El ejército libanés anunció el lunes haber descubierto y desmantelado “una de las mayores fábricas de captagon” del país, ubicada cerca de la frontera con Siria, principal exportador de esta anfetamina ilegal antes de la caída de Bashar al Assad.
En un comunicado, las fuerzas armadas libanesas afirmaron haber tomado “una importante fábrica de producción de pastillas de captagon en Yammouné”, en la llanura oriental del valle de Becá, región fronteriza con Siria. “Se trata de una de las mayores fábricas allanadas hasta la fecha”, precisaron.
Los soldados desmantelaron la maquinaria e incautaron una gran cantidad de pastillas de captagon, una droga derivada de un medicamento utilizado para tratar la narcolepsia o el trastorno por déficit de atención. Además, rellenaron un túnel de 300 metros de largo utilizado para entrar y salir de la fábrica, así como para almacenar el cargamento.
El captagon se convirtió en la principal exportación de Siria durante la guerra civil que estalló en 2011, proporcionando una importante fuente de financiación ilícita al gobierno de Bashar al Assad. Las nuevas autoridades sirias, que asumieron el poder en diciembre tras la caída de al Assad, descubrieron grandes reservas de esta droga en almacenes y antiguas instalaciones militares, y acusaron al movimiento libanés Hezbollah, aliado del ex dictador, de traficarla a través de la frontera entre ambos países.
El captagon, un negocio multimillonario
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) señala que el origen de la mayoría del captagon incautado en Oriente Medio es Siria. Según el Ministerio de Exteriores del Reino Unido, la producción a gran escala de esta droga tiene un valor estimado en 57.000 millones de dólares.
Un estudio reciente del diario alemán Der Spiegel cifró los ingresos del captagon para Siria en unos 5.700 millones de dólares en 2021, una cantidad significativa comparada con el PIB del país, estimado en 8.980 millones de dólares ese mismo año por el Banco Mundial.
Presión internacional sobre Líbano
Líbano enfrenta crecientes presiones de los países del Golfo Pérsico, principales consumidores de captagon, para combatir el tráfico de esta droga. La incautación en Yammouné es una de las más grandes en los últimos años y refleja los esfuerzos del ejército libanés por contener el problema.
Sin embargo, el tráfico de drogas no es el único desafío de seguridad en Líbano. El viernes, un ataque aéreo israelí en el sur del país mató a un hombre acusado por Israel de ayudar a traficar armas desde Irán. El incidente ocurrió a pesar de un alto el fuego vigente desde noviembre entre Israel y Hezbollah.