El fútbol actual no tiene nada que ver con aquel deporte de caballeros que nació en la Inglaterra del siglo XIX. Comenzó siendo simplemente un juego, sin fichajes, sin salarios millonarios y sin fama mundial. Sin embargo, ese juego de aficionados ha derivado en el negocio que es a día de hoy.
No hace falta ser seguidor del fútbol para conocer los altos salarios que reciben las estrellas del deporte rey. Por ello, no es ninguna sorpresa escuchar hablar de millones, mansiones y coches. Uno de los últimos al sumarse a este club de propietarios es el británico Phil Foden.
El jugador del Manchester City se ha trasladado a Strockport, un pueblo rural al sureste de la ciudad de Manchester. Menos de 12 km separan la localidad del centro de la ciudad británica en la que milita el extremo derecho. Sin embargo, no solo ha adquirido la propiedad, sino que también se ha llevado a su nuevo hogar a un chef privado. El profesional de la alimentación se instalará en la cabaña del portero en Cheshire Estate.
La vivienda cuenta con cinco dormitorios y cinco baños, además, de un lago personal donde ya ha practicado la pesca con Ronnie, conocido como El Wey por los aficionados. El medio The Sun confirmó con una fuente: “Todos saben que a Phil le encanta pescar, por lo que siempre ha sido su sueño tener una casa con su propio lago para poder pescar en paz y tranquilidad y también enseñarle a Ronnie las habilidades que necesita para ser un pescador exitoso.
Las claves del éxito del fútbol moderno
El diario británico The Sun recogió el testimonio de una fuente que indicaba: “Phil quiere estar al tanto de su nutrición y el chef tiene un espacio encantador para preparar todas sus comidas”. Con el paso del tiempo, la nutrición y las dietas específicas se han convertido en un aliado más de los futbolistas para lograr alargar su carrera.
“Es el máximo lujo y, como está mucho tiempo fuera con el equipo, tener su propio chef le permite centrarse únicamente en el fútbol y en su joven familia”, confirmaron. Además, la madre del deportista aclaró en Talk Eat Laugh: “Lo sorprendente es que ahora le escucho pedir mucho salmón, ¡y antes nunca lo comía! (…) Solía tener niveles bajos de hierro, pero ahora todo está solucionado”.
Una solución de distancia
La mudanza del extremo derecho también ha puesto distancia con sus antiguos vecinos, que no estaban muy contentos con el futbolista. Durante el mes de julio, la policía tuvo que acudir a la mansión del deportista por los ruidos que estaba generando una fiesta infantil en la vivienda.
Los vecinos aseguraron que el evento duró hasta la medianoche. “A nadie le molesta que haya una fiesta o que se toque música, pero esto es algo habitual en los Fodens”, indicó uno de los afectados. Los residentes calificaron de infierno la convivencia con el futbolista de 24 años y su pareja Rebecca Cooke, con la que tiene tres hijos. Entre las acusaciones se menciona que escuchaban música rap de gánsteres a todo volumen hasta altas horas de la noche. Además, también recalcaron que su dóberman ladraba durante todo el día.