“Esto es muy emocionante, porque logramos algo que muchos decían que era imposible“, expresó el presidente estadounidense Donald Trump antes de dar inicio a la firma del tratado de paz entre Tailandia y Camboya en Kuala Lumpur, la capital de Malasia.
El primer ministro camboyano, Hun Manet, el primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakuly y el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, estuvieron presentes en la ceremonia. Frente a ellos, el líder republicano no dudó en enaltecer las guerras desaceleradas y finalizadas por su administración. «Dos grandes países, pero se enfrentaban. Quiero felicitar a los dos valientes líderes… por dar este paso monumental“, manifestó
El mandatario nortemaricano recordó que el conflicto “fue una de las primeras guerras” en las que se involucró a nivel internacional. “Me encanta hacerlo. Me encanta… no debería decir que es un pasatiempo, porque es mucho más serio que un pasatiempo, sino algo en lo que soy bueno y que adoro hacer”, expresó Trump al referirse a su papel en asuntos de política exterior y mediación internacional.
Trump elogió también a los líderes de Tailandia y Camboya por su “gran respeto mutuo” durante los esfuerzos para alcanzar el acuerdo de paz entre ambos países, destacando el contraste con otros conflictos globales.
“Lo que me alegra tanto es que los dos países con los que estamos tratando… se caen muy bien. No estoy acostumbrado a eso. Cuando hago estos tratos, normalmente hay mucho odio”, señaló Trump en referencia al reciente tratado impulsado por su administración en Medio Oriente entre el grupo terriorista Hamas e Israel.
Trump apuntó que esa sintonía entre los líderes facilitó el proceso de negociación: “Tienen un gran respeto mutuo, lo que lo hizo un poco más fácil”.
En comparación, el presidente estadounidense recalcó la marcada animosidad que existe entre Vladimir Putin y Volodimir Zelensky, líderes de Rusia y Ucrania: “Hay mucha mala sangre entre los dos presidentes, y no estoy hablando fuera de lugar cuando digo que es una situación muy, muy difícil”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó este domingo a Malasia para participar en la cumbre con líderes asiáticos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en el inicio de una gira que también tendrá otros dos destinos, Japón y Corea del Sur.
El Air Force One, avión presidencial de Estados Unidos, aterrizó este domingo en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur a las 09:53 hora local (01:53 GMT), tras realizar escalas técnicas para repostar en Qatar y Alemania.
Durante su visita de un día a Kuala Lumpur, la Casa Blanca confirmó que Trump se reunirá este domingo con su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien busca una reducción arancelaria en un encuentro a puertas cerradas.

Donald Trump arribará a Tokio este lunes y el martes se reunirá con Sanae Takaichi, la primera mujer en asumir como primera ministra de Japón. A diferencia de otras naciones, Tokio fue menos afectada por los aranceles impuestos por Trump, que busca corregir los acuerdos comerciales desfavorables para Estados Unidos.
El clímax de la gira será en Corea del Sur, donde Trump llegará a Busan el miércoles, confirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Allí, Trump mantendrá un encuentro con el presidente surcoreano Lee Jae Myung, participará en un almuerzo de APEC con líderes empresariales y cenará con ejecutivos estadounidenses del sector tecnológico. El Gobierno surcoreano, que busca cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos, evalúa otorgar a Trump la Gran Orden de Mugunghwa, la máxima distinción nacional, durante su visita.
Está previsto que al día siguiente se reúna con el presidente chino Xi Jinping, en lo que será su primer cara a cara desde que el republicano regresó al cargo. “La reunión será un punto de datos dentro de una continuidad existente más que un punto de inflexión en la relación”, opinó Ryan Hass, investigador de la Brookings Institution.