La industria automotriz argentina caerá un 10% este año en el volumen de exportaciones. Sin embargo, Toyota y Mercedes-Benz crecieron en una apuesta fuerte por resignar margen para ganar mercado

Gustavo Salinas es el presidente de Toyota Argentina desde 2023, la compañía automotriz que lidera el mercado argentino. Fue el sucesor en el cargo de Daniel Herrero, quién había estado en esa función entre 2010 y 2022, y que desde este año es presidente de Prestige Auto, la empresa que compró la operación comercial e industrial de Mercedes-Benz Argentina.

Ambos tienen estilos y perfiles completamente distintos de gestión, pero tuvieron la misma escuela de la eficiencia que es pilar de Toyota a nivel mundial. En diálogo con Infobae, coincidieron en señalar que el mercado automotor argentino tendrá un crecimiento cercano al 15% en 2026, lo que le permitiría vender 700.000 autos 0 km entre vehículos nacionales e importados.

Este martes, Salinas, presidente de la filial local de Toyota, dijo en rueda de prensa que aunque algunos de sus competidores estiman que podrá rondar entre 650 y 660 mil patentamientos, ellos son un poco más optimistas y creen que se llegará a las 700.000 unidades.

A su vez, en una reunión con los periodistas especializados en las instalaciones del Complejo industrial Juan Manuel Fangio de Virrey del Pino, Herrero no dudó en vaticinar esa misma proyección. “Vemos un mercado que puede crecer y va a estar muy relacionado al crédito que pueda aparecer. Yo entiendo que va a haber asimetrías, un negocio como el minero, petrolero o agrícola van a estar arriba mucho más rápido que otros sectores. Pero para mí el año que viene vamos a llegar a los 700.000 autos”, señaló.

Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina, reconoció que se hizo un esfuerzo económico este año para exportar más que en 2024

La receta exitosa

En ambas compañías hubo un factor común que no se dio en todas las automotrices. En medio de una caída aproximada del 10% en las exportaciones de autos argentinos, estas dos empresas crecieron en ese rubro del comercio exterior, lo que significa que mientas algunos competidores enviaron menores volúmenes de unidades a los países de la región, tanto Toyota como Mercedes-Benz incrementaron las ventas.

“Este año nosotros representamos más del 50% de la exportación argentina automotriz, cuando un par de años atrás teníamos entre el 35% y el 40%. Eso creo que obedece a distintos factores. Uno es que Hilux sigue teniendo mucho peso y demanda en Latinoamérica, incluso a pesar de saber que habrá una renovación en poco tiempo. El otro fue entender que los precios los termina definiendo el cliente. En algún momento el cliente está dispuesto a pagar un precio, en otros momentos otro y en función de eso vamos operando”, comentó Salinas.

Toyota es una de las automotrices que este año se vio afectada por la decisión del gobierno de no renovar la exención a las exportaciones incrementales como se hizo desde 2021. Muchos de sus competidores no pagan esa retención por tener modelos nuevos, posteriores a 2023, que se acogieron a la Ley de promoción industrial de automotores, que entre sus beneficios no percibe ese impuesto que hoy tiene un impacto aproximado del 5%.

“Nuestro compromiso de producción va más allá de todas las complejidades y las dificultades, y las retenciones a la exportación han sido claramente este año un tema muy complicado para nosotros”, reconoció Salinas, antes de explicar que “priorizamos la visión de largo plazo donde hay que hacer sacrificios en el corto para no perder ese cliente, ese mercado de exportación, porque si vos no lo haces ese cliente compra otra marca y por ahí el día de mañana no vuelve a comprarte más”, explicó.

Daniel Herrero dice que aumentó la producción con la misma estructura para ganar un margen que le permitió exportar Sprinter con mejores precios

Herrero vivió una situación similar con la exportación de Mercedes-Benz Sprinter. El plan industrial para este año era de 14.000 unidades de producción con una exportación levemente superior a las 10.000, principalmente a Brasil. Sin embargo, entre junio y noviembre generó un crecimiento en la velocidad de línea que le permitió llegar a 16.000 vehículos, lo que representa un crecimiento del 15%, que piensa llevar a 20.000 en 2026.

“Hoy tenemos una asimetría, porque tenemos derechos de exportación y estamos llegando a Latinoamérica cuando otros países llegan con incentivos del Estado”, comentó el ejecutivo, haciendo clara alusión a las marcas chinas.

“Argentina y toda Latinoamérica tienen una deuda pendiente de productividad. Discutimos si podíamos hacer más unidades con la misma gente. Eso nos permitió incrementar producción sin aumentar costos fijos. Y esa absorción de costos fijos nos permitió ir a los distribuidores a decir: ‘Te bajo el precio, dame más volumen’. Y fue tan exitoso que, por ejemplo, hoy en diciembre, nosotros ya tenemos puestas órdenes de compra de exportación en firme, no negociables, de once mil unidades”, dijo el líder de Prestige Auto.

“Es lo mismo que hicimos en el mercado argentino. Mantuvimos cinco meses el precio en peso fijo con la intención de desafiar volumen y de esa manera ganar sustentabilidad en el negocio”, finalizó.

Mientras otras marcas apuestan a la rentabilidad sin buscar volumen, tanto Toyota como Mercedes-Benz parecen ir por el camino contrario, incluso resignando margen.

“Hay que entender que no solo la Argentina, el mundo está cambiando a partir de un nivel de competencia cada vez mucho mayor, donde hay un jugador nuevo de mucha relevancia como es la industria china y los mercados tradicionales, americanos, europeos, japoneses, que también tienen su sana aspiración de seguir creciendo. Todo eso es bueno para el cliente. Entonces está en las condiciones de cada uno cómo llegar a ese mercado”, agregó Salinas.