Cada mercado de destino impone requisitos distintos, lo que obliga a planificar la logística de forma segmentada (Foto: Shutterstock)

Como resultado de una fuerte pérdida de competitividad y mayores costos locales, las importaciones de carne vacuna crecieron 2.089% interanual en el primer cuatrimestre, al pasar de 225 a 4.926 toneladas. Esto no redundaría en una baja de precios al público, ya que el destino es para un sector específico.

En lo que va de 2025, ingresa carne vacuna a un ritmo de 1.200 toneladas por mes y con tendencia creciente, mientras que la carne porcina también aumenta mes a mes hasta alcanzar las 5.700 toneladas en abril, precisa el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA).

Javier Preciado Patiño, especialista en el sector agropecuario y dueño de la consultora RIA, explicó que “lo novedoso es la importación de carne vacuna desde Brasil fundamentalmente, también un poco de Paraguay y Uruguay”.

Preciado Patiño: “Lo novedoso es la importación de carne vacuna desde Brasil fundamentalmente, también un poco de Paraguay y Uruguay”. (Foto: Shutterstock)

“Las importaciones de carne siempre fueron muy marginales, básicamente en lugares de frontera, pero desde noviembre del año pasado han empezado a crecer exponencialmente, al punto que en enero se importaban 500 toneladas de carne vacuna desde estos países y en abril, que es el último dato oficial disponible del INDEC, se importaron 1500 toneladas, es decir, se triplicó en el término de cuatro meses”, dijo el especialista.

Consultado por los motivos de este fenómeno, Preciado Patiño indicó, en primer lugar, que se trata de carne congelada que se usa para la industria, principalmente de hamburguesas. “Y esto ocurre porque al fabricante le resulta más barato traer esa carne importada que la oferta que tiene de carne argentina. Es una relación simplemente de costos”, sostuvo.

En términos de los volúmenes importados, señaló que no recuerda algo parecido en las últimas décadas.

Se suma otro problema ahora que es que Brasil se declaró libre de aftosa sin vacunación, con lo cual va a poder exportar carne con hueso, como asado, a la Patagonia, que es la región argentina libre de aftosa sin vacunación, y va a sustituir a la producción local.

Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores, dijo que el nivel de importaciones por ahora es insignificante ya que en Argentina se consumen 180.000 toneladas por mes.

En esa línea, Preciado Patiño dijo respecto a posibles bajas de precios: “En este caso, ya lo hemos visto con otras cosas, no van a ocurrir porque los volúmenes no son lo suficientemente grandes en términos de consumo argentino para que se modifique la ecuación de los precios”.

Al mismo tiempo, se observa una caída de 30% en las exportaciones de carne vacuna congelada, cuyo principal destino es China. El gigante asiático le ha empezado a comprar a Brasil, que tiene un precio de la hacienda menor.

Por otro lado, en relación a las importaciones de carne de cerdo, que crecieron 435% interanual en el primer cuatrimestre, al escalar de 3624 toneladas a 19.403 toneladas. Al respecto, Preciado Patiño aseguró que esto ya empieza a generar un ruido en la cadena de valor porque un supermercado puede importar bondiola desde Brasil, por ejemplo.

“Eso sí le puede empezar a generar un daño al productor de cerdo de baja escala, porque hay un sustituto de consumo. El productor de porcino de gran escala con mucha eficiencia puede llegar a competir en estos parámetros, sigue en carrera”, consideró y agregó que quizás de esta manera se puede conseguir bondiola en las góndolas a $6.000, cuando en la actualidad vale aproximadamente $10.000 el kilo.

Las importaciones de carne de cerdo crecieron 435% interanual en el primer cuatrimestre (Adobe Stock)

“La importación de carne porcina brasileña ya está muy cerca del 10% de la producción nacional”, alertó el especialista.

Pero la carne no es el único alimento cuyas importaciones pegaron un salto. Por ejemplo, las compras de zanahorias aumentaron 2.182%, con Brasil como gran beneficiario, país que también lidera las importaciones de tomate, con un incremento interanual de 870 por ciento.

“Puesto en términos generales, las importaciones de alimentos sean intermedios o finales han crecido 152% entre junio de 2024 a abril de presente año, a razón de 19 millones de dólares por mes. A este ritmo, el año terminaría con importaciones mensuales cercanas a los 500 millones, y un acumulado de USD 4.200 millones», proyectó el IDAA.