Lo que Amazon promete como la revolución instantánea de la logística aérea parece tropezar continuamente con la dura realidad de la infraestructura urbana, un ambiente que se ha demostrado ser “muy complejo”. La semana pasada, el gigante del comercio electrónico volvió a ser noticia, y no precisamente por sus logros en eficiencia: uno de sus drones de reparto, perteneciente al programa Prime Air, se enganchó y cortó un cable de internet en Texas.
El incidente ocurrió en Waco, Texas, el 18 de noviembre. El dron involucrado era un modelo MK30, diseñado por la compañía para llevar entregas para sus clientes. Irónicamente, el percance sucedió cuando la aeronave estaba ascendiendo luego de haber completado la entrega de un paquete, y se enredó en un cable cercano, al que terminó cortando. Amazon dice que nadie resultó herido y que no hubo interrupciones generalizadas en el servicio, y que se hizo cargo del costo de la reparación de cable.
El accidente está siendo investigado por la Administración Federal de Aviación estadounidense, y no se trata de un percance aislado. Llega justo después de que los investigadores federales abrieran el mes pasado una pesquisa separada sobre un accidente grave en Arizona. En ese caso, dos drones de Amazon Prime Air chocaron con una grúa de construcción en Tolison, Arizona.

Si la seguridad de estos sistemas se convierte en una duda recurrente, los reguladores podrían endurecer aún más los requisitos para operar este tipo de servicios, lo que podría retrasar el ambicioso calendario de expansión que Amazon tiene planificado.
Para Amazon, la fiabilidad de su sistema es esencial. La compañía ha insistido en que sus drones, incluidos los modelos MK30, cuentan con la tecnología de escaneo y evitación llamada Sense and Avoid. Esta tecnología supuestamente es capaz de esquivar obstáculos, de forma similar a cómo un coche Tesla escanea su entorno para evitar colisiones. Sin embargo, los recientes accidentes demuestran que la tecnología todavía debe mejorar.
Expertos señalan que uno de los desafíos más complejos en la visión artificial es detectar objetos delgados y poco reflectantes, como los cables de servicios públicos. Estos cables son un “peligro notorio” para la movilidad aérea urbana a baja altura. La colisión sugiere que los sistemas de redundancia de Amazon, diseñados para capturar lo que los sensores primarios pasan por alto, resultaron ser insuficientes frente a la caótica realidad de la infraestructura suburbana.
Estos fallos públicos dañan la credibilidad del sistema en un momento crucial. Amazon tiene la intención de escalar el servicio hasta realizar 500 millones de entregas anuales por dron. La fiabilidad es lo esencial para alcanzar esta meta a fin de la década.