Uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes de los últimos años ha salido a la luz en el corazón de Londres: expertos del Museo de Arqueología de Londres (MOLA) han descubierto una de las mayores colecciones de enlucido mural romano pintado jamás encontradas, un conjunto que ha sido calificado como “el rompecabezas más difícil del mundo” por la complejidad de su restauración.
El descubrimiento tuvo lugar durante las excavaciones en un solar de desarrollo urbano en Londres, específicamente en la zona de Southwark, donde los arqueólogos localizaron miles de fragmentos de enlucido mural que, en su día, decoraron un edificio romano de alto perfil. Según el comunicado emitido por el MOLA, el edificio fue demolido en algún momento antes del año 200 d.C., y los restos de sus paredes pintadas terminaron mezclados y depositados en un gran pozo. La magnitud del hallazgo no fue evidente de inmediato, ya que los fragmentos se encontraban dispersos y mezclados, lo que dificultó la identificación de su procedencia y su posterior ensamblaje.
Han Li, especialista principal en materiales de construcción del museo, describió el momento de enfrentarse a los fragmentos como “único en la vida”, y confesó haber sentido “una mezcla de emoción y nerviosismo” al comenzar a disponer las piezas sobre la mesa de trabajo. Li explicó que muchos de los fragmentos resultaban extremadamente delicados y que, debido a la demolición del edificio, piezas de diferentes paredes se habían mezclado, lo que convirtió la tarea de reconstrucción en un auténtico desafío.
“Fue como armar el rompecabezas más difícil del mundo. Tuve la suerte de contar con la ayuda de mis colegas de otros equipos especializados… para organizar este titánico rompecabezas e interpretar los ornamentos e inscripciones”, relató Li, quien también agradeció la colaboración de Ian Betts y de la British School at Rome.
El proceso de reconstrucción requirió tres meses de trabajo minucioso. Durante ese tiempo, Li y su equipo lograron disponer y ensamblar los miles de fragmentos, permitiendo así que salieran a la luz pinturas murales que, según sus palabras, “ni siquiera los habitantes de la última época romana en Londres habrían llegado a ver”. Este esfuerzo no solo permitió recuperar la imagen original de las paredes, sino también identificar detalles únicos y excepcionales en el contexto de la arqueología romana británica.
Entre los elementos más destacados del hallazgo se encuentra la presencia de una firma de pintor, un hecho extremadamente raro en el arte mural romano, aunque la identidad del artista sigue siendo desconocida. Además, los fragmentos incluyen grafitis inusuales con caracteres del alfabeto griego, lo que añade un matiz de misterio y multiculturalidad al conjunto. “Entre los fragmentos, hay pruebas poco comunes de la firma de un pintor, aunque de un artista desconocido, además de grafitis inusuales del alfabeto griego”, señala el comunicado del museo.
Las pinturas murales recuperadas muestran una variedad de motivos y colores que reflejan tanto la riqueza como el gusto refinado de los propietarios del edificio. Destacan los paneles de color amarillo brillante, intercalados con intervalos negros y decorados con imágenes de aves, frutas, flores y liras. Si bien los diseños de paneles eran habituales en la época romana, la utilización del amarillo resulta poco común, y la repetición de paneles amarillos en una misma estancia es aún más excepcional. “Encontrar paneles amarillos repetidos es incluso más raro”, subraya el equipo de investigación.
El análisis estilístico de los fragmentos revela que los pintores, cuya identidad permanece en el anonimato, se inspiraron en decoraciones murales de otras regiones del Imperio Romano. Se han identificado influencias de ciudades como Xanten y Colonia en Alemania, así como de Lyon en Francia. Algunos fragmentos evocan la apariencia de losas murales importantes, como el pórfido rojo egipcio enmarcando las vetas del giallo antico africano, un mármol amarillo muy apreciado en la antigüedad. Esta combinación de estilos y materiales sugiere que los propietarios del edificio buscaban proyectar una imagen de sofisticación y cosmopolitismo, alineándose con las tendencias artísticas de otras grandes urbes romanas.
El contexto del hallazgo resulta aún más relevante si se considera que investigaciones previas en el mismo emplazamiento ya habían sacado a la luz “mosaicos impresionantes y un raro mausoleo romano”, según el Museum of London Archaeology. La acumulación de estos descubrimientos refuerza la hipótesis de que Southwark fue un enclave de gran importancia durante la ocupación romana de Gran Bretaña, albergando edificios de alto estatus y una comunidad con acceso a recursos y artistas de primer nivel.
El proceso de excavación y restauración no solo ha permitido recuperar un valioso testimonio del arte mural romano, sino que también ha abierto nuevas vías para el estudio de las técnicas y materiales empleados por los pintores de la época. La presencia de la firma y los grafitis en griego plantea interrogantes sobre la identidad y procedencia de los artistas, así como sobre las conexiones culturales y comerciales de la comunidad romana en Londres. “El resultado final de tres meses de trabajo minucioso fue ver pinturas murales que ni siquiera los individuos de la última época romana en Londres habrían visto”, afirmó Han Li, destacando el valor único de la reconstrucción.
El hallazgo de este conjunto mural, con su riqueza cromática, sus motivos decorativos y sus inscripciones, constituye una aportación excepcional al conocimiento de la vida cotidiana y el arte en la Londres romana. La labor de los especialistas del Museum of London Archaeology, en colaboración con instituciones como la British School at Rome, ha permitido rescatar del olvido un fragmento de la historia urbana de la ciudad, devolviendo a la luz imágenes y detalles que permanecieron ocultos durante casi dos milenios. La colección, una vez restaurada y estudiada en profundidad, promete ofrecer nuevas perspectivas sobre la interacción de estilos, técnicas y culturas en el seno del Imperio Romano, así como sobre la identidad de quienes habitaron y decoraron los espacios más distinguidos de la antigua Southwark.