Más del 27% de la población de América Latina tendrá más de 60 años en 2050, exigiendo a las empresas adaptar estrategias y aprovechar la experiencia de trabajadores mayores en sectores clave.

En un contexto donde el envejecimiento poblacional redefine las dinámicas laborales en América Latina, un reciente estudio revela que el 91% de los ejecutivos peruanos mayores de 50 años no contempla retirarse en el corto plazo. Este dato, presentado por la consultora Pulso en su informe “Economía Plateada: perspectivas y futuro laboral”, pone de manifiesto las aspiraciones y desafíos de este grupo etario en el mercado laboral del país. Según el informe, los profesionales de esta generación buscan mantenerse activos, ya sea en sus actuales roles, a través de emprendimientos o mediante jornadas laborales reducidas.

Vale precisar que, en el Perú, la edad mínima para jubilarse es de 65 años, tanto para el Sistema Nacional de Pensiones (SNP) como para el Sistema Privado de Pensiones (SPP). Sin embargo, es posible jubilarse antes mediante una jubilación adelantada, con requisitos específicos para cada sistema. Así, en el SNP, la jubilación adelantada se puede solicitar a partir de los 50 años para las mujeres y 55 años para los hombres, con un mínimo de 20 años de aportes.

El estudio, que incluyó a más de 100 ejecutivos peruanos y 80 ecuatorianos, fue presentado en Lima por Luis Avellaneda Ulloa, representante de Pulso Perú y Director Gerente en Realidades. Los resultados destacan una tendencia clara: lejos de considerar la jubilación como una meta inmediata, estos profesionales priorizan la estabilidad económica, la realización personal y la posibilidad de generar impacto desde su experiencia acumulada.

Transformación en las prioridades laborales de los ejecutivos peruanos

De acuerdo con los datos recopilados por Pulso, los ejecutivos peruanos mayores de 50 años están redefiniendo su relación con el trabajo. Aunque la estabilidad económica sigue siendo un factor clave, con una puntuación promedio de 4,34 sobre 5, otros aspectos como la realización personal (4,23/5) y un clima laboral respetuoso (4,00/5) han ganado relevancia. Además, muchos de ellos valoran la oportunidad de contribuir al entorno laboral desde su experiencia, lo que refleja un cambio en las prioridades tradicionales de esta generación.

El informe detalla que el 39% de los encuestados planea continuar trabajando en su formato actual, mientras que el 35% busca emprender o dedicarse al trabajo independiente. Un 17% optaría por reducir su carga laboral, mientras que solo el 9% considera retirarse por completo. Estas cifras evidencian un interés generalizado por mantenerse activos, aunque con modalidades laborales más flexibles que permitan equilibrar sus necesidades personales y profesionales.

En un contexto de envejecimiento poblacional, los ejecutivos mayores enfrentan discriminación y falta de oportunidades laborales, pidiendo transformaciones en capacitación y condiciones que impulsen su desarrollo.

Barreras en un mercado laboral para menores de 50 años

El estudio también profundiza en las razones detrás de este deseo de continuar trabajando. Según Pulso, los ejecutivos peruanos valoran especialmente el bienestar personal, el tiempo en familia y la flexibilidad laboral, factores que obtuvieron puntuaciones superiores a 4,0 sobre 5 en las encuestas realizadas. Estas motivaciones reflejan una búsqueda de equilibrio entre la vida laboral y personal, algo que parece ser una prioridad creciente en este segmento de la población.

Sin embargo, los profesionales mayores de 50 años enfrentan importantes obstáculos estructurales en el mercado laboral. Entre las principales barreras identificadas se encuentran la falta de oportunidades (11,61%), los beneficios poco competitivos (9,68%) y la discriminación por edad (9,03%). Estas dificultades ponen en evidencia una desconexión entre las políticas empresariales y las necesidades reales de este grupo etario, lo que subraya la necesidad de entornos laborales más inclusivos y adaptados a las nuevas realidades demográficas.

Los profesionales senior en Perú optan por seguir activos, ya sea trabajando en su formato actual, emprendiendo o reduciendo horas. El envejecimiento laboral exige cambios estructurales urgentes.

¿Competir y mejorar, pasados los 50 años?

A pesar de los desafíos, los ejecutivos peruanos mayores de 50 años se perciben como altamente valiosos en áreas clave. Según el informe de Pulso, destacan en liderazgo (4,36/5), resolución de problemas (4,28/5) y conocimiento del sector (4,24/5). Estas competencias los posicionan como activos estratégicos dentro de las organizaciones, especialmente en un contexto donde la experiencia y la capacidad de toma de decisiones son fundamentales.

No obstante, el estudio también identifica una brecha significativa en habilidades digitales, con una puntuación promedio de 3,49 sobre 5. Este déficit representa un área clave para el desarrollo continuo de estos profesionales, especialmente en un mercado laboral cada vez más digitalizado. La actualización en competencias tecnológicas podría ser determinante para garantizar su competitividad y relevancia en el entorno laboral actual.

La falta de competencias digitales emerge como el principal obstáculo para mayores de 50 años en un mercado laboral cada vez más digitalizado, pese a su liderazgo y experiencia estratégica.

Envejecimiento poblacional, un fenómeno latente en América Latina

El envejecimiento poblacional es un fenómeno que está transformando el panorama laboral en toda América Latina. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para 2050 más del 27% de la población de la región tendrá más de 60 años. Este cambio demográfico plantea retos significativos para los gobiernos, las empresas y la sociedad en general, que deberán adaptarse a una fuerza laboral más diversa en términos de edad.

En este contexto, el informe de Pulso subraya la importancia de actualizar las políticas públicas y las prácticas organizacionales para crear entornos laborales más inclusivos. Esto incluye no solo combatir la discriminación por edad, sino también ofrecer oportunidades de desarrollo profesional y formatos laborales flexibles que respondan a las necesidades de los trabajadores mayores.