Guillermo Vilas conquistó el título en el Foro Itálico en 1980 (Foto: Getty)

Se disputa el torneo de tenis más importante de Italia, se le llama Masters 1000 para los hombres y WTA 1000 para las mujeres, pero para todos es Roma. El Foro itálico se viste de fiesta y le da paso a los gladiadores de estos siglos que, ya sin más armas que cuerdas y raquetas, buscan conseguir ser emperadores, al menos, por un año. Tras la primera ronda de la edición 2025 del certamen, seis de los siete jugadores nacionales presentes ya están entre los mejores 64. La historia gloriosa de nuestros representantes.

Para el tenis italiano es lo más trascendente, para quienes son especialistas sobre polvo de ladrillo es importantísimo, pero, por historia y tradición, resulta imperativo para los argentinos. Allí fue donde, cual gladiadores en la noche romana, Guillermo Coria comprendió que tendría a un duro adversario sobre este territorio y el mundo descubría a Rafael Nadal, en una de las gestas que los tenistas albicelestes dejaron como una huella imborrable de su paso por el máximo escenario tenístico de la península, especialmente Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini.

Guillermo Coria cayó en la final de 2005 ante un joven Rafael Nadal, el duelo se definió a cinco sets y tuvo una duración de más de cinco horas (Foto: EFE/Ramacher/Archivo)

El certamen fue testigo de la evolución del tenis argentino, desde aquellas aventuras del recordado Enrique Morea, a mitad del siglo pasado, que lo depositaran en la final de singles de 1954 (ante el estadounidense Budge Patty) y a conseguir el título en dobles, junto al egipcio Jaroslav Drobny, que repetiría un año más tarde con otro compañero, el estadounidense Art Larsen. Además de Norma Baylon y sus incursiones en la década del ’60 (fue campeona del dobles femenino junto a la sudafricana Annette Van Zyl, en 1965) hasta llegar a la pretenciosa osadía del brillo del Gran Willy, en los ‘70, y la simpatía natural de Gabriela, durante los ’80 y ’90, que hechizó esa tierra a la que rebautizaron como Gabylandia, producto de ese encantamiento.

Ese legado de ambos aún sigue vivo e inspiró a todas las generaciones de tenistas, incluso a las nuevas, que sueñan con alcanzar un pedacito de la gloria que otorga el torneo de Roma.

Guillermo Vilas, el primer César argentino

El marplatense fue el primer tenista argentino que conquistó el título de singles en Roma. Si bien ya había conseguido arribar a las finales de 1976 (cayó ante el italiano Adriano Panatta) y 1979 (perdió con el estadounidense Vitas Gerulaitis), logró coronarse como campeón en 1980, al vencer en la definición al nacido en Camerún, pero nacionalizado francés Yannick Noah, por 6-0, 6-4 y 6-4, cuando se definían a cinco sets. El Gran Willy no cedió ningún parcial a lo largo de todo el certamen.

Este título contribuyó a su imagen como uno de los tenistas más grandes de la historia, sobre polvo de ladrillo o canchas lentas, después de haber ganado Montecarlo, Roland Garros y el US Open, este último en clay.

Gabriela Sabatini consiguió cuatro títulos en el Foro Itálico y disputó otras dos finales

Sabatini, la emperatriz de Gabylandia

Gabriela Sabatini es la tenista más exitosa en la historia de este deporte en el país y su paso por el Foro itálico no hizo más que confirmarlo. En tiempos en que la presencia de Diego Maradona jugando en el Napoli cautivaba a los amantes del fútbol, la llegada de Gabriela fortaleció aún más el vínculo entre el público local y los deportistas argentinos. Por eso, el Coliseo romano quedó eclipsado ante el tránsito sencillo de una jugadora de sonrisa fácil y pómulos ruborizados, que destellaba magia y talento desde las cuerdas de su raqueta. Su hechizo le permitió conquistar al público y su habilidad cuatro títulos en singles. Gaby disputó, en total, seis finales en Roma, entre 1987 (perdió en la única final a la que llegó Steffi Graf) y 1993 (cayó ante la española Conchita Martínez), y se consagró por primera vez en 1988, al vencer a la canadiense Helen Kelesi, por 6-1, 6-7(4) y 6-1.

Un año más tarde se impondría sobre la española Arantxa Sánchez Vicario (6-2, 5-7 y 6-4) y conquistaría los últimos dos títulos ante Monica Seles, quien llegó a tres finales consecutivas. El primero de ellos sería en 1991, por 6-3 y 6-2, y repetiría al año siguiente, por 7-5, 6-4.

Además, Gabriela también levantó el trofeo jugando dobles femenino junto a Martina Navratilova en 1991, con lo que evidenciaba aún más su reinado en la capital italiana. Su gracia, su simpatía, su magia terminó con convertirla en una de las figuras más queridas y terminó por hechizar al público italiano.

Para darse una idea de lo que significó Gabriela hay que señalar algunas comparaciones. Desde la era Open, sólo Chris Evert, con siete finales disputadas, supera a la argentina. La estadounidense lo consiguió entre 1973 y 1984, ganó cinco y perdió sólo sol, la primera y la última.

De las jugadoras que acompañaron la carrera de Gabriela, Navratilova disputó cuatro finales y no ganó ninguna, Graf llegó a una sola final y se la ganó a Gaby, Sánchez Vicario perdió las dos finales que jugó y Seles ganó dos de cuatro, con la particularidad que en una venció como yugoslava y en la otra como estadounidense.

La española Conchita Martínez fue quien acabó con el reinado de Sabatini en 1993 y llegó a obtener cuatro títulos consecutivos, pero perdió la quinta final, en el ’97.

Luego del retiro de Gabriela, Serena Williams logró sumar cuatro trofeos en Roma, mientras que de las jugadoras actuales, desde su aparición en 2020, la polaca Iga Swiatek ganó tres de las cuatro últimas ediciones.

Pero Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini no fueron los únicos argentinos triunfadores en el Foro itálico. Siguiendo con el legado del Gran Willy, José Luis Clerc consiguió el título romano en 1981, cuando venció al paraguayo Víctor Pecci, por 6–3, 6–4 y 6–0. Ocho años más tarde, en el mejor año de su carrera, Alberto Mancini le daba vuelta la final a André Agassi y lo derrotaba por 6–3, 4–6, 2–6, 7–6(2) y 6–1. Luli lo intentaría una vez más en 1991, pero caería ante el español Emilio Sánchez Vicario.

El español Marcel Granollers y el argentino Horacio Zeballos conquistaron Roma en dos ocasiones (Foto: EFE/EPA/ETTORE FERRARI)

En tanto que en dobles, solamente Horacio Zeballos logró coronarse entre los varones, además del mencionado Enrique Morea en la década del ’50. Junto al español Marcel Granollers, lo consiguieron en dos ocasiones, en 2020 y en 2024.

Por su parte, entre las mujeres, las dos ex número 1 del mundo de la especialidad de dobles consiguieron consagrarse en el certamen. Paola Suárez y la española Virginia Ruano Pascual triunfaron en 1998 y 2002, mientras que Gisela Dulko, con la italiana Flavia Pennetta se coronaron en 2010.

Otros argentinos que llegaron a las finales de singles: Martín Jaite (1987), Guillermo Pérez Roldán (1988), David Nalbandian (2004), el ya mencionado Guillermo Coria (2005) y el último en hacerlo, Diego Schwartzman (2020).