Las legendarias duplas de amigos que impulsan proyectos con impacto existen en distintos ámbitos. Desde Frodo y Sam en el Señor de los Anillos a las célebres aventuras de Sherlock Holmes y el Dr. Watson, escritas por Arthur Conan Doyle, y la amistad entre John Lennon y Paul McCartney que dio lugar más tarde a los icónicos The Beatles. Y estas grandes duplas también surgen en el mundo emprendedor.

“Nos conocimos en un bar, gracias a su primo, que nos presentó”, recuerda Matías Hilaire, CEO de The App Master, compañía argentina que crea soluciones tecnológicas para startups, pequeñas y medianas empresas. “Marcelo estaba obsesionado con resolver el cubo de Rubik, decía que era imposible de solucionar. Yo no solo conocía el juego, sino que había videos míos en pubs de Irlanda resolviéndolo con los ojos vendados, mientras cantaba Every breath you take. Le aposté que podía solucionarlo y en 40 segundos lo resolví”, cuenta Hilaire divertido, y detalla que ahí nació un vínculo, que sería el puntapié para fundar un año después la empresa que hoy ya lleva más de 16 años. Empezó con una inversión de US$20.000 y proyecta cerrar este año con una facturación de US$2 millones.

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Con el tiempo, ambas personalidades se combinaron, aportando cada uno sus ideas y capacidades. Hilaire es ingeniero industrial, maratonista y fanático de la música y por mucho tiempo fue cantante de Vox Pop, banda musical que no utiliza instrumentos y canta a capella, y que incluso ha interpretado el himno nacional en un partido de Los Pumas contra los All Blacks. Cuando terminó su carrera de grado, emprendió un viaje por Europa: “Agarré mi guitarra y con US$1000 me fui al Viejo Continente; tocaba en las estaciones de tren y en las calles, lavaba platos en hoteles en Irlanda y así viví durante seis meses”, recuerda Hilaire.

Matías Hilaire, luego CEO de The App Master, durante su viaje por Europa

Luego de un tiempo, volvió a la Argentina y entró a trabajar en Danone, donde la música nuevamente lo hizo brillar. “Fuimos a una convención a Río de Janeiro, se corrió la voz de que yo cantaba y en una cena show del último día me hicieron subir al escenario. No me conocía nadie, pero cuando volvimos de la feria todo el mundo me registraba. Dos semanas después, me propusieron formar parte de un programa de jóvenes promesas dentro de la empresa, que viajaría a Barcelona”, cuenta Hilaire, quien vivió durante ocho años ahí, haciendo carrera en distintas áreas de la compañía. Luego trabajó para Coca Cola y Quickfood, de nuevo en suelo argentino, pero en un momento dado, se dijo a sí mismo: “Es hora de emprender”.

Esta inquietud se mantuvo durante muchos años, sin poder concretarse. Sin embargo, llegó un día en que un café con un amigo pateó completamente el tablero. Se juntó con Damián, quien tiempo antes le había presentado a Marcelo, su primo. “Ni bien llegó al lugar, se sentó y sacó algo del bolsillo, que apoyó sobre la mesa. Le pregunté qué era eso y me contestó que se trataba de un iPhone 3G. Yo había escuchado de esos celulares, pero nunca los había visto. En ese entonces, la penetración de los smartphones no superaba el 3% y BlackBerry dominaba el mercado, pero cuando descubrimos el potencial que tenía, pensamos: ‘Esto es una computadora que la gente va a llevar en el bolsillo. Tenemos que empezar a desarrollar aplicaciones para eso’“, detalla el ingeniero. Y esa primera intuición los llevó a convocar a Marcelo nuevamente, que no solamente sabía del cubo Rubik, sino también de programación.

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“Estudié Ingeniería Informática en el ITBA y cuando me llamaron a formar parte de The App Master no dudé en sumarme, aunque fue en un momento en que todavía no existía Android y el iPad no había salido al mercado”, recuerda Marcelo De Luca, que es fanático de la aeronáutica. Cuando tenía 24 años, su primo le comentó de esta posibilidad y, aunque era muy joven, ya había dado sus primeros pasos en el mundo emprendedor, ya que, cuando terminó el colegio, intentó armar su propia empresa. Buscaba conectar el personal de la construcción con las necesidades de usuarios finales o clientes. El proyecto no funcionó, por lo que decidió trabajar en el mundo corporativo durante un tiempo, hasta que la propuesta de su primo llegó a sus manos. El vínculo creativo y emprendedor entre ambos empezaba a echar raíces.

Marcelo De Luca es también fanático de la aeronáutica

Haciendo camino

El primer éxito de la startup llegó con una aplicación que desarrollaron para los Premios Óscar. Bautizada como “Meet the Oscars” y que luego se llamaría “Meet The Awards”, era una app sencilla, pero que “fue un boom”, recuerda De Luca, quien detalla: “Era muy simple, podías marcar con banderitas las películas que viste, las que querías ver y las que no te interesaban, pero tuvimos muy buenas reviews”.

Luego de este éxito, decidieron generar algo para el Mundial de Sudáfrica del 2010: una aplicación en cuatro idiomas, optimizada para iPad, con notificaciones push, que alertaban cada vez que alguien metía un gol, cuando todavía no había nacido Whatsapp. La aplicación estuvo en el top 10 de apps más bajadas en App Store, «lo que hizo que nos empezaran a llamar agencias de publicidad que querían invertir en esto, compañías médicas que también querían toda esta nueva tecnología».

