La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) dio un paso trascendental para modernizar el uso de drones en la Argentina a través de la resolución 550/2025. Impulsada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, esta nueva normativa, publicada el 8 de agosto en el Boletín Oficial, simplifica los requisitos técnicos y operativos para el uso de drones en todo el país, alineándose con estándares internacionales.

Sin embargo, el cambio en la reglamentación ha encendido una fuerte polémica entre instructores y la Cámara Argentina de Empresas de Drones y Afines (CAEDyA) debido a preocupaciones sobre la seguridad y el uso responsable de estos dispositivos.

Qué cambia con la normativa nueva

La desregulación implica un cambio sustancial frente a la normativa anterior. Previamente, se exigía el registro de equipos, licencias para operar y planes de vuelo. Ahora, esas exigencias se flexibilizan, permitiendo que drones de uso recreativo y comercial puedan volar sin necesidad de trámites previos, siempre que respeten limitaciones básicas de seguridad, como no operar cerca de aeropuertos o sobre multitudes.

La Resolución 550/2025, que modifica la resolución 880/2019, apunta a una aviación no tripulada más abierta y eficiente, sin descuidar la seguridad operacional. Esta apertura se detalla en las nuevas Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC) Partes 100, 101 y 102.

Se podrá volar drones de menos de 250 gramos en áreas urbanas y de hasta 25 kilos en áreas rurales, siempre bajo reglas de seguridad básicas. Además, la ANAC ha reemplazado el sistema único por dos categorías: abierta (de bajo riesgo), que no requerirá autorización previa si se cumplen condiciones mínimas de seguridad, y específica (para actividades de riesgo moderado o alto), que sí exigirá autorización previa.

Sturzenegger detalló que ya no se exigirá licencia para drones inferiores a 25kg, y en áreas rurales el uso será “totalmente libre”.

La imagen que eligió Federico Sturzenegger para ilustrar su posteo comunicando el cambio de regulación en la venta y uso de drones en la Argentina

Cada día aumentan las aplicaciones de drones en el campo, el comercio, para la entrega de medicamentos, la industria, etc. Por eso es clave un marco abierto y de libertad absoluta para el uso de la tecnología. En poco tiempo los drones vigilarán el ganado, sembrarán y fumigarán nuestros campos, serán el vehículo para el delivery de comida y para el comercio (pronto tendremos drone-puertos en cada hogar), incluso cuidarán nuestras fronteras», escribió Sturzenegger en la red social X, afirmando que es clave un marco abierto y de libertad absoluta para el uso de la tecnología en aplicaciones crecientes como el campo, el comercio, la entrega de medicamentos y la industria.

El gobierno busca así incentivar el crecimiento del sector con inversiones privadas, promoviendo la libertad económica y el desarrollo de nuevos empleos. Además, Sturzenegger apuntó al fin del “monopolio por el que una sola empresa estaba habilitada para dar cursos en ciertas categorías”, habilitando ahora a todos los instructores y Centros de Instrucción.

Pese a la visión de libertad, la desregulación ha generado alarma entre los especialistas. La Cámara Argentina de Empresas de Drones y Afines (CAEDyA), a través de un comunicado, manifestó preocupación por una norma que “presenta graves vacíos, contradicciones legales y riesgos operativos que, de no corregirse, comprometerán la seguridad operacional, la seguridad jurídica y la competitividad del sector”. Advierte sobre una mala interpretación de la desregulación, ya que algunos operadores podrían creer que se puede volar sin restricciones, lo que implica riesgos de colisión, daños a infraestructuras o invasión de zonas críticas.

“El texto normativo presenta graves vacíos, contradicciones legales y riesgos operativos que, de no corregirse, comprometerán la seguridad operacional, la seguridad jurídica y la competitividad del sector”

Entrevistado por Clarín, el vocero de CAEDyA, Carlos Palumbo sentenció: “nadie se tomará el trabajo de ver en la norma donde no se puede volar y ahí es donde por desconocimiento espero que no tengamos un accidente”.

Aunque la categoría abierta es la más libre, mantiene limitaciones: existen áreas prohibidas como parques nacionales, rutas, líneas ferroviarias, aeródromos o espacios aéreos controlados. Para trabajos aéreos, todos los drones se consideran aeronaves no tripuladas y deben cumplir con seguros, límites de indemnización y el Código Aeronáutico.