Discusión de pareja (Freepik)

Con el paso del tiempo, todas las relaciones de pareja evolucionan: de la ilusión y los nervios del principio se pasa generalmente a la confianza mutua, la comodidad y los proyectos compartidos. Estos vínculos pueden atravesar periodos en los que alguna de las dos partes de la pareja se replantee si estar en la relación es lo correcto, ya sea por dudas, por problemas personales no asociados con la otra persona o por un cierto distanciamiento que se percibe, pero que no se sabe si es real o producto de la propia imaginación.

Cuando la rutina se instala, es frecuente que los gestos románticos del principio disminuyan, aunque seguir manteniendo la comunicación y los detalles son fundamentales para asegurar el bienestar emocional de ambos. En ocasiones, estos cambios pueden indicar que existe un problema en la relación, aunque no siempre es así: cada persona refleja un nivel distinto de intensidad en el amor y demuestra su cariño de una manera diferente. Sin embargo, el temor a que esto signifique que nuestra pareja está con nosotros por costumbre y no por enamoramiento puede llevar a estrés, pensamientos recurrentes o irritabilidad.

¿Amor o costumbre?

Cuando una persona realmente siente amor por su pareja se demuestra en un compromiso activo en la relación que está vinculado al interés por el mundo interno del otro. Las muestras de cariño son fundamentales en este aspecto, aunque una disminución de la cantidad o la frecuencia puede ser sinónimo de que la persona está atravesando por un momento complicado que le impide centrar gran parte de su atención en la relación.

Existen algunas recomendaciones de expertos psicólogos que pueden ayudarnos a determinar si el vínculo se mantiene por amor o por costumbre, pese a que siempre sea importante atender al contexto específico de la relación y el estado ánimo de la otra parte. Si estas pautas se mantienen en el tiempo y sin ninguna otra justificación aparente, podrían ser un indicativo de que tu pareja está contigo únicamente “por estar”:

  • Monotonía en la relación: en las relaciones largas, es normal entrar en una cierta monotonía a medida que aumenta la confianza y la comodidad. Sin embargo, cuando se siente que no hay espacio para la espontaneidad o el cambio, esto puede suponer un problema porque desaparece la pasión y el entusiasmo. Cuando solamente una de las personas de la pareja intenta ponerle remedio, puede indicar una falta de interés por parte de la otra.
  • Muestras de afecto automáticas o escasas: si existe una disminución en el contacto físico o las muestras de cariño (que con anterioridad sí se realizaban) o si estas se realizan de forma forzadas, puede significar que el vínculo se sostiene ya únicamente por costumbre y no por un amor real por la otra persona.

Mujer acostada en la cama con gesto de tristeza (Freepik)

  • Distancia emocional y ausencia de momentos significativos: a veces pasar tiempo juntos no es suficiente. Los planes deben ser de calidad, generando una conexión y una intimidad real. Si las experiencias que se viven ya son únicamente superficiales y rutinarias, pasando la diversión a un segundo plano, no se está potenciando un vínculo saludable.
  • Falta de interés por tu crecimiento personal y tus problemas: una parte esencial de la relación es celebrar los logros, así como apoyarse en los momentos complicados. Una persona que ya no apuesta por la pareja puede actuar con indiferencia ante tus alegrías y tus angustias.
  • Evitación de conflictos importantes: aunque tener conversaciones incómodos no es agradable, son necesarias para construir un vínculo duradero y fuerte. Cuando se produce una discusión, el primer paso para solucionarlo y continuar hacia delante es buscar soluciones juntos. Si evita hablar de ciertos temas profundos, puede significar una falta de interés o compromiso en la relación.
  • Falta de ilusión por un futuro juntos: si la otra persona no te incluye en sus planes y no planifica proyectos en común, puede sugerir que está contigo únicamente por comodidad.
  • Irritabilidad: aunque en ocasiones la frecuencia de los enfados puede aumentar debido a que la persona está atravesando un momento complicado, también puede indicar que hay tensiones latentes no abordadas.
  • Sentimiento de falta de honestidad: si se observan ciertas formas, tonos o expresiones que nos conducen a pensar que nuestra pareja está siendo deshonesto, puede ser indicativo de que hay un problema en la relación. Lo mejor en estos casos es siempre fomentar la comunicación para llegar hasta el final del asunto.

¿Cómo actuar si se detectan estos comportamientos?

Pese al temor que generan las conversaciones incómodas, estas serán necesarias si se observa que existe alguno de estos comportamientos. El primer paso, por tanto, siempre será hablar con sinceridad, establecer límites claros y expresar de forma honesta y abierta lo que se siente, lo que se percibe y cuáles son nuestras necesidades y deseos.

Es importante darnos un tiempo para observar si, tras una conversación, se producen cambios o todo permanece igual por falta de interés de la otra persona. Es clave evaluar la relación, hablar en conjunto de lo que funciona y lo que no, así como reflexionar en solitario sobre lo que se necesita para ser feliz.

Si después de reflexionar y hablar este asunto con tu pareja sientes que la relación no tiene futuro o que el vínculo se mantiene únicamente por costumbre, lo mejor será considerar poner un punto y final. Por ello, es importante estar preparado para tomar decisiones difíciles, para lo que será fundamental hablar con alguien de confianza o, incluso, buscar ayuda profesional si es necesario.