The App Master es una software factory con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de soluciones digitales

La demanda fue creciendo, hasta que en un momento decidieron dejar sus trabajos para dedicarse de lleno a este proyecto. Hoy ya pasaron más de 16 años desde que arrancaron y llevan hechos más de 300 proyectos a medida, de 25 industrias distintas. En la Argentina, pero también en el resto del mundo. Damián, por su parte, los acompañó en el primer tiempo, pero se le presentó la oportunidad de vincularse a la producción audiovisual y musical, un camino que le apasionaba y decidió seguir.

Confiesan que los primeros años fueron difíciles, ya que “había que explicar mucho”. “Todavía no había tomado fuerza el smartphone, por lo que hubo un proceso de evangelización que costó un montón”, explica De Luca. “En un momento hacíamos todo: lo comercial, programar, el trabajo de recursos humanos e incluso ambientar la oficina. Queríamos estar en todo, pero al final no estábamos en nada. Darnos cuenta de ese proceso nos llevó años; fue ahí que empezamos a contratar mandos medios, diversificar las áreas, a profesionalizar la empresa”, agrega De Luca, que señala que, aunque empezaron generando aplicaciones, luego se expandieron a soluciones digitales en general. Y fue entre el 2017 y el 2018 que tuvieron un punto de inflexión importante: empezaron a salir al mercado extranjero, desde India, España (en donde desarrollaron en 2010 una aplicación para la Universidad de Navarra, que fue la primera universidad en España que tuvo una aplicación mobile), Alemania, Irlanda, Estados Unidos y otros.

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En este momento, cuentan con alrededor de 20 proyectos en curso, uno de ellos para el ICBA (Instituto Cardiovascular de Buenos Aires), una aplicación que busca agilizar la gestión de turnos. También están trabajando con Clear Petroleum, empresa que continúa explotando el petróleo en Santa Cruz, en una solución que los ayude en el flujo de autorizaciones: cuando tienen que enviar empleados a trabajar, deben gestionar vuelos, taxis, alojamientos en hoteles y otros, por lo que llenando un formulario, el sistema genera todos estos procesos y al hotel, por ejemplo, le llega la solicitud con todo resuelto.

También son la mente detrás de Plateanet, la plataforma a través de la cual se pueden comprar entradas para el teatro, a los que asesoraron para administrar mejor sus ventas y evitar que tengan que pagar comisiones a Mercado Pago. “La realidad es que somos agnósticos de industrias y hemos desarrollado soluciones para todas las áreas que se te puedan ocurrir”, asegura Hilaire y detalla otro proyecto que están haciendo en Irlanda. Se trata de una empresa que trabaja con la gestión de candados a distancia, sobre todo en el mundo del agro. Desde The App Master, los ayudaron a gestionar su trabajo, para llevar un control a distancia de cuáles son las puertas abiertas, controlar que el ganado no se escape y activar o desactivar cámaras.

“Mejoramos en un 200%”

La empresa también destaca por la incorporación de inteligencia artificial que han hecho en sus procesos, algo que han implementado hace más de un año. “Redujimos el tiempo que nos lleva desarrollar un proyecto en un 40%. Si antes tardaba diez días en elaborar un presupuesto, hoy en dos horas lo puedo resolver, gracias a la ayuda de la inteligencia artificial. Y no solo los tenemos listos, sino que mejoramos la calidad de nuestras propuestas en un 200%, porque como la vamos entrenando, mejora en, por ejemplo, la detección de riesgos que antes quizá no reconocía”, explica Hilaire.

El equipo de The App Master en sus inicios

De Luca explica que esto se traduce en beneficios para ambas partes: “Brindamos el resultado de un proyecto en muchísimo menos tiempo y más barato, porque esa eficiencia hace que bajen los precios y que se amplíe el acceso a clientes nuevos, que antes no podían afrontar el costo de los desarrollos, por lo que nuestro universo de potenciales clientes también aumentó enormemente”.

Sus verticales de negocio incluyen el desarrollo de un MVP (producto mínimo viable), el ayudar a las empresas en la transformación digital, ya sean pymes o grandes empresas, y luego cuentan con una unidad de negocio llamada Ventu, una plataforma comercial inteligente que digitaliza la gestión comercial de distribuidores y mayoristas. Hoy procesan más de 50.000 pedidos por mes y sus clientes facturan a través de ella más de $9500 millones mensuales.

Una reunión del equipo de The App Master

“Lo que más nos gusta hacer es ayudar a empresas a mejorar sus procesos usando software, ya sea si son aplicaciones mobile o web apps o soluciones con machine learning o inteligencia artificial“, explican los emprendedores, cuyas miradas se han ido complementando a lo largo de los años, para generar soluciones. Y su inquietud y curiosidad, propia de los emprendedores se mantiene encendida. Han estado en el Mobile World Congress y dentro de dos semanas viajarán a una misión comercial a Paraguay y a Silicon Valley de la mano de AmCham (la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina) y de la Dirección de Promoción de Exportaciones de Industrias Creativas, Turismo y Deportes, para una capacitación en el uso de inteligencia artificial. El viaje incluirá un curso en Stanford, y la visita a empresas como Google, Amazon y Facebook. Todo para seguir empujando el negocio en otras latitudes, de la mano de la IA.