
El hallazgo de nuevas moléculas en la leche de foca gris del Atlántico abre nuevas perspectivas para la biotecnología y la salud pública. Un estudio de la Universidad de Gotemburgo, publicado en Nature Communications, reveló que esta leche contiene una mayor diversidad y cantidad de oligosacáridos que la leche materna humana. El descubrimiento podría transformar la formulación de leches infantiles y aportar compuestos innovadores para fortalecer el sistema inmunológico y combatir infecciones, con implicaciones destacadas para la nutrición infantil y la salud global.
El equipo liderado por Daniel Bojar analizó muestras de leche de cinco focas grises salvajes recolectadas en la costa de Escocia durante los 17 días del periodo de lactancia característico de esta especie. Los investigadores identificaron 332 oligosacáridos diferentes, frente a los aproximadamente 250 presentes en la leche materna humana. “Dos tercios eran completamente desconocidas”, afirmó Bojar. Varias de estas moléculas alcanzan tamaños inéditos de hasta 28 unidades de azúcar, superando las 18 observadas en la leche humana.

Mediante espectrometría de masas y modelos de inteligencia artificial, el equipo logró caracterizar estructuralmente 240 oligosacáridos. Según Nature Communications, la leche de foca gris se sitúa como la segunda más compleja en diversidad de estos compuestos, solo por detrás de la leche humana, e incluso podría superarla si se amplían los estudios.
Aunque durante mucho tiempo se consideró la leche materna humana como la más compleja en términos de oligosacáridos, la leche de foca gris desafía esta idea. Investigaciones anteriores se centraron en humanos y animales domésticos, que muestran menor diversidad en estos azúcares. En contraste, los mamíferos marinos, sometidos a condiciones ambientales extremas y lactancias cortas, han desarrollado leches altamente especializadas y ricas en compuestos funcionales.
La composición de la leche de foca gris varía de manera coordinada durante la lactancia, un proceso que también se observa en la leche humana y bovina. Este dinamismo permite que la leche se adapte a las necesidades progresivas de las crías en desarrollo.

Tanto la Universidad de Gotemburgo como Nature Communications coincidieron en que los oligosacáridos son esenciales para la protección inmunológica, el desarrollo del sistema digestivo y la formación del microbioma intestinal. Estos azúcares crean una barrera frente a virus y bacterias, promueven la flora microbiana inicial y favorecen la maduración del tracto gastrointestinal.
El equipo de Bojar probó varias de las moléculas recién descubiertas en células inmunitarias humanas y observó que pueden modular la respuesta celular ante amenazas. Varias de estas moléculas exhibieron potentes propiedades antibacterianas, lo que indica que la leche de foca gris contiene compuestos bioactivos capaces de inhibir la formación de biopelículas bacterianas y regular la actividad inmunológica.
Durante la lactancia de 17 días, la leche de foca gris experimenta cambios notables en su composición. Se identificaron grupos de oligosacáridos predominantes en las primeras etapas, otros estables y algunos que aumentan hacia el final, lo que sugiere una regulación evolutiva destinada a satisfacer las necesidades precisas de las crías en cada momento.
La diversidad de oligosacáridos crece a lo largo de la lactancia, y la presencia de motivos estructurales exclusivos, como el keratan sulfato y el antígeno Lewis Y, refuerza la idea de una leche especialmente evolucionada para ofrecer protección en entornos hostiles.

Los hallazgos de la Universidad de Gotemburgo y Nature Communications abren la puerta al desarrollo de nuevas fórmulas infantiles enriquecidas con oligosacáridos inspirados en la leche de foca gris. Estas moléculas tienen el potencial de reforzar el sistema inmunológico de los bebés y, eventualmente, utilizarse en adultos para preservar la salud gastrointestinal.
El estudio también sugiere que los oligosacáridos de la leche de foca gris podrían contribuir al desarrollo de tratamientos antibacterianos innovadores por su capacidad para inhibir la formación de biopelículas y regular la respuesta inmunitaria.
Esta investigación representa uno de los análisis más exhaustivos realizados hasta ahora sobre la diversidad de oligosacáridos en mamíferos no humanos. El grupo de Bojar ha caracterizado los azúcares de la leche en diez especies diferentes y planea seguir con el análisis en otras veinte, con el objetivo de identificar nuevas moléculas con potencial biomédico y profundizar en la evolución y función de los oligosacáridos en la leche.
Este enfoque sitúa a la leche de foca gris como un modelo de referencia para comprender la complejidad bioquímica de la lactancia en mamíferos y explorar aplicaciones en salud y biotecnología.