
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró en una entrevista con CNN que su gobierno evalúa “varias opciones” para la instalación de una base militar extranjera en el país, entre ellas Baltra, en las islas Galápagos, Santa Elena y Manta en Manabí. El mandatario defendió la posibilidad de cooperación militar con Estados Unidos como una medida para combatir el narcotráfico, la minería ilegal y otras actividades criminales que, según dijo, “afectan a toda la sociedad ecuatoriana”.
“Hay varias opciones”, afirmó Noboa. “Baltra, Santa Elena, Manabí, Manta mismo. Al final del día se tiene que llegar a un acuerdo o consenso sobre dónde sería el mejor lugar”. Recordó que Baltra fue una base estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y la calificó como un punto estratégico para el control marítimo. “Desde ahí se puede controlar la pesca ilegal y cualquier acto criminal lejos del continente. La gente se siente más segura al tener bases cerca”, sostuvo el presidente ecuatoriano.
Las declaraciones fueron emitidas el 23 de octubre, en el marco de una entrevista concedida a Fernando del Rincón, en la que Noboa abordó temas de seguridad nacional, los recientes atentados contra su caravana, y el referéndum convocado por su gobierno para el próximo 16 de noviembre. La posibilidad de que Ecuador vuelva a albergar una base militar extranjera generó inmediato debate, pues la Constitución de 2008 prohíbe expresamente la instalación de bases o tropas foráneas en territorio nacional, así como la cesión de instalaciones ecuatorianas a fuerzas extranjeras.

Noboa argumentó que su propuesta no contradice la soberanía nacional, sino que busca fortalecer la cooperación internacional. “Hay bases militares en Colombia y Perú. Es trabajo en conjunto”, dijo. Añadió que su administración ha solicitado “actividades y operaciones conjuntas” con Estados Unidos para enfrentar el crimen organizado transnacional. “El Ecuador tiene una maldición: tiene buenos puertos, está entre productores de coca como Colombia y Perú, y es un país dolarizado. Eso lo hace atractivo para el tráfico de drogas”, expresó.
Durante la conversación, el presidente también defendió las operaciones militares ordenadas en zonas de minería ilegal, donde las Fuerzas Armadas han ejecutado bombardeos contra bocaminas y campamentos clandestinos. Al ser cuestionado sobre la posibilidad de que estas acciones provoquen víctimas civiles, Noboa aseguró que los operativos siguen protocolos y que confía plenamente en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. “Se apunta a neutralizar la mina, no a las personas. Confío en que las operaciones sean en beneficio del país”, insistió.
El mandatario reconoció que los grupos criminales que operan en las minas ilegales están vinculados con organizaciones extranjeras, incluidos miembros de las exFARC y de los Comandos de la Frontera. “Al golpear la minería ilegal golpeamos indirectamente al narcotráfico y a estas estructuras criminales”, señaló. También ratificó su postura de “mano dura” frente a las economías ilícitas, y descartó que su política busque imitar la del presidente salvadoreño Nayib Bukele o la del exmandatario estadounidense Donald Trump. “Nuestros opositores quieren ubicarme en la extrema derecha, pero nuestro proyecto es de centro, una socialdemocracia moderada”, afirmó.
En la misma entrevista, Noboa negó que los atentados reportados contra su persona —como el ataque a su caravana en Cañar y el envío de alimentos presuntamente contaminados a Carondelet— hayan sido exagerados para generar empatía en el electorado antes del referéndum. “Nadie quiere que le lancen bombas molotov o que lo envenenen con chocolates. Eso no es una estrategia, son hechos reales”, respondió. Agregó que las detenciones en esos casos fueron anuladas por “errores procesales”, pero que las investigaciones continúan abiertas.
Respecto al proceso político en marcha, Noboa expresó su confianza en que el pueblo respaldará la consulta y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. “Estoy convencido de que la gente va a apoyar, porque quiere un cambio real”, dijo. Entre las reformas que plantea, mencionó la apertura a la inversión extranjera, la reducción del número de asambleístas y la eliminación del financiamiento estatal a los partidos políticos. También aseguró que aceptará los resultados, sea cual sea la decisión ciudadana: “Si la gente dice no, no habrá ninguna artimaña ni decreto. Se respeta el resultado”.
Las declaraciones de Noboa marcan un giro en la política de defensa ecuatoriana. La posibilidad de permitir nuevamente presencia militar extranjera en el país no solo implicaría un cambio en la doctrina de soberanía vigente desde el gobierno de Rafael Correa, sino que requeriría una reforma constitucional o un mecanismo legal extraordinario. El presidente, sin embargo, insistió en que la prioridad es la seguridad y la cooperación. “Tenemos que proteger la integridad de los ecuatorianos y nuestras fronteras. La gente se siente más tranquila cuando hay una base militar al lado”, concluyó.