Un corredor de bolsa observa este jueves, 3 de abril, varias pantallas que muestran la variación de los indicadores bursátiles en la Bolsa de Valores de Nueva York, en Wall Street (NY, EE.UU.). EFE/Justin Lane

La apertura de los mercados de futuros este domingo fortaleció la impresión de un posible “lunes negro” en Wall Street y las principales bolsas mundiales, temor que ya habían prefigurado la fuerte caída en la cotización del bitcoin y las principales criptomonedas, que también cayeron fuertemente este fin de semana.

El Dow Jones industrial caía 1.405 puntos, un 3,7%, mientras el S&P 500 de futuros perdía 4,3% y el Nasdaq 100 de futuros, más orientado a la valuación de las empresas tecnológicas retrocedía un 5,4 por ciento.

El índice Nikkei, de la bolsa japonesa, abría con caídas cercanas al 7%, en un clima en el que se va asentando la sensación de una caída generalizada de valores y un fuerte aumento del riesgo de una recesión mundial. Un indicador en ese sentido es la caída de los futuros del precio internacional del petróleo por debajo de 60 dólares el barril, prolongando la caída del 6% de la semana de los anuncios de Trump. El WTI, la variedad de referencia en Estados Unidos, alcanzó su nivel más bajo desde abril de 2021.

Se trata de la prolongación de las caídas que se habían registrado en las 48 horas posteriores a los anuncios de la Casa Blanca, que produjo por primera vez en la historia una caída en una sola jornada de más de 1.500 puntos en el índice Dow Jones. El S&P había caído el Viernes un 6%, el peor resultado diario desde la pandemia y 10% en las 48 horas posteriores a la presentación por parte de Trump de los “aranceles recíprocos a sus principales socios comerciales, lo que fue seguido por la respuesta de China de imposición de 34% de aranceles retaliatorios a EEUU, en lo que podría ser el inicio de una guerra comercial.

A su vez, el Nasdaq, el índice más “tecnológico” de Wall Street está 22% del récord alcanzado en diciembre de 2024.

El analista Charlie Bilello, de Creative Planning, precisó que se trata del sexto peor inicio del año bursátil (contando las primeras 64 sesiones de cada año) desde 1927, es decir, en casi un siglo.

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