La influencia de la luna sobre el sueño es más notoria en áreas rurales sin luz artificial, según estudios recientes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dormir mal en noches de luna llena no es solo una percepción popular. Distintos estudios científicos exploraron la relación entre las fases lunares y la calidad del sueño en adultos, identificando diferencias medibles en la duración y profundidad del descanso. El fenómeno aparece tanto en áreas rurales como urbanas, aunque con distintos matices.

Diversos equipos de investigación evaluaron estos efectos empleando mediciones fisiológicas en laboratorio y monitoreo en contextos cotidianos alrededor del mundo. Según Popular Science, comprender cómo la luna impacta en el sueño no resulta sencillo, ya que existen creencias culturales y emociones que pueden influir en la experiencia individual.

El doctor Stephen Carstensen, especialista en trastornos respiratorios relacionados con el sueño, advierte que ciertas personas asocian noches de luna llena con insomnio o inquietud, lo que puede reforzar la vigilia por mecanismos psicológicos y no fisiológicos.

Científicos confirman que la luna llena afecta la calidad y duración del sueño, tanto en zonas urbanas como rurales (AP Foto/Ariel Schalit, Archivo)

De acuerdo con un estudio realizado en Suiza, difundido por Popular Science, los investigadores analizaron datos de participantes que desconocían el objetivo lunar de la experiencia. En las noches de luna llena, se verificó una caída del treinta por ciento en la actividad cerebral relacionada con el sueño profundo.

Un estudio internacional publicado en Science Advances analizó patrones de sueño en comunidades con y sin acceso a luz artificial, y encontró que las personas tienden a dormir menos y a acostarse más tarde en los días previos a la luna llena.

Este efecto se observó tanto en entornos rurales como urbanos, lo que respalda la influencia real del ciclo lunar sobre la duración y profundidad del sueño, aunque también destaca el peso de la luz artificial moderna.

La influencia de la luna sobre el sueño es más notoria en áreas rurales sin luz artificial, según estudios recientes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los sujetos demoraron, en promedio, cinco minutos adicionales en conciliar el sueño y su descanso se redujo en veinte minutos en general. Además, reportaron menor calidad de sueño y disminución de niveles de melatonina, una hormona clave en la preparación del cuerpo para el reposo nocturno.

Los especialistas señalan que la exposición a la luz, tanto natural como artificial, puede suprimir la producción de melatonina, lo que hace plausible un efecto directo de la luna sobre el estado de vigilia.

En el mismo sentido, el psiquiatra y especialista en medicina del sueño Alex Dimitriu, fundador de Menlo Park Psychiatry and Sleep Medicine, señaló que la luz de la luna podría tener un efecto natural que favorece la vigilia.

La influencia de la luna sobre el sueño es más notoria en áreas rurales sin luz artificial, según estudios recientes (Freepik)

Mientras tanto, una segunda investigación suiza sobre 47 adultos sanos confirmó alteraciones similares: los voluntarios durmieron veinticinco minutos menos durante la luna llena.

El análisis reveló que los hombres se vieron más afectados que las mujeres, con una reducción de hasta cincuenta minutos en total. El estudio también identificó un retraso de treinta minutos en la llegada a la fase REM, el ciclo vinculado al sueño profundo y los sueños intensos.

De acuerdo con la revisión citada por Popular Science, nuevas investigaciones añaden matices a esta historia. Un estudio desarrollado en Hungría observó que, en contraposición a los resultados suizos, las mujeres presentan más interrupciones en el sueño bajo la luna llena. Este tipo de divergencias sugiere una compleja interacción entre variables biológicas, culturales y ambientales.

La influencia de la luna sobre el sueño es más notoria en áreas rurales sin luz artificial, según estudios recientes (Freepik)

Sin embargo, estos experimentos presentaban una limitación relevante: se realizaron dentro de laboratorios de sueño, donde la falta de familiaridad con el entorno puede afectar negativamente la calidad del descanso. Para mitigar este problema, los científicos de la Universidad de Washington decidieron ejecutar un análisis en campo.

El análisis consistió en realizar un seguimiento a personas de tres comunidades argentinas: una situada en las afueras de una ciudad, otra en una zona rural con suministro eléctrico limitado, y la tercera en un área remota sin acceso a la red eléctrica. También recopilaron datos de 474 estudiantes universitarios de Seattle, que usaron relojes de muñeca para medir sus horas de sueño durante dos meses.

En todos los entornos, tanto con como sin acceso a luz artificial, las personas durmieron menos y tardaron más en dormir durante las noches previas a la luna llena.

Estudios revelan que la luz lunar reduce el sueño profundo y retrasa el descanso, con diferencias entre hombres y mujeres (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los responsables del estudio suponen que este patrón puede responder a una antigua adaptación: cuando la luna brillaba con más intensidad, los seres humanos ancestrales habrían aprovechado la mayor luminosidad para prolongar la vigilia y realizar actividades sociales, laborales o de caza.

El efecto resultó más claro en comunidades rurales y aisladas, donde la luz de la luna sigue siendo la principal fuente natural durante la noche. En los entornos urbanos, en cambio, la incidencia de la luna en el sueño resulta marginal en comparación con el impacto de la iluminación artificial.

Carstensen señala que factores modernos como las pantallas LED y la luz de las calles alteran de forma más significativa la producción de melatonina y, por lo tanto, la calidad del sueño.

Factores culturales y psicológicos también inciden en la percepción de insomnio durante la luna llena, advierten especialistas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dimitriu coincide con esta visión. Sostiene que “la capacidad de la luna para disminuir el tiempo total de sueño en hasta una hora es notable. Si la luna llena puede provocar estas diferencias, el uso de pantallas brillantes frente al rostro episodios prolongados tendría un efecto aún mayor”.

Los hallazgos científicos indican que el ciclo lunar mantiene influencia sobre los ritmos del sueño, especialmente en ambientes donde la luz natural prevalece sobre la artificial. Aunque las costumbres modernas modificaron los hábitos nocturnos, la evidencia sugiere que la luna sigue afectando los patrones de descanso.

Las investigaciones más recientes se inclinan hacia la explicación fisiológica, pero también reconocen la importancia de los factores culturales y psicológicos en la experiencia de insomnio asociada a la luna llena.

La interacción entre luz natural y artificial y el rol de la luna sobre el sueño continúan generando preguntas que la ciencia busca responder. Distintos equipos trabajan para aislar mejor el efecto lunar y determinar su verdadera magnitud en la vida cotidiana.