Robert Francis Prevost, ahora León XIV, saluda a los fieles tras ser elegido pontífice en una votación que sorprendió al propio Vaticano REUTERS/Guglielmo Mangiapane

En la jornada más decisiva para la Iglesia católica, el cónclave sorprendió a propios y extraños: lo que comenzó con una clara ventaja para el cardenal Pietro Parolin, terminó con la sorpresiva elección del estadounidense Robert Francis Prevost, conocido ahora como Papa León XIV.

Según el análisis del historiador especialista en la iglesia italiana Alberto Melloni, Parolin habría alcanzado unos 49 votos tras el primer escrutinio, frente a los 38 de Prevost, en un cónclave donde el umbral decisivo era de 89 votos para alcanzar los dos tercios necesarios. Pero las cifras eran inestables.

En su columna del Corriere Della Sera, el vaticanista asegura que, como sucedió en 2013, las dinámicas conclavarias activaron un desplazamiento veloz y decisivo de votos. En apenas 24 horas y cuatro rondas de votación, se rompieron las previsiones.

Un sector importante de los cardenales —especialmente aquellos críticos con el pontificado de Francisco— impulsaban una elección que “corrigiera” el rumbo eclesial. Pero esa presión tuvo un efecto boomerang: la campaña contra el legado de Francisco terminó unificando el voto de centro reformista en torno a Prevost, percibido como alguien capaz de continuar el camino sinodal sin replicar una copia del papa argentino.

El paso atrás de los cardenales mayores de 80 años, que ya no podían votar, pero sí influenciar, también fue clave. Melloni afirma que su salida de escena permitió a los electores más activos inclinar la balanza hacia un perfil menos polarizante, pero no rupturista.

León XIV emergió así como figura de consenso, no por ser la primera opción de todos, “sino por ser el límite de lo aceptable para muchas sensibilidades”.

El frente anti Francisco: cómo se autoboicoteó y allanó el camino a Prevost

Uno de los datos más reveladores del reciente cónclave no fue solo quién ganó, sino quién perdió y por qué. El bloque eclesial que empujaba un cambio del rumbo bergogliano no logró articular una candidatura sólida ni atraer los votos suficientes para imponer una alternativa. Más bien, terminó fracturado y neutralizado por su insistencia en presentar una ruptura frontal como única vía.

De acuerdo con el historiador, el discurso de “antibergoglismo” fue tan marcado que quemó las posibilidades de aquellos que podían canalizarlo con mayor sutileza. En lugar de sumar apoyos, esa estrategia movilizó a quienes, sin ser necesariamente entusiastas del papa Francisco, no estaban dispuestos a reeditar un clima de polarización dentro del Vaticano. La reacción fue pragmática: votar a un candidato capaz de mantener los equilibrios esenciales.

El problema no fue ideológico, sino táctico, apunta Melloni. La presión para imponer un “giro” se leyó como un intento de restauración, y muchos cardenales —particularmente los más jóvenes— prefirieron evitar el riesgo de retrocesos doctrinales o enfrentamientos internos. La elección de Prevost, defensor del camino sinodal y agradecido con Francisco, selló esa decisión.

Los gestos de León XIV

La elección de Robert Francis Prevost envía señales políticas y simbólicas claras, dentro y fuera del mundo católico. Lo dejó claro desde el inicio: eligió hablar en italiano y español, evitando deliberadamente el inglés, su lengua materna. Un gesto que puede leerse como una toma de distancia respecto de la geopolítica estadounidense, y al mismo tiempo, una afirmación del eje latinoamericano que marcó el pontificado de Francisco.

No es menor que Prevost haya sido crítico de JD Vance, senador republicano aliado de Donald Trump, y que lo hiciera en un contexto en el que el catolicismo estadounidense vive fuertes tensiones internas. En febrero, cuando aún era cardenal, se pronunció con firmeza contra políticas de deportación en EE. UU., alineándose con la carta de Francisco que denunciaba esas prácticas con una contundencia no vista desde los tiempos de Pío XI.

“Ese posicionamiento confirmó que, aunque Trump ganara el voto católico, no puede reclamar el catolicismo”, subraya Melloni.

La trayectoria de León XIV une experiencia académica en Roma y misión pastoral en América Latina (Reuters)

Nacido en Chicago y formado en Trujillo, la trayectoria del nuevo Papa combina experiencia académica en Roma con una sólida vocación pastoral en América Latina. Su designación representa una apuesta por una Iglesia que integra lo estructural del norte con la vitalidad misionera del sur.

Conocido por su perfil conciliador y su defensa de la justicia social, se espera que su pontificado mantenga el legado de Francisco, pero con un estilo propio y más enfocado en la sinodalidad y la gobernanza episcopal.