Durante décadas, la pregunta de cómo estos reptiles digieren esqueletos completos fue un misterio. Ahora, un grupo de biólogos ha resuelto parte de ese enigma al descubrir un tipo de célula intestinal nunca antes descrita, que procesa y regula la absorción de minerales presentes en los huesos. El hallazgo, publicado en Journal of Experimental Biology y difundido por MuyInteresante, no solo esclarece este proceso en reptiles, también introduce nuevas perspectivas para la biología evolutiva y la medicina.
Las pitones birmanas (Python bivittatus) pueden ingerir presas enteras, incluyendo carne, órganos, piel y huesos. A diferencia de otros depredadores, que solo consumen partes blandas, estas serpientes devoran a sus víctimas completas, y tras la digestión no queda rastro alguno en las heces. Este fenómeno revela una sofisticación anatómica y celular hasta ahora desconocida.
Células especializadas: la clave de la digestión ósea
La eficiencia de la digestión se debe a células especializadas ubicadas en el intestino, que permiten descomponer huesos y regular la absorción de minerales como calcio y fósforo. Se trata del primer registro de un mecanismo celular específico para gestionar estos elementos, fundamentales pero potencialmente tóxicos si se acumulan.
El estudio, dirigido por Jehan-Hervé Lignot, describió células muy estrechas, con microvellosidades cortas y un pliegue apical formando una cripta, en cuyo interior se almacenan partículas compuestas por calcio, fósforo y hierro. Esta estructura cumple una función reguladora para mantener el equilibrio mineral y evitar intoxicaciones.
La investigación incluyó tres tipos de dieta para las serpientes: presas completas, presas sin huesos y presas sin huesos suplementadas con calcio. Únicamente las alimentadas con calcio (mediante huesos o suplemento) desarrollaron partículas minerales en estas células, lo que evidencia la relación directa entre el calcio en la dieta y la actividad celular.
Resultados y mecanismos fisiológicos
Los investigadores criaron pitones birmanas en cautiverio y observaron el intestino mediante microscopía. Las partículas minerales en las criptas celulares solo aparecieron cuando las serpientes consumieron calcio. En ayuno, las criptas permanecieron vacías, y al alimentarlas con carne sin huesos no se formaron partículas, aunque sí se detectó hierro. Al suministrar calcio junto a carne sin huesos, las criptas se llenaron de partículas minerales de gran tamaño.
Además, se midieron los niveles de calcio y hormonas como la paratiroidea (PTH) y la calcitonina. Una dieta baja en calcio redujo los niveles de este mineral en sangre, mientras que las concentraciones hormonales aumentaron, indicando una respuesta fisiológica para compensar la carencia.
El calcio es esencial para la vida, pero su exceso puede ser dañino. Por eso, los mecanismos de control son vitales. Estas células regulan la acumulación de calcio y fósforo, almacenando el exceso en partículas que luego son expulsadas de forma controlada. La completa digestión de los huesos, sin fragmentos en las heces, confirma la eficiencia del proceso. El excedente es eliminado, evitando daños por acumulación mineral.
Extensión del hallazgo y proyecciones
El descubrimiento no se limita a las pitones birmanas. Se han identificado células similares en otras especies de pitones, boas y el monstruo de Gila (Heloderma suspectum), un lagarto venenoso con hábitos alimenticios semejantes. También se han detectado en Boidae y colúbridos, lo que indica que este mecanismo para digerir huesos completos podría ser más común entre los reptiles de lo que se pensaba.
El hallazgo cambia la perspectiva sobre la evolución de la digestión ósea en vertebrados. Se pensaba que la fragmentación y disolución de huesos era un proceso químico, pero la existencia de células especializadas sugiere adaptaciones anatómicas precisas. Lignot señala que depredadores marinos que consumen peces óseos o mamíferos acuáticos y aves como el quebrantahuesos enfrentan desafíos similares en la digestión de huesos.
Aún no se ha probado que mamíferos o aves tengan un mecanismo idéntico, pero este modelo en reptiles es una referencia valiosa para investigar mecanismos equivalentes en otros animales.
Nuevas preguntas y futuras aplicaciones
El hallazgo abre interrogantes sobre el desarrollo, activación y ciclo de estas células: si aparecen tras determinadas comidas, si se renuevan continuamente o si factores hormonales y ambientales influyen en su función. Responder a estas cuestiones será el foco de próximas investigaciones.
Comprender estos procesos podría ser útil en medicina y nutrición humanas. La regulación del calcio es fundamental para la salud, y el estudio de estas células podría inspirar nuevas estrategias para tratar trastornos relacionados con el metabolismo mineral.
El trabajo publicado en Journal of Experimental Biology y comunicado por MuyInteresante demuestra cómo la biología comparada revela soluciones evolutivas ingeniosas a desafíos comunes, mostrando que las pitones birmanas han desarrollado una forma eficiente y silenciosa de aprovechar todos los nutrientes del hueso sin riesgos de mineralización excesiva, un logro que la ciencia acaba de comenzar a desvelar.