El ex mandatario filipino Rodrigo Duterte obtuvo este lunes una contundente victoria en las elecciones municipales para la Alcaldía de Davao, su ciudad natal, según los resultados preliminares difundidos por la cadena local ABS-CBN. La victoria de Duterte se produce mientras permanece bajo custodia en La Haya, Países Bajos, tras ser arrestado por orden del Tribunal Penal Internacional (TPI).
Duterte, de 80 años, logró más de 620.000 votos, superando ampliamente a su principal rival, Karlo Alexei Nograles, quien quedó en segundo lugar con 77.240 votos. Pese al resultado, el ex presidente no podrá asumir el cargo, dado que enfrenta un proceso por crímenes de lesa humanidad relacionados con su controvertida guerra contra las drogas, una campaña estatal que, según cifras oficiales, dejó unos 6.000 muertos.
La familia Duterte retiene el poder local
Ante la imposibilidad de que Duterte ejerza funciones, todo indica que el poder municipal quedará en manos de su hijo Sebastián Duterte, quien habría ganado la Vicealcaldía con más de 610.000 votos, frente a los 75.000 de Bernie Al Ag, según las proyecciones del escrutinio. En caso de confirmarse los resultados oficiales, Sebastián asumiría interinamente las funciones de su padre como alcalde electo.
Por su parte, la vicepresidenta y también hija del ex mandatario, Sara Duterte, ha manifestado que se están explorando vías legales para que su padre pueda asumir el cargo. “Ya existen planes al respecto para garantizar que se convierte en alcalde”, declaró la vicepresidenta, sin ofrecer más detalles.
Una victoria simbólica en plena ofensiva judicial
La victoria de Duterte en Davao llega en medio de un clima político enrarecido por la creciente tensión entre la familia Duterte y el clan del actual presidente, Ferdinand Marcos Jr. El cerco judicial contra el ex presidente se ha estrechado desde que fue arrestado el pasado 11 de marzo en el Aeropuerto Internacional de Manila y posteriormente trasladado a La Haya, donde enfrenta cargos por violaciones a los derechos humanos.
Desde su detención, Duterte apenas ha tenido contacto con el exterior. Sus abogados mantienen conversaciones con las autoridades para facilitar un eventual juramento del cargo, aunque el plazo legal para resolver su situación es de un mes y medio.
En los últimos meses, Duterte ha denunciado ser víctima de una “persecución” y habría llegado a amenazar de muerte al presidente Marcos y a miembros de su familia, así como a contratar un supuesto sicario para su protección, según reportes sin confirmar difundidos por medios filipinos.
Las elecciones de mitad de mandato celebradas este lunes en Filipinas, que incluyeron comicios locales en todas las provincias, municipios y ciudades, han servido como plataforma para que los Duterte reafirmen su influencia política frente al poder creciente de los Marcos, en un contexto de disputa abierta por el control del país.
El desenlace de este pulso político dependerá ahora del desarrollo del proceso judicial en La Haya y de los movimientos legales de la familia Duterte para permitir o impedir que Rodrigo pueda ejercer el cargo para el que ha sido electo.
(Con información de Europa Press)