Lagash, epicentro de la organización urbana y estatal, fue clave en el desarrollo de acuerdos laborales escritos (foto: Lagash Archaeological Project)

Una pequeña pieza de arcilla, inscrita hace más de 4.000 años en la antigua ciudad de Lagash, en el sur de Irak, ha reescrito la historia de las relaciones laborales. Según National Geographic, arqueólogos han descifrado en este enclave sumerio el que se considera el contrato de trabajo escrito más antiguo conocido, fechado en torno al 2100 a. C.

La tablilla, escrita en cuneiforme y conservada durante milenios en el barro cocido de Mesopotamia, documenta un acuerdo laboral entre un propietario de tierras y un jornalero contratado para la cosecha de cebada. El texto, según detalla National Geographic, especifica el tipo de tarea, la duración estimada del trabajo y la forma de pago, que podía consistir en raciones alimenticias o plata.

Detalles del hallazgo y contenido de la tablilla

El descubrimiento de la tablilla ha sido destacado por su singularidad entre los miles de textos administrativos recuperados en la región mesopotámica. National Geographic explica que el documento describe con precisión el acuerdo entre un terrateniente y un trabajador agrícola, quien debía encargarse de la recolección de cebada durante una campaña estacional. El contrato no solo identifica a las partes involucradas, sino que también establece los términos concretos del trabajo: la naturaleza de la tarea, el tiempo previsto para su realización y la remuneración pactada.

El pago, según se desprende del texto, podía realizarse en especie —principalmente raciones de cebada— o en plata, lo que refleja la existencia de una economía mixta en la que los productos agrícolas y los metales preciosos coexistían como formas de intercambio. Que este acuerdo quedara registrado en una tablilla de arcilla indica un nivel avanzado de conciencia legal y administrativa, así como la importancia de la documentación escrita para garantizar el cumplimiento de los compromisos laborales.

La tablilla de Lagash revela el contrato de trabajo más antiguo del mundo, fechado hace más de 4.000 años (foto: Pergamon Museum)

Contexto histórico del lugar del hallazgo

Lagash, situada en el corazón de la antigua Sumeria, se destacó desde aproximadamente el 2900 a. C. como uno de los primeros ejemplos de organización urbana y estatal. La ciudad albergaba templos, una administración pública compleja, extensas zonas agrícolas y talleres artesanales. En este entorno, la necesidad de acuerdos escritos se hizo cada vez más evidente a medida que la sociedad crecía y se diversificaban las actividades económicas.

La existencia de miles de textos administrativos en Mesopotamia, de los cuales la tablilla de Lagash es solo un ejemplo, pone de manifiesto el grado de sofisticación alcanzado por las instituciones sumerias. La formalización de contratos laborales respondía a la necesidad de establecer reglas claras en una sociedad cada vez más compleja, donde la gestión de recursos y la coordinación del trabajo requerían mecanismos de control y registro fiables.

Significado del contrato: regulación y conciencia laboral

El contrato de Lagash destaca por anticipar principios que hoy se consideran fundamentales en la regulación del trabajo. Aunque en aquella época no existían conceptos modernos como los derechos laborales o la jornada de ocho horas, el acuerdo revela una lógica estructurada orientada a definir tareas, establecer pagos y garantizar un mínimo de equidad entre las partes. La formalización escrita del acuerdo sugiere que tanto empleadores como trabajadores reconocían la importancia de proteger sus intereses mediante la documentación de los compromisos asumidos.

Este tipo de contratos no solo regulaban la relación entre propietario y jornalero, sino que también reflejaban una conciencia colectiva sobre la necesidad de organizar y proteger el trabajo humano. El hecho de que la tablilla haya perdurado durante milenios es testimonio de la relevancia que se otorgaba a la documentación formal en la vida cotidiana de la antigua Sumeria.

El contrato de Lagash refleja la conciencia colectiva sobre la importancia de proteger y organizar el trabajo humano (foto: Imagen Ilustrativa Infobae)

Otros documentos similares y contexto institucional

El hallazgo de la tablilla de Lagash no constituye un caso aislado. Existen numerosos documentos similares, tanto anteriores como posteriores, que registran acuerdos laborales, distribución de raciones y contratos familiares. En algunos de estos textos, incluso se documenta como madres contrataban a sus propios hijos para trabajar, lo que ilustra la diversidad de relaciones laborales existentes en la época.

Las investigaciones del experto Piotr Steinkeller, citadas por National Geographic, han revelado que durante el periodo Ur III (2100–2000 a. C.), el trabajo humano se cuantificaba por jornadas y se regulaba desde las instituciones. En ese contexto, templos, palacios y grandes terratenientes funcionaban como auténticas oficinas de recursos humanos, gestionando la contratación, el pago y la supervisión de los trabajadores.

La existencia de estos registros demuestra que la administración sumeria había desarrollado sistemas avanzados para controlar y organizar la fuerza laboral, sentando las bases de prácticas que perduran hasta la actualidad.