En los últimos años, el cáncer de colon mostró un preocupante aumento entre personas menores de 55 años, con una tasa de mortalidad que crece alrededor de un 1% anual desde mediados de los 2000. De hecho, las proyecciones advierten que los casos en menores de 50 años podrían duplicarse hacia 2030, un panorama que preocupa a los especialistas en salud digestiva.
Frente a este escenario, el gastroenterólogo Joseph Salhab difundió a través de su cuenta de Instagram una serie de recomendaciones basadas en evidencia científica, enfocadas en la alimentación como herramienta preventiva.
Frutas recomendadas para la prevención
1. Sandía
En primer lugar, mencionó esa fruta al señalar que “contiene licopeno, un antioxidante que puede proteger contra el daño celular”, y que su “alto contenido en agua favorece la regularidad”. A esto añadió que también ofrece vitaminas C y A, nutrientes que participan en la defensa inmunológica y en el mantenimiento de la piel.
2. Manzana
La manzana también figura en la lista del especialista. Sobre esta fruta, Salhab indicó que son “ricas en fibra, que promueve movimientos intestinales saludables y puede reducir la exposición del colon a carcinógenos”, además de que “contienen polifenoles, que tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios”. Investigaciones recientes sugieren que consumir manzanas entre tres y seis veces por semana podría asociarse con una disminución del 30% en el riesgo de muerte prematura.
3. Kiwi
Otra fruta destacada fue el kiwi. Salhab explicó que esta fruta representa una “excelente fuente de fibra, que ayuda a la salud digestiva”, lo que podría estar vinculado con una reducción del 13% en la probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer. También afirmó que los kiwis son “ricos en vitamina C y otros antioxidantes”, los cuales intervienen en la protección celular frente al estrés oxidativo. Su consumo frecuente contribuiría a regular la digestión y disminuir molestias gastrointestinales.
4. Cítricos
Finalmente, incluyó a los cítricos como las naranjas, limones, limas y pomelos. Según Salhab, pueden reducir el riesgo de cáncer de colon en un 9 por ciento. Esta protección estaría relacionada con su aporte de vitamina C y el hecho de que “contienen flavonoides, que pueden tener propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas”.
Otras causas en estudio
Recientemente, también se divulgó un estudio que plantea que una bacteria intestinal podría estar asociada al aumento de los casos de cáncer colorrectal en personas jóvenes. “Creemos que esta exposición se produce muy pronto en la vida – probablemente durante la primera década – cuando los niños se infectan”, dijo el doctor Ludmil Alexandrov, profesor de la Universidad de California en San Diego y autor principal del estudio. Además, señaló que “la dieta, la inflamación y la genética también son probables contribuyentes”.
Especialistas de instituciones como Mayo Clinic señalaron que el incremento del cáncer de colon en adultos jóvenes podría estar relacionado con cambios en los hábitos alimenticios y estilos de vida. Entre los factores mencionados se encuentran el mayor consumo de carnes rojas y alimentos ultraprocesados, el descenso en la ingesta de frutas y fibra, la obesidad, y la falta de actividad física.
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También se estudian alteraciones en el microbioma intestinal, la exposición a elementos del entorno y ciertos síndromes genéticos, aunque en la mayoría de los casos no se identifican causas hereditarias.
Recomendaciones para reducir riesgos
La American Cancer Society propone dos estrategias principales para disminuir la incidencia de este cáncer: los chequeos regulares y la adopción de prácticas saludables. Las evaluaciones médicas como las colonoscopias o los exámenes de heces permiten detectar pólipos antes de que se conviertan en tumores malignos, o identificar el cáncer en fases tempranas. Se recomienda iniciar estos controles a los 45 años, aunque quienes presenten factores de riesgo deberían hacerlo antes y con mayor frecuencia.
En cuanto al estilo de vida, se aconseja mantener un peso adecuado, realizar ejercicio con regularidad, aumentar el consumo de frutas, vegetales y cereales integrales, reducir el consumo de carnes procesadas y rojas, evitar el tabaquismo y limitar el alcohol. Estos cambios, junto con una alimentación basada en productos naturales como las frutas sugeridas por Salhab, podrían contribuir a reducir la incidencia de esta enfermedad.