El presidente de la República, Daniel Noboa, convocó a la ciudadanía a participar en una marcha por la paz y la justicia que se desarrollará el jueves 11 de septiembre en Guayaquil. La convocatoria fue anunciada mediante un comunicado oficial difundido por la Presidencia, en el que se destaca que la jornada busca expresar, de forma pacífica, el compromiso del Ecuador con la defensa de la paz, la justicia y el fortalecimiento del Estado de derecho.
Según el comunicado, el objetivo central es ratificar valores fundamentales para la convivencia democrática, en un momento en que el país enfrenta presiones derivadas de la inseguridad, la polarización política y el debate sobre el rol de las instituciones de control. La convocatoria resalta que el Gobierno busca proyectar una imagen de unidad nacional, llamando a los ciudadanos a unirse en defensa de un futuro seguro, justo y solidario. Noboa enmarca la movilización como una expresión de voluntad popular orientada a la construcción de un país en el que prime la justicia y el respeto al orden democrático.
La iniciativa se da pocas semanas después de otra marcha convocada por el propio mandatario el pasado 12 de agosto en Quito, en la que miles de simpatizantes del oficialismo se movilizaron en rechazo a la Corte Constitucional (CC). En esa ocasión, el presidente acusó al máximo órgano de control constitucional de obstaculizar la implementación de sus políticas y de frenar reformas que, según su visión, eran necesarias para enfrentar la crisis de seguridad y fortalecer las competencias del Ejecutivo. Aquella movilización generó fuertes críticas de organizaciones internacionales, que advirtieron sobre un intento de presionar al poder judicial y alterar el equilibrio democrático.
En contraste, la nueva convocatoria del 11 de septiembre se presenta bajo un mensaje conciliador que apela a la defensa de principios universales y busca, de acuerdo con la Presidencia, consolidar un frente ciudadano amplio en torno a la paz y la justicia. El discurso oficial señala que no se trata de una protesta contra una institución específica, sino de un acto de respaldo a valores compartidos que trascienden coyunturas políticas inmediatas.
La elección de Guayaquil como escenario para esta movilización no es casual. La ciudad se ha convertido en un punto estratégico del relato gubernamental debido a que concentra tanto los mayores desafíos en materia de seguridad vinculados a la criminalidad organizada como una fuerte base de apoyo político al presidente Noboa.
La convocatoria ocurre también en un contexto de cuestionamientos a las leyes de Inteligencia, Integridad Pública y Solidaridad, de las cuales la Corte Constitucional suspendió varias disposiciones en agosto por considerarlas lesivas a derechos fundamentales. Entre las normas frenadas se encontraban artículos que habilitaban la interceptación de comunicaciones sin orden judicial y la conversión forzosa de cooperativas en bancos privados.
Por ahora, la Corte Constitucional analiza si las normas impulsadas por el oficialismo son concordantes con la Constitución del Ecuador.
La Corte Constitucional, además, deberá pronunciarse sobre las cuatro preguntas que el presidente Noboa envió para el referéndum que el gobierno estima se realizará a finales de este año. Aunque Noboa anunció que habrá 7 preguntas, apenas cinco han llegado a la Corte, de estas una ya fue aprobada y las otras cuatro esperan la resolución de los magistrados. Mientras las restantes, aún no son enviadas por el Ejecutivo.
El comunicado oficial concluye con una invitación abierta a todos los ecuatorianos a participar en la marcha, calificándola como una “manifestación de unidad nacional” que mira al futuro y ratifica la voluntad de vivir en un país seguro, justo y solidario. La convocatoria se convierte así en un nuevo capítulo de la estrategia de Noboa de combinar gestión gubernamental con presencia activa en el espacio público, buscando consolidar un respaldo ciudadano que refuerce su agenda en un escenario político marcado por tensiones.