
En la última década, un menú navideño económico para una familia tipo en Argentina acumuló un aumento de 12.779% en sus precios. El impacto de la inflación, la volatilidad cambiaria y la suba de costos en insumos básicos impulsaron una escalada de valores que modificó de manera significativa el gasto para celebrar las fiestas en el país.
Según un informe de Focus Market, entre 2015 y 2020, el incremento para armar una mesa navideña fue de 399%. Desde ese año hasta la actualidad, la suba trepó a 2.481%. En términos absolutos, pasó de costar $763 en 2015 a $3.808 en 2020 y 98.266 pesos en la actualidad.
El relevamiento de la consultora muestra tres alternativas de menú navideño: Económico, Intermedio y Premium. Cada opción incluye plato principal, postre, mesa dulce y bebidas para cuatro personas, con diferencias en los cortes de carne, la calidad de las bebidas y la variedad de productos de la mesa dulce.
En 2025, el Menú Económico tiene un valor de $98.266, un 13% más que el año anterior. Está compuesto por lechón, gaseosa cola de tercera marca, vino, ensalada de papa y huevo, un kilo y medio de helado de pote, pan dulce, budín sin frutas, garrapiñada, turrón de maní, ananá fizz y sidra.

En este segmento, los productos con mayores aumentos fueron el pan dulce con frutas (44%), el budín sin frutas (27%) y el espumante de ananá (25%). Por el contrario, el helado de pote, la sidra y la ensalada de papa y huevo tuvieron variaciones de -24%, -3% y 4% respectivamente.
La versión Intermedia suma $196.599, lo que representa un 39% más que en 2024. Incluye asado del centro, gaseosa cola de primera marca, vino, ensalada de papa y huevo, helado artesanal, pan dulce con frutos secos, budín con chips de chocolate, garrapiñada de maní, turrón de almendras, espumante de fresa y champagne.
Dentro de este menú, los mayores aumentos corresponden a la gaseosa cola de primera marca (58%), el asado del centro (46%) y el pan dulce con frutos secos (42%). Los menores incrementos se observan en la ensalada de papa y huevo (4%), el vino tinto clásico (10%) y el champagne extra brut (15%).

El Menú Premium de 2025 asciende a $314.768, un 44% más que el año pasado. Incluye peceto entero premium, gaseosa cola de primera marca, vino, ensalada de papa y huevo, helado artesanal, pan dulce con frutos secos y frutas de panadería, Stollen alemán, torta de frutos secos, turrón español blando de yema con maní, sidra premium y champagne premium.
Los productos con mayores subas en este segmento son el peceto entero premium (62%), la gaseosa cola de primera marca (58%) y el champagne de primera marca (56%). Los que menos aumentaron son la ensalada de papa y huevo (-8%), la torta de frutos secos (7%) y el vino Cabernet Sauvignon (9%).
En 2024, el menú económico requería $87.127, el intermedio $141.770 y el premium $218.651. El salto de precios en 2025 muestra el efecto de la inflación, la presión de los insumos importados y los cambios en la dinámica de consumo.
En la canasta de la mesa navideña, las bebidas alcohólicas —en especial los vinos— fueron las que registraron los aumentos de precios más moderados. Esta dinámica responde a una combinación de factores que actualmente ejercen presión a la baja sobre el sector.

“Los vinos, salvo los de primera categoría, mostraron en algunos casos poca variación o incluso caídas en su precio. En primer lugar, la baja del precio internacional limita la capacidad de las bodegas para ajustar valores en el mercado interno. A esto se suma una disminución de las exportaciones, que deja mayor volumen disponible para el consumo local”, señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.
“La consecuencia es un mercado con stocks elevados, lo que obliga a moderar los aumentos para sostener la rotación. La debilidad del consumo en el mercado interno actúa como un freno adicional: en un contexto de menor poder adquisitivo, los productores priorizan mantener competitividad antes que trasladar plenamente sus costos”, agregó.
Por el contrario, “las bebidas gaseosas de primeras marcas muestran subas por encima del promedio debido al fuerte peso de los costos logísticos, impositivos y de los envases, además de una estrategia de reposicionamiento de precios típica de empresas con alta participación de mercado. Sin embargo, el precio unitario baja en la compra de promociones 2×1 o descuentos en supermercados”.
Respecto a la carne vacuna, Di Pace dijo: “El incremento responde a una recomposición de precios tras meses de atraso relativo, sumado al encarecimiento de la invernada y a una menor oferta en el mercado interno. La demanda estacional —que suele intensificarse en diciembre— amplifica este ajuste”.