritmos pretenden equipar a los robots con capacidades para responder en tiempo real a los riesgos de caída detectados.
Según Asada, la visión es que diferentes tecnologías puedan ofrecer niveles adaptativos de asistencia conforme cambian las condiciones del anciano, con el fin de brindar un soporte continuo y sin interrupciones adaptado al deterioro o cambios en la movilidad con el tiempo.