En un contexto de caída del poder adquisitivo y cambio de estructura de los gastos de los hogares por el aumento de los “costos fijos” como tarifas, el 78,4% de los argentinos cambió sus hábitos de consumo debido a la crisis económica, y la postergación de compras no esenciales fue la primer mención.
Así surge de una encuesta de Management & Fit. Al mismo tiempo, el 43,6% menciona tener algunas o muchas dificultades para cubrir los gastos del mes, disminuyendo su mención en 5,9 puntos. Entre los segmentos, la mención de dificultades aparece más entre mujeres, mayores de 40 y el nivel educativo bajo.
En detalle, el 16,8% de los encuestados postergó compras no esenciales, como indumentaria, ropa o calzado. El 9,9% redujo las salidas a comer fuera del hogar y el 10% dejó de consumir primeras marcas, mismo porcentaje que optó por disminuir el consumo de carnes.
Sobre esto último, el economista Néstor Margariños aseguró que el precio de los “Restaurantes y comidas fuera del hogar” se continúa encareciendo y alcanzó su máximo histórico en julio 2025. El rubro encadenó 15 meses consecutivos creciendo por encima de la inflación.
El 7,4% recortó salidas de recreación o actividades culturales, mientras que el 7,3% retrasó o dejó de pagar algún servicio. En tanto, el 8,6% postergó viajes, vacaciones o escapadas.
El 3% redujo los gastos relacionados con la salud y el 1,1% los vinculados con la educación. Otro tipo de modificaciones en el consumo alcanzaron al 4,2%. Por el contrario, el 20,5% afirmó no haber limitado ningún consumo o actividad. Solo el 1,1% no respondió.
La situación general del país se califica en un 29,5% como positiva, con un 44,9% que considera que la misma mejorará a futuro.
Ese recorte de consumos se observa en los datos que manejan distintas cámaras y consultoras, que observan que la caída se extiende a otros rubros, y en la retracción de los salarios vista en los últimos meses.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas pymes registraron en julio una caída interanual del 2% y retrocedieron 5,7% frente a junio. Ni el cobro del aguinaldo ni el movimiento asociado a las vacaciones de invierno lograron frenar la tendencia negativa que atraviesa el comercio en los últimos meses.
Del relevamiento por rubro se desprende que, de los siete sectores analizados, solo tres mostraron incrementos interanuales. “Perfumería” lideró con un alza del 1,8%, seguido por “Farmacia” (0,9%) y “Alimentos y bebidas” (0,4%).
En contraste, cuatro rubros cerraron con resultados en baja. “Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles” tuvo el mayor retroceso con un 6,7%, mientras que “Textil e indumentaria” cayó 5,1%, “Calzado y marroquinería” 2,5% y “Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción” 1,9%.
Por otro lado, las ventas vinculadas al Día del Niño disminuyeron 0,3% frente a la misma celebración del año anterior. Aun con promociones y planes de pago ofrecidos por el 87% de los comercios, no se logró revertir el estancamiento que se observa en lo que va del mes.
En el caso del consumo masivo, tras tres meses consecutivos de crecimiento en todos los canales —supermercados, autoservicios, e-commerce, mayoristas y kioscos—, junio interrumpió la tendencia y registró una baja del 0,8%, de acuerdo con datos de Scentia.
Aunque el balance del primer semestre mostró un leve incremento del 0,4%, ese repunte no alcanza para compensar la caída de dos dígitos registrada en el mismo período de 2024. En las grandes cadenas de supermercados, el panorama continúa siendo crítico.
Un informe de Kantar había señalado que los hogares argentinos están incorporando una lógica más estratégica al momento de abastecerse, con el precio, la variedad, la conveniencia y las promociones como factores determinantes, por encima de la fidelidad a un canal específico.
De acuerdo con el estudio, el 77% de los hogares realizó compras en al menos cuatro canales distintos en el último año, lo que confirma la omnicanalidad como un hábito de consumo consolidado. Esta diversificación no solo responde a la necesidad de ajustar gastos, sino también a una conducta cada vez más planificada y comparativa por parte de los consumidores.
La preferencia histórica por supermercados e hipermercados muestra signos de retroceso, mientras que mayoristas y almacenes se posicionan como los principales ganadores, impulsados por la variable precio. Según Kantar, los productos en estos canales pueden resultar hasta un 21% más económicos que en los supermercados tradicionales.