El estudio de William & Mary revela cómo la urbanización transforma el comportamiento de los búhos barrados en Virginia - (Freepik)

Un grito agudo irrumpe en la quietud nocturna de los bosques de Newport News, Virginia. En la penumbra, un equipo de investigadores de William & Mary se dispone a capturar a una hembra de búho barrado equipada con una diminuta mochila que almacena datos esenciales sobre su comportamiento.

El propósito de esta expedición es descifrar cómo estas aves rapaces están adaptándose a la urbanización, un fenómeno que redefine los límites entre la vida silvestre y las ciudades.

El estudio, liderado por el profesor Matthias Leu, jefe del departamento de biología, y el estudiante de maestría Justin Biggerstaff, junto a estudiantes de grado como Brennan Tingley, se desarrolla en parques y bosques de Newport News, Williamsburg y el condado de James City. La investigación, en marcha desde abril, busca comprender cómo los búhos barrados, tradicionalmente habitantes de bosques rurales, ocupan ahora entornos cada vez más dominados por infraestructuras humanas.

“Si podemos entender cómo usan este hábitat —dónde descansan, cazan y qué áreas evitan— podemos aportar información valiosa sobre los tipos de paisajes que favorecen la coexistencia entre la fauna silvestre y las personas”, explica Biggerstaff en declaraciones recogidas por William & Mary.

Investigadores rastrean a búhos barrados con mochilas tecnológicas para analizar su adaptación a entornos urbanos y suburbanos - (Freepik)

Metodología de captura y seguimiento

La metodología del equipo combina tecnología y paciencia. Armados con postes de aluminio, redes de más de 10 metros de largo y altavoces portátiles, los investigadores buscan claros en el bosque donde instalar sus trampas. El procedimiento consiste en reproducir llamadas de búho barrado, aprovechando el carácter territorial de la especie para atraerla hacia la red. “Cada búho tiene su propio sector del bosque, que a veces comparte con una pareja. Son muy protectores de su territorio y no les agrada la presencia de intrusos”, detalla Leu. Una vez capturado, el ave recibe una mochila confeccionada en el laboratorio, equipada con un rastreador que registra ubicación, actividad y temperatura.

El trabajo de campo, que se realiza la mayoría de los jueves y domingos, permitieron capturar búhos en 13 puntos de la región. Tras unos 60 días, el equipo regresa al lugar para recuperar los datos antes de que se agote la batería del dispositivo. Este enfoque, aprendido de Vitek Jirinec, exalumno de Leu y actual investigador en California, demostraron ser eficaz, aunque no está exento de riesgos: tanto Leu como Biggerstaff sufieron picotazos y arañazos durante las capturas.

El ruido de las carreteras y la expansión urbana afectan la capacidad de caza y el bienestar de los búhos barrados - (Freepik)

Hallazgos sobre la adaptación y riesgos

Los primeros resultados sugieren que la urbanización y, en particular, el ruido de las carreteras, influyen en el comportamiento de los búhos barrados. “Predecimos que en un entorno ruidoso, junto a una autopista, los búhos tendrán dificultades para oír a sus presas y podrían evitar esas áreas. O puede que el ruido simplemente les resulte estresante y molesto, representando otro riesgo”, señala Biggerstaff. El peligro es mayor para los ejemplares jóvenes, que al buscar territorios desocupados deben cruzar grandes extensiones y, al enfrentarse por primera vez a las carreteras, pueden no sobrevivir al cruce. Aunque las colisiones son poco frecuentes, afectan sobre todo a los búhos de primer año.

La evidencia anecdótica recogida por el equipo, tras cientos de horas en el bosque, respalda la hipótesis de que los búhos reducen su actividad cuando el tráfico es intenso. El análisis de los patrones de movimiento permitirá, según Biggerstaff, estimar el gasto energético de las aves y, por tanto, la calidad del hábitat: “En general, una mayor actividad indica un hábitat de menor calidad, porque deben desplazarse más para conseguir los recursos necesarios”.

Los jóvenes búhos barrados enfrentan mayores riesgos al cruzar carreteras en busca de nuevos territorios en Virginia - (Freepik)

Implicaciones para la conservación y desafíos del trabajo de campo

Este trabajo se enmarca en un contexto global donde la urbanización es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad, fenómeno que los científicos denominan la “Sexta Extinción Masiva”. Según un estudio, la expansión urbana podría amenazar la supervivencia de más de 800 especies para 2050. El equipo de Leu aspira a comparar sus datos con investigaciones similares en California, Carolina del Norte y Luisiana, con el fin de obtener una visión más amplia sobre la adaptación de los búhos barrados a distintos ecosistemas.

Las jornadas de campo no siempre terminan con éxito. En una de las salidas, tras casi cuatro horas de espera, la hembra de búho barrado elude todas las trampas, mientras su canto y el de su pareja resuenan en la oscuridad, como si celebraran su victoria sobre los humanos. “Ahora solo nos están provocando”, comenta Leu, resignado, mientras recoge el equipo.

A veces, la naturaleza impone sus propias reglas y el equipo de William & Mary debe retirarse sin datos, pero con la determinación de regresar en la próxima oportunidad.