La colocación de un bono en dólares luego de ocho años de aislamiento del mercado es el primer paso de una serie de medidas en las que trabaja el Gobierno para conseguir los dólares necesarios para cumplir con los abultados vencimientos de deuda de enero y junio 2026. La ingeniería financiera involucra diferentes operaciones, negociaciones y decisiones que aún impactan sobre la estabilidad macroeconómica y el perfil crediticio del país.
El Gobierno, bajo la conducción de Luis Caputo al frente del Ministerio de Economía, impulsó la reciente colocación de un bono, el BONAR 2029N, por USD 1.000 millones con una tasa anual de 9,26%. Esta operación marcó el regreso de Argentina al mercado de deuda tras casi ocho años sin acceso a crédito externo de mediano y largo plazo.
A pesar de que la operación resultó exitosa en términos de la situación previa, la tasa aún elevada y la escasa sobresuscripción manifestaron las limitaciones externas a tomar títulos bajo legislación local, y el costo del financiamiento para el país.
Esta emisión forma parte de una estrategia más amplia diseñada para afrontar los vencimientos de deuda que, sólo en enero y julio de 2026, suman USD 4.200 millones y USD 4.500 millones, respectivamente, que deben pagarse a bonistas privados y otros acreedores externos.
El monto recaudado con la colocación del bono servirá, en primera instancia, para cubrir parte de los pagos de capital e intereses inminentes
El monto recaudado con la colocación del bono servirá, en primera instancia, para cubrir parte de los pagos de capital e intereses inminentes, especialmente esos programados para la primera parte del año próximo.
Culminado ese paso, la hoja de ruta contempla la búsqueda de mecanismos alternativos para asegurar la disponibilidad del resto de los fondos necesarios.
El principal instrumento que domina la discusión en este momento es el repo con bancos internacionales, una modalidad de financiamiento que implica entregar bonos en garantía a cambio de efectivo líquido.
Fuentes conocedoras de las conversaciones confirman que el efectivo correspondiente al repo está ya pactado, sólo está a la espera de la decisión final del Gobierno nacional. El monto en negociación ronda los USD 6.000 millones, aunque existen ofertas que considerarían un rango más amplio.
El equipo económico enfrenta el desafío de equilibrar el costo de la operación frente a un índice de riesgo país superior a a 600 puntos básicos, factor que encarece el valor de los títulos públicos que se requieren como colateral.
El esquema que se analiza apunta a que este crédito bancario internacional, en la forma de repo, permita evitar el uso de reservas internacionales para los pagos de deuda de enero, resguardando así el balance del Banco Central de la República Argentina (BCRA), favoreciendo -según el análisis oficial- la mejora del perfil crediticio y una potencial reducción del costo de los futuros financiamientos.
El repo se convierte en el puente necesario para completar el financiamiento, mostrando la dependencia de Argentina de los mercados internacionales
Hasta este momento, el Tesoro no logró cubrir en su totalidad los próximos vencimientos con la emisión reciente. El repo se convierte así en el puente necesario para completar el financiamiento, mostrando la dependencia de Argentina de los mercados internacionales y de la disposición de los inversores privados a aceptar los términos propuestos.
Una vez conseguida la liquidez del repo, la estrategia contempla la aplicación de esa caja para efectuar una operación de administración de pasivos. Esta instancia resultará fundamental para despejar los vencimientos más inmediatos y, además, para prolongar los plazos de pago, disminuir la concentración de obligaciones en el corto plazo y dar mayor previsibilidad a la estructura financiera del sector público nacional.

Las fuentes que están al tanto de estas deliberaciones no detallan el formato exacto de la operación, aunque la hipótesis principal es la de un canje voluntario de deuda. En este contexto, la disponibilidad de fondos frescos provenientes del repo podría actuar como incentivo, conocido como sweetener, para aumentar la adhesión de los bonistas a la nueva propuesta del Gobierno.
La oferta podría incluir el canje de los bonos existentes por otros instrumentos con mayor plazo y condiciones financieras distintas, acompañados de una porción de dinero en efectivo para hacer más atractiva la operación y elevar su tasa de aceptación.
