David Lebón y Pato Oviedo, su flamante esposa y manager hace más de una década, formalizaron su relación y se casaron en una emotiva ceremonia celebrada en el Registro Civil de la calle Uruguay. La pareja -que lleva quince años eligiéndose cada día- sello su amor acompañada no solo por sus hijos y nietos, sino también por una verdadera constelación de amigos y músicos, testigos directos de un “sí, quiero” largamente esperado.
Había una intensidad especial ese mediodía, imposible de ocultar incluso para quienes viven acostumbrados a los escenarios. Pedro Aznar, Ricardo Mollo, Sandra Mihanovich, Julia Zenko, Kevin Johansen, Marcela Morelo y los músicos que forman parte de la banda de Lebón –Daniel Colombres, Dhani Ferrón, Leandro Bulacio y Alex Musatov– se mezclaban entre saludos, bromas y el encuentro de miradas cómplices. Familia, amigos, música y vida, todos fundidos en la misma escena.
El momento más emotivo se vivió cuando, desde el fondo de la sala, emergió Sandra Mihanovich para improvisar a capella un fragmento de “Honrar la vida”. Patricia de pie y David sentado junto a Mollo contemplaron susurrando y al borde de las lágrimas el himno escrito por Eladia Blázquez.
Después de la ceremonia, el flamante matrimonio no guardó la celebración solo para ellos. La intimidad y alegría del momento se compartieron en redes sociales con fotos y videos capturados por los propios invitados, imágenes espontáneas que mostraron la esencia de la fiesta: abrazos genuinos, carcajadas, alguna lágrima y un sinfín de gestos cargados de significado.
Una de esas imágenes se volvió símbolo: de pie, frente a la piedra fundacional del Registro Civil, Pato y David sonríen sin reservas, mostrando el acta con las frases “Los amamos” y la música inmortal de “Seminare” de Serú Girán sonando de fondo. Ambos sostienen la libreta de matrimonio en sus manos, mientras que el músico está mirando a la cámara, ella lo mira a él, con todo el amor, devoción y felicidad que una mirada puede cargar en un día como este, que se convierte en un hito en la historia que comenzaron a escribir más de una década atrás.
Más tarde, en el patio del registro, entre palmeras y abrazos, hijos, nietos, músicos y amigos se unieron en una fotografía que hizo historia: todos posando alrededor de los recién casados, compartiendo la alegría genuina, los brazos en alto, las caras iluminadas. Resulta imposible no detenerse ante esa foto grupal: allí están los seres queridos, los compañeros de ruta, los músicos y los nietos, hijos y amigos, todos abrazados en ronda íntima, celebrando el coraje de dar el gran paso.
La historia de David y Pato comenzó hace 15 años, tras una cena compartida luego de un importante recital en Rosario. Aquel instante, entre decenas de músicos y luces, quedó como el principio de una vida juntos: ella sería no solo la pareja, sino también la manager, el punto de apoyo, el refugio cotidiano.
“¡Celebrar todo siempre! Vivir cada día dando lo mejor de cada uno, seguir trazando el camino juntos, compartiendo buenos y no tan buenos momentos, en fin… la vida misma. La que elegimos y seguimos eligiendo. Te amo infinito”, fueron las palabras que le había dedicado Oviedo en sus redes el pasado 5 de octubre, anticipando el paso definitivo de la boda y celebrando un nuevo año en la vida de su pareja.
Para David Lebón, la ovación de un mediodía diferente no surgió de un estadio lleno, sino de quienes realmente importan. La música, la complicidad y la vida juntos; la escena retratada y difundida como símbolo exacto de lo que han construido. El eco de la celebración todavía vibra en quienes fueron testigos. El “sí, quiero” de David Lebón y Pato Oviedo dejó postales imborrables, pero además tejió un relato público de ternura, compromiso, alegría y coraje; una historia de dos que se eligen –y se volverán a elegir– en cada nota, cada encuentro y cada mirada compartida.