
La exposición a aire contaminado afecta de manera directa y significativa la salud ocular de la población. Diversos estudios científicos demuestran que el contacto constante con sustancias nocivas presentes en el aire puede causar molestias, aumentar el riesgo de infecciones y generar complicaciones en personas con antecedentes oculares o en aquellos que utilizan lentes de contacto.
El impacto no se limita a una región específica, ya que la contaminación atmosférica representa un problema global en áreas urbanas e industriales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, millones de personas respiran aire con altos índices de contaminantes como partículas finas PM2.5, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre.

Estos elementos, presentes en la polución de grandes ciudades, ingresan al organismo a través de las vías respiratorias y por contacto directo con los ojos. De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología, la exposición frecuente a estos agentes puede provocar irritación, enrojecimiento, sequedad y una mayor propensión a infecciones oculares.
Especialistas consultados por NDTV destacaron que los síntomas más habituales vinculados a la contaminación ambiental incluyen ardor, picazón, lagrimeo excesivo y sensación de cuerpo extraño en los ojos. En personas con sensibilidad aumentada, como las que sufren de síndrome de ojo seco o alergias previas, estos síntomas pueden acentuarse, afectando la calidad de vida y dificultando la visión de manera transitoria. La exposición prolongada podría incluso derivar en conjuntivitis o agravar enfermedades preexistentes como la blefaritis.

De acuerdo con el doctor Pawan Gupta, cirujano especialista en cataratas y retina, el humo, el polvo y los productos químicos que flotan en el aire después de eventos como festividades, incendios o periodos de alta contaminación multiplican la incidencia de patologías oculares.
“El contacto con estos poluentes puede desencadenar enrojecimiento, picazón, lagrimeo y molestias persistentes, con mayor incidencia en quienes ya presentan problemas de sequedad o alergias oculares”, explicó Gupta. Los usuarios de lentes de contacto figuran entre los grupos más vulnerables, ya que las partículas microscópicas pueden alojarse entre el lente y la superficie ocular, provocando irritación o infecciones.

Frente a esta problemática, profesionales de la salud recomiendan medidas simples para limitar el impacto de la contaminación en los ojos. Según la Academia India de Oftalmología, el uso de gafas protectoras o anteojos con cierre lateral ayuda a bloquear el polvo y los agentes irritantes cuando la persona sale al exterior. Flushing frecuente de los ojos con agua limpia contribuye a eliminar residuos, mientras que el uso de lágrimas artificiales evita la sequedad y proporciona alivio inmediato.
The Indian Express indicó que mantener los ambientes interiores ventilados y recurrir a purificadores de aire estándar disminuye la concentración de partículas nocivas dentro del hogar, especialmente en dormitorios y zonas de descanso prolongado.

El consumo de agua en cantidad y la inclusión de frutas y verduras con antioxidantes refuerzan la protección de los ojos ante factores irritantes del ambiente. Según la Asociación Americana de Optometría, una hidratación adecuada mitiga los efectos de la sequedad ocular, y una dieta balanceada con alimentos ricos en vitamina A y E fortalece la salud visual ante la exposición a contaminantes.
Los especialistas subrayan que la prevención constituye la principal herramienta frente a episodios de mala calidad del aire. Reducir la permanencia en exteriores durante las horas de mayor polución, evitar frotarse los ojos y lavarse el rostro y los ojos con agua fría al regresar al hogar son hábitos recomendados por entidades médicas internacionales.
De acuerdo con la Federación Internacional de Sociedades de Oculistas, estas pequeñas rutinas disminuyen el riesgo de irritación e infección causada por partículas suspendidas en el aire.

En caso de persistencia de síntomas como enrojecimiento, dolor, inflamación, lagrimeo constante o visión borrosa, la consulta inmediata con un profesional de la salud visual resulta fundamental. Según la Mayo Clinic, la detección temprana de infecciones o lesiones oculares ocasionadas por la contaminación ambiental permite aplicar tratamientos oportunos y prevenir complicaciones mayores.
La contaminación atmosférica representa un reto permanente para la salud pública, y sus efectos en los ojos suelen pasar desapercibidos hasta que se manifiestan molestias evidentes. Mantener prácticas preventivas, informarse sobre los niveles locales de calidad del aire y acudir al oftalmólogo ante señales de alarma favorecen el cuidado efectivo de la visión frente a un entorno cada vez más contaminado.