El Museo del Louvre de París ha anunciado la convocatoria de un concurso internacional de arquitectura para una ambiciosa ampliación, apenas unas semanas después de que su personal realizara una huelga sorpresa que dejó a miles de visitantes esperando durante horas fuera del recinto.
El proyecto, que busca aliviar la saturación crónica del museo más visitado del mundo, contempla la creación de una sala exclusiva para la Mona Lisa de Leonardo da Vinci (1452–1519) y una nueva entrada que se integrará en la histórica fachada oriental, próxima al río Sena.
La decisión de lanzar este concurso llega en un momento de presión interna y externa para el Louvre. El museo, que recibe cerca de 9 millones de visitantes anuales, ha experimentado en los últimos años una sobrecarga de sus instalaciones, lo que ha derivado en largas filas, problemas de infraestructura y dificultades para garantizar la conservación de su vasta colección. La reciente huelga del personal, que sorprendió a turistas y residentes por igual, puso de manifiesto la urgencia de abordar estos desafíos estructurales.
El concurso internacional, cuyo ganador será seleccionado en octubre por un jurado de 21 expertos de todo el mundo y anunciado a principios del próximo año, representa un hito en la historia contemporánea del museo. La ampliación no solo responde a la necesidad de gestionar el flujo de visitantes, sino que también aspira a redefinir la experiencia de quienes acuden a contemplar la Mona Lisa, la obra más célebre y demandada del museo.
Actualmente, el acceso principal al Louvre se realiza a través de la emblemática pirámide de vidrio y acero diseñada por I.M. Pei (1917–2019) e inaugurada en 1989. Sin embargo, la saturación de este punto de entrada ha motivado la búsqueda de alternativas. El nuevo acceso se ubicará en la fachada oriental, integrándose de manera armónica con la columnata clásica del siglo XVII, según las bases del concurso. A diferencia del diseño disruptivo de Pei, la convocatoria exige propuestas que respeten y dialoguen con la arquitectura histórica del edificio.
Uno de los elementos centrales del proyecto es la construcción de una galería subterránea de 3.065 metros cuadrados (33,000 pies cuadrados) bajo la Cour Carrée, una de las plazas interiores del museo. Este espacio estará dedicado exclusivamente a la Mona Lisa y permitirá a los visitantes acceder mediante una entrada programada y con un coste adicional. La sala, concebida para ofrecer una experiencia más íntima y reflexiva, facilitará la contextualización de la obra, incluyendo episodios como su famoso robo en 1911 y el fenómeno de su popularidad global.
Laurence des Cars, directora del Louvre, explicó a Le Monde —según recogió el New York Times— que el objetivo es “ofrecer un encuentro de alta calidad con esta obra maestra” y “un auténtico momento de contemplación”. Esta declaración subraya la intención de transformar la visita a la Mona Lisa en una experiencia menos apresurada y más enriquecedora, en contraste con las actuales aglomeraciones que dificultan la apreciación de la pintura.
El contexto de la ampliación se enmarca en un plan de restauración más amplio, denominado “Nueva Renacimiento” para el Louvre, formalizado por el presidente Emmanuel Macron en enero. El proyecto cuenta con un presupuesto estimado de USD 417 millones y busca no solo modernizar las instalaciones, sino también posicionar al museo para recibir hasta 12 millones de visitantes anuales, una meta planteada inicialmente en 2014, antes de que la pandemia de COVID-19 provocara una caída global en la asistencia a museos.
La necesidad de esta transformación quedó patente tras la filtración de un memorando interno de Des Cars, en el que expresaba su preocupación por el estado de la institución y su capacidad para proteger su colección de clase mundial y atender a millones de visitantes. El documento señalaba problemas como el deterioro de la infraestructura, deficiencias en los sistemas de control de temperatura, baños y áreas de restauración por debajo de los estándares esperados.
La financiación de la ampliación provendrá en gran medida de los ingresos por entradas, que se incrementaron en 2024, y de patrocinios. Además, el gobierno francés ha propuesto nuevas medidas para aumentar los recursos. En otoño pasado, la ministra de Cultura Rachida Dati sugirió aplicar un recargo de €5 ($5.40) a los visitantes procedentes de países fuera de la Unión Europea. Macron confirmó en enero la implementación de esta tarifa adicional, que busca reforzar la sostenibilidad financiera del museo sin afectar el acceso de los ciudadanos europeos.
La idea de dotar a la Mona Lisa de una sala propia ha sido objeto de debate durante años entre el museo y el Ministerio de Cultura francés. La pintura, de dimensiones modestas, atrae multitudes que a menudo se ven obligadas a observarla desde la distancia, en un entorno ruidoso y congestionado. Con la nueva galería, se espera que los visitantes puedan disfrutar de la obra en condiciones óptimas, con información ampliada sobre su historia y su impacto cultural.
El anuncio de la ampliación ha generado expectativas tanto en el ámbito artístico como en el turístico. El Louvre, que ostenta el título de museo más grande y visitado del mundo, enfrenta el reto de adaptarse a las demandas del siglo XXI sin perder su identidad histórica. La integración de la nueva entrada en la columnata clásica y la creación de espacios subterráneos representan un desafío arquitectónico de primer orden, que será evaluado por un jurado internacional con el objetivo de seleccionar una propuesta que combine funcionalidad, respeto patrimonial e innovación.
La imagen de largas filas de turistas frente a la pirámide de I.M. Pei, como la registrada el 17 de agosto de 2022 por el fotógrafo Stefano Rellandini para AFP, ilustra la magnitud del desafío que enfrenta el museo. La ampliación, concebida como una respuesta integral a la saturación y al desgaste de las instalaciones, aspira a garantizar que el Louvre siga siendo un referente mundial en la conservación y difusión del arte.