En el reino animal existen especies que alcanzan velocidades extraordinarias gracias a adaptaciones evolutivas precisas. Estas características no solo les permiten cazar con mayor eficacia, sino también escapar de depredadores y recorrer grandes distancias en sus migraciones. En tierra, en el aire y en el agua, distintos animales se destacan como verdaderos campeones de la rapidez, cada uno con rasgos físicos y conductas que optimizan su rendimiento en el entorno natural.
Los más veloces en tierra
En el grupo de los animales terrestres, el guepardo ocupa el primer lugar sin rivales. Este felino, de cuerpo esbelto y pelaje manchado, alcanza hasta 120 kilómetros por hora en carreras cortas y puede acelerar de 0 a 97 km/h en apenas tres segundos, una cifra que iguala a los autos deportivos. Sin embargo, estas velocidades solo se sostienen durante un minuto, ya que su resistencia es limitada. Según How Stuff Works, de manera habitual, corre a un promedio de 64 km/h, ritmo suficiente para cazar presas veloces como el ñu azul, otro corredor notable que llega a 80 km/h.
Después del guepardo, el segundo puesto lo ocupa el berrendo, un mamífero que habita en Norteamérica y que en ocasiones recibe el nombre de antílope, aunque pertenece a un grupo distinto. Este animal alcanza hasta 98 km/h y se diferencia por su capacidad de mantener ritmos altos durante distancias prolongadas, lo que lo convierte en uno de los corredores más resistentes del continente. Sus características físicas evolucionaron como respuesta a la necesidad de sobrevivir en espacios abiertos, donde la velocidad resulta vital para escapar de depredadores, detalló How Stuff Works.
El tercer lugar en la tierra corresponde a la gacela con bocio, frecuente en zonas de Asia Central como Mongolia y el noroeste de China. Debe su nombre a una protuberancia en la laringe que recuerda al bocio. Según el Libro Guinness de los Récords, puede alcanzar los 97 km/h, lo que le otorga el título de antílope más rápido. Esta capacidad es esencial para su supervivencia, ya que es presa de numerosos depredadores en su hábitat natural.
Los más rápidos en el aire
En el aire, la supremacía pertenece al halcón peregrino, considerado el animal más veloz del planeta. Esta ave, presente en casi todos los continentes, alcanza más de 320 km/h cuando se lanza en picada para atrapar presas. El récord mundial lo ostenta un ejemplar llamado Frightful, que llegó a 389 km/h en una prueba controlada en 1999. Según National Audubon Society, además de su velocidad, destaca por su capacidad de recuperación tras haber estado en peligro de extinción en el siglo XX debido al uso de pesticidas.
El halcón sacre ocupa un lugar cerca-no. Esta especie, originaria de Eurasia y África, puede igualar los 320 km/h en vuelo de caza, aunque pasa la mayor parte del tiempo planeando para ahorrar energía. Es un ave reconocida como símbolo nacional en países como Hungría y Mongolia y, según indicó How Stuff Works, presenta un marcado dimorfismo sexual, ya que las hembras son más grandes que los machos.
El tercer lugar entre las aves lo tiene el águila real, distribuida en América del Norte, Europa y Asia. Esta especie planea a velocidades de hasta 193 km/h, pero en ataques en picada puede llegar a registrar entre 241 y 322 km/h. Además de cazar presas como conejos y ardillas, puede enfrentarse a animales más grandes si necesita defender su territorio o sus nidos, detalló All About Birds.
Los más veloces en el agua
En el agua, el liderazgo lo ocupa el pez vela. Este depredador marino, conocido por su gran aleta dorsal y su silueta hidrodinámica, puede alcanzar hasta 109 km/h según el Libro Guinness de los Récords. Su velocidad máxima se consigue al plegar sus aletas, lo que reduce la resistencia del agua. Se lo considera el equivalente acuático del guepardo por la combinación de rapidez y eficiencia en sus movimientos.
El marlín azul es otro de los animales más veloces del mar. Puede desplazarse a 110 km/h en cortos intervalos, aunque su velocidad promedio ronda los 80 km/h. Es una especie de gran tamaño que puede medir hasta cinco metros y superar los 900 kilos de peso. Expertos del Florida Museum of Natural History señalaron que se caracterizan por atacar cardúmenes de peces pequeños, que aturde con golpes de su pico antes de devorarlos.
El pez espada completa la lista de los más veloces del agua. Alcanza picos de hasta 100 km/h y mantiene una velocidad media de 64 km/h. Su cuerpo, detalló How Stuff Works, cuenta con glándulas que producen aceite, lo que reduce la fricción y facilita la rapidez de su desplazamiento en largas distancias. Es un pez migratorio que habita en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, donde recorre grandes trayectos en busca de alimento.
Las capacidades de estos animales marcan el límite de la adaptación evolutiva para la velocidad pura. El guepardo, el halcón peregrino y el pez vela representan el máximo exponente de rapidez en tierra, aire y agua. Cada uno de ellos es prueba de cómo la presión de la supervivencia moldea cuerpos y comportamientos que convierten a estas especies en referentes indiscutidos de la rapidez en el mundo natural.