La imagen publicada en la cuenta de Instagram de Valentina Cervantes, actual participante de Masterchef Celebrity y pareja de Enzo Fernández, desató una ola de comentarios entre sus casi tres millones de seguidores. La fotografía muestra a Benjamín, el hijo de la pareja, descansando en los brazos de su abuela materna, la madre de Valentina. Pero, ¿qué tiene de particular ese retrato familiar? Fue la notable similitud entre madre e hija lo que encendió la conversación digital.
Las palabras “Llegó mamá”, escritas sobre la escena, son el eco visual de un momento sencillo y certero. Muchos usuarios no tardaron en remarcar el parecido físico, un espejo generacional que cruza miradas y gestos, y que, sin mediar apellidos célebres ni luces de estudio, emociona por su naturalidad.
Hace apenas unos meses, un episodio íntimo formó parte del relato público de la modelo en el canal de streaming Bondi, donde recordó: “Soy hija de padres separados, se separaron cuando yo tenía dieciséis años, y me marcó. Sé que hay gente que dice ‘prefiero que mis papás se separen porque discuten todos los días’, bueno, a mí no me pasó así. Entonces, fue fuerte para mí y para mis hermanos en ese momento”, reveló con una honestidad que atraviesa cualquier filtro de redes. ¿Cómo afecta una separación cuando el motivo no es la disputa sino el adiós silencioso? ¿Qué cicatriz deja en una familia esa ruptura inesperada?
En 2024, el propio núcleo que conforman Valentina Cervantes y Enzo Fernández tambaleó. Una breve separación sacudió la estructura familiar, pero hacia finales de ese año ambos decidieron buscar, una vez más, el hilo invisible que une a los que se eligen. Apostaron, juntos, a la familia.
Hoy, el tablero cotidiano está repartido entre dos países y dos ritmos distintos. Mientras Valentina compite en Masterchef Celebrity y reside temporalmente en la Argentina junto a su hijo Benjamín, su hija permanece en Inglaterra con su padre, abocada al colegio y a una rutina marcada por la carrera de Enzo Fernández en el Chelsea. Esa distancia partió en dos la postal familiar, como si la vida, una vez más, insistiera en poner a prueba el lazo madre-hija. Sin embargo, dejó en claro la modelo que está preparado el terreno para lo que vendrá: “Me voy organizando, cuando tenga vacaciones la voy a traer a Argentina”.
Sobre el desafío de cocina, en las imágenes difundidas por la propia influencer en sus historias de Instagram en los últimos días, se observa la complicidad con su abuela mientras preparan alimentos.
En la publicación, Valentina se dirige a la cámara antes de comenzar la práctica culinaria: “Buenas. Vine a la casa de la abuela a practicar un poco. ¿Cómo me ves?”. La respuesta de su ser querido, directa y afirmativa, resalta el avance de la modelo: “La veo muy bien, que viene muy bien”. A continuación, la joven celebra su progreso y busca la aprobación de su maestra: “¿Viste? Ya estoy como vos, ¿eh?”.
La abuela aportó una última reflexión: “Está aprendiendo, pero un montón. Ahora le estoy enseñando…”, dejando en suspenso el aprendizaje y provocando curiosidad entre sus seguidores, ya que el video se corta justo en ese instante, antes de adelantar la información.
La celebridad de la familia no termina en la televisión ni en el césped inglés. Hace apenas unos días, Valentina conversó sobre la inesperada popularidad de Benjamín en una entrevista con Vero Lozano. “Soy consciente (de la popularidad de Benjamín) y también cuando venimos acá a la Argentina, en la calle, lo paran a él”, relató. No importa si Benjamín va con la madre, con la tía o los hermanos. “Capaz va con mi cuñada o con mis hermanos y lo frenan”, y la escena se repite en cualquier esquina de Buenos Aires.
¿Disfruta el niño de ese reconocimiento, del saludo espejado en cientos de rostros anónimos? Según la joven, “él saluda a todo el mundo”, como si ser hijo de figuras públicas le diera un pasaporte especial, pero también un desafío: adaptarse a la curiosidad ajena con simpatía y desparpajo. “Es resimpático”, aseguró la madre, y quienes lo ven, lo confirman.
Una simple imagen, un encuentro entre las generaciones y un niño al que la fama alcanzó antes de aprender a escribir su propio nombre. ¿Qué secretos esconde la cotidianeidad de estas familias expuestas? En la esquina de una foto, acaso se esconda la respuesta.