Miles de nuevos refugiados de Sudán han cruzado la frontera hacia Chad desde la escalada del conflicto en la región de Darfur, según informó este miércoles el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Desde mediados de abril, estos refugiados, en su mayoría mujeres y niños, han llegado huyendo del campo de desplazados de Zamzam, el mayor de Sudán, que fue atacado por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), así como de la localidad de Tawila, donde las condiciones de vida ya eran críticas.
Las familias que han llegado a la ciudad fronteriza de Tiné, en el este de Chad, enfrentan precarias condiciones de vida. Según CICR, estas personas “duermen a la intemperie con escasos refugios improvisados bajo un sol abrasador”, con temperaturas que superan los 40 grados Celsius.
“Los refugiados, que lo han perdido todo, necesitan urgentemente alimentos, agua y cobijo, mientras las agencias humanitarias trabajan contrarreloj para responder a la afluencia masiva”, añadió el CICR.
Además, advirtieron que “las limitaciones de financiación dificultan la labor” de atención a los refugiados sudaneses que han cruzado la frontera hacia Chad. Esta situación se agrava tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de congelar la ayuda internacional el pasado enero, unida a la reducción de fondos humanitarios por parte de varios países europeos, según el Comité de la Cruz Roja.
Los recién llegados a Tiné están “profundamente traumatizadas”, señaló el comunicado. Muchas de estas personas han sufrido diversos tipos de violencia, incluyendo violencia sexual, y se encuentran separadas de sus seres queridos, con los que han perdido contacto tras quedar atrás en Sudán.
“En el camino pasamos sed, sufrimos. Esta mañana encontramos un poco de azúcar y tomamos té y, desde entonces (…) no hemos comido nada”, declaró a la ONG, Ardjoune Oumda Yahya, una mujer sudanesa y madre de ocho hijos que tardó dos semanas en llegar a Tiné con su familia desde Zamzam.
“Algunos de los niños se quedaron atrás y aún no han llegado. La guerra nos separó y ni siquiera sabemos dónde están”, relató otra refugiada, Khadija Adam Youssouf.
El pasado 6 de mayo, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reportó un incremento significativo en el número de refugiados sudaneses que han ingresado en Chad, destacando que cerca de 20.000 personas cruzaron la frontera en las últimas dos semanas.
De acuerdo con ACNUR, Chad ya acoge a 1,3 millones de refugiados, de los cuales 794.000 son provenientes de Sudán. Este aumento se ha observado desde que comenzó el conflicto en abril de 2023 entre las FAR y el Ejército sudanés, exacerbando la crisis humanitaria en la región y sobrecargando la capacidad de respuesta del país receptor.
A finales de abril, la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) reportó que aproximadamente 406.300 personas fueron desplazadas del campo de Zamzam desde el 13 de ese mes debido a la intensificación de la violencia por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Estas fuerzas también han aumentado sus ataques en los alrededores de Al Fasher, capital del estado de Darfur Norte.
La guerra en Sudán, que ha causado la muerte de decenas de miles de personas, ha generado una de las peores crisis humanitarias y de desplazamientos a nivel global, afectando a más de doce millones y medio de personas.
(Con información de EFE)