Este tipo de operación necesitará respaldo legal y político. Por esa razón, la gestión actual presentó un proyecto de Ley de Presupuesto 2026 que incorpora una modificación a la Ley de Administración Financiera. La propuesta busca habilitar y facilitar las reestructuraciones de deuda pública, incluyendo vencimientos denominados tanto en pesos como en dólares.
La oferta podría incluir el canje de los bonos existentes por otros instrumentos con mayor plazo y condiciones financieras distintas, acompañados de una porción de dinero en efectivo
El contenido del proyecto autoriza al Ejecutivo a reestructurar deuda utilizando instrumentos como canjes y nuevas emisiones, posiblemente acompañadas por toma de créditos internacionales de bajo costo orientados a obras de infraestructura estratégica.
Según el texto conocido del proyecto de Presupuesto 2026, el objetivo central consiste en aliviar la concentración de vencimientos, mejorar los plazos y el perfil financiero del país, y permitir una administración más activa y flexible de la deuda en un contexto de estabilización macroeconómica.
Se espera que el nuevo marco normativo simplifique las negociaciones con acreedores y brinde más herramientas al equipo económico para gestionar la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Esta línea técnica se encuadra dentro de un plan general que persigue el equilibrio fiscal y la reducción de necesidades netas de financiamiento, mientras se incrementa la inversión pública en sectores considerados estratégicos.
El proyecto de Presupuesto prevé un crecimiento económico moderado, baja de la inflación hasta 10% anual y estabilidad cambiaria, factores que el Gobierno estima como esenciales para la recuperación económica y para sostener la confianza de los inversores.
En el proceso legislativo, la discusión sobre las herramientas de canje y administración financiera activó debates, particularmente en relación con el nivel de transparencia y la capacidad de control sobre la utilización de los fondos y la aplicación de las nuevas autorizaciones al Ejecutivo.
Mientras tanto, el equipo económico continúa las negociaciones con bancos privados y fondos internacionales para definir la instrumentación de los compromisos externos inmediatos. El cronograma oficial marca el 9 de enero como fecha clave para el pago de cerca de USD 4.300 millones entre amortización y cancelación de intereses de bonos en dólares.
El cronograma oficial marca el 9 de enero como fecha clave para el pago de cerca de USD 4.300 millones entre amortización y cancelación de intereses de bonos en dólares
Se espera resolver la ingeniería final en las próximas semanas, en función del costo del repo y de la aprobación parlamentaria de las herramientas legales necesarias para lanzar las operaciones de canje.
El plan financiero incluye también considerar el uso de canjes de deuda en pesos con instrumentos como las Letras del Tesoro (Lecap) para descomprimir pagos internos y mejorar la estructura de vencimientos.
Las autoridades económicas consideran que si la demanda de dinero se recupera, el Banco Central podría comprar hasta USD 7.000 millones en el año sin incrementar las presiones inflacionarias, al mantener la base monetaria constante en términos del PBI. Si la recuperación es mayor, ese potencial alcanzaría USD 20.000 millones, mejorando la hoja de balance y proporcionando mayor margen para la política cambiaria y monetaria.
La consolidación fiscal, el control de la cantidad de dinero emitido y la recapitalización del Banco Central son presentados como factores que contribuyen a la baja del índice de riesgo país, que si logra perforar el umbral de 500 puntos básicos se traduciría en mejores condiciones para acceder a los mercados y reducir los costos del financiamiento futuro.
La consolidación fiscal, el control de la cantidad de dinero emitido y la recapitalización del Banco Central son presentados como factores que contribuyen a la baja del índice de riesgo país
La acumulación de reservas, el cierre de nuevos acuerdos con bancos internacionales y la aprobación de herramientas legales configuran el núcleo del plan oficial para afrontar los vencimientos sin comprometer la estabilidad macroeconómica, con la expectativa de que ello derive en tasas más bajas y facilite el crédito en el sistema financiero argentino.