El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como una “terrible tragedia” el ataque registrado el domingo en Boulder, Colorado, durante un acto en apoyo a Israel, que dejó al menos ocho personas heridas.
“Los actos de terrorismo serán perseguidos con todo el peso de la ley. Este es otro ejemplo de por qué debemos mantener nuestras fronteras seguras y deportar a radicales ilegales y antiamericanos de nuestra patria”, escribió Trump en un mensaje publicado en la red social Truth Social.
El mandatario también responsabilizó al ex presidente Joe Biden, asegurando que el sospechoso del atentado ingresó al país “gracias a la ridícula política de fronteras” de su administración, la cual, según Trump, “ha dañado gravemente” a Estados Unidos. “Mi corazón está con las víctimas de esta terrible tragedia y con la gran gente de Boulder, Colorado”, concluyó.
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional informó que el atacante, identificado como Mohamed Sabry Soliman, es un ciudadano extranjero con un visado de turista vencido, quien solicitó asilo en septiembre de 2022.
El hombre, de 45 años, empleó un lanzallamas y cócteles molotov para atacar a varias personas durante el evento en solidaridad con los rehenes capturados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) en la Franja de Gaza.
Durante el ataque, Soliman fue escuchado gritando “Free Palestine (Palestina libre)”, lo que ha llevado a las autoridades a considerar el incidente como un crimen de odio con motivación antisemita, según informó la agencia de noticias AP.
El director del FBI, Kash Patel, calificó el suceso como un “ataque terrorista selectivo”. Las autoridades confirmaron que al menos ocho personas, de entre 52 y 88 años, resultaron heridas, y que, afortunadamente, no se registraron víctimas mortales.
“Lamentablemente, este tipo de ataques se están volviendo demasiado comunes en todo el país. Este es un ejemplo de cómo los perpetradores de violencia continúan amenazando a las comunidades en todo el país”, dijo Mark Michalek, agente especial a cargo del FBI en Denver.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó el ataque y expresó su solidaridad con las víctimas, manifestando su confianza en que la justicia estadounidense actuará con la máxima severidad. “El ataque fue dirigido contra personas pacíficas que deseaban expresar su solidaridad con los rehenes retenidos por Hamás, simplemente por ser judíos”, expresó el primer ministro.
Para Netanyahu, este tipo de agresiones violentas no ocurren de manera aislada, sino que son “consecuencia directa de los libelos de sangre contra el Estado y el pueblo judío”. Por su parte, el gobernador de Colorado, Jared Polis, calificó el hecho como un crimen intolerable y condenó firmemente lo ocurrido.
(Con información de Europa Press)