La CGT renovará sus autoridades en noviembre

A menos de 3 meses del congreso que elegirá nuevas autoridades de la CGT, lo único que parece haberse resuelto es su fecha de realización: todo indica que será el martes 4 de noviembre en Parque Norte.

El gremialismo deberá elegir quiénes conducirán la central obrera apenas 9 días después de las elecciones nacionales que definirán si el gobierno de Javier Milei tendrá más legisladores en el Congreso para aprobar otra reforma laboral, entre otros proyectos. Y el dato electoral precipitará acaso la primera decisión: ¿será una CGT orientada al diálogo o a la confrontación?

No será lo mismo si la administración libertaria gana por amplio margen los comicios o si las pierde aunque sea por pocos votos. En el primer escenario, se deberá elegir una CGT con vocación dialoguista, que pueda tender puentes para negociar con Milei. En el segundo, nacerá una que esté preparada para hostigar al Gobierno con medidas que lo dejen debilitado para las elecciones de 2027.

Héctor Daer, Octavio Argüello y Carlos Acuña: ninguno seguirá al frente de la nueva CGT

Ese es lo que comenzaron a hablar informalmente algunos dirigentes que definirán la futura CGT, aunque la primera reunión oficial sobre el tema se realizaría la semana próxima, ya finalizada la marcha de San Cayetano que ocupó la agenda cegetista de estas últimas semanas.

En el temario, luego del perfil político que tendrá la central obrera, la dirigencia cegetista deberá resolver un tema crucial para lo que viene: el esquema de conducción. Es decir, si seguirá al frente un triunvirato o se elegirá nuevamente un solo secretario general.

Las posiciones están muy divididas. Dirigentes como Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (UPCN), Luis Barrionuevo (gastronómicos) y Abel Furlán (UOM) creen que la CGT deberá ser conducida por un único líder ya que la experiencia de los tres cotitulares nunca funcionó.

Jorge Sola, ¿futuro titular de la CGT?

Gerardo Martínez (UOCRA), por su parte, cree que no existe hoy un dirigente que reúna el consenso de todos sus pares y que por eso el esquema del triunvirato es el más indicado porque podrían elegirse tres sindicalistas de distintos sectores sin necesidad de que tengan mucha experiencia: serían acompañados en la gestión cotidiana por los líderes con mayor rodaje sindical y político.

Lo mismo opina Hugo Moyano (Camioneros), que estaría dispuesto a ceder el lugar que hoy tiene Octavio Argüello en el triunvirato no sólo para favorecer la renovación de la cúpula cegetista: dicen que está obsesionado en lograr que su hijo menor, Jerónimo, sea el futuro secretario de la Juventud de la CGT, el mismo cargo que desempeña en la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros.

Daer y Rodríguez empujan la candidatura de Jorge Sola (seguro) como único jefe de la CGT. El actual secretario de Prensa cegetista tiene un perfil moderado, un buen discurso para que llegue a la clase media y fluidos nexos con el círculo rojo. En octubre de 2022, fue uno de los principales promotores de la Conferencia 2022 Desarrollo, Producción y Trabajo, una suerte de Coloquio de IDEA en el que sindicalistas, empresarios y expertos compartieron paneles en Parque Norte para discutir sobre economía, educación, desarrollo y producción.

Cristian Jerónimo, líder del Sindicato de Empleados del Vidrio y candidato a dirigir la CGT

Sola, que lidera el Sindicato del Seguro y buscará la reelección en los comicios de este año, hubiera sido ministro de Trabajo si Sergio Massa le ganaba el ballotage a Javier Milei y es el responsable de casi un milagro que se produjo hace cuatro años: que la CGT pueda tenga en pleno siglo XXI un sitio web institucional.

Quienes prefieren un triunvirato aceptarían a Sola como uno de sus miembros, pero suman a un candidato propio: Cristian Jerónimo, titular del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines de la Argentina (SEIVARA) y actual secretario de Salud Laboral de la CGT.

Se trata de un dirigente de 40 años que pasó de estar alineado con Pablo Moyano a ser apadrinado por Gerardo Martínez, de buenos contactos internacionales y empresariales: este año, por ejemplo, fue el único sindicalista que disertó en el encuentro de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham).

Maia Volcovinsky, de judiciales, mencionada para el triunvirato de la CGT

Tiene un sólido discurso que es capaz de llegar a disímiles audiencias y para ascender en la CGT cuenta con el apoyo del líder de la UOCRA, de Hugo Moyano (Camioneros) y de Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), entre otros.

El tercer lugar del triunvirato tendría que ser para una mujer, según cree la mayoría de los dirigentes. En el último congreso de la CGT, en 2021, se decidió una mayor participación femenina, pero aplicada mediante un sistema enmarañado: en las 43 secretarías (con excepción de la Secretaría General, la Adjunta y la de Finanzas), cada sindicato eligió un hombre y una mujer que se alternan en el cargo y posibilitan que, en total, haya un 30% de de mujeres en la central obrera.

Aun así, las mujeres de la CGT se quejan de que sus pares masculinos no les dan más poder interno ni influencia en las decisiones, sino que las exhiben para mostrar una imagen políticamente correcta de mayor inclusión.

Abel Furlán, alineado con Cristina Kirchner, candidato a conducir la CGT

Las dirigentes que suenan para un triunvirato son Maia Volcovinsky, secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), a quien apoyaría Barrionuevo; Marina Jaureguiberry, titular del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), promovida por Daer, y Laura Lorenzo, del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).

Pero el sindicalismo kirchnerista, minoritario a la hora de reunir los congresales de la CGT que definen su conducción, busca aliados en estas horas para encumbrar a Abel Furlán, titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) como el líder único cegetista. El paraguas que contiene la propuesta es la necesidad de que la central obrera sea conducida por un gremio industrial.

Por su parte, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), afianzada como el ala dura del sindicalismo y piloteada por Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Juan Pablo Brey (aeronavegantes), intentará tener más representación en el nuevo secretariado de la CGT, donde hoy se siente rezagada para definir medidas y estrategias.

Juan Pablo Brey y Juan Carlos Schmid buscan más incidencia de la CATT en la CGT

Si algo parece claro de la próxima CGT es que habrá algunos pasos al costado e irrupciones de nuevas caras. Ya se sabe que Héctor Daer no seguirá en el triunvirato, pero se quedará en el secretariado. Tampoco continuarán en el primer peldaño Carlos Acuña (estaciones de servicio) ni Octavio Argüello (Camioneros). No se sabe aún qué hará Armando Cavalieri (Comercio), dueño de la mayoría de congresales de la CGT, que en 2021 decidió dejar en manos de José González su lugar en la cúpula cegetista y tomó distancia hasta de la mesa chica.

Hay dirigentes cuya continuidad en la futura estructura estaría garantizada. Nadie duda de que Gerardo Martínez (UOCRA) seguirá siendo secretario de Relaciones Internacionales de la CGT ni de que Sergio Romero (UDA) se mantendrá en la Secretaría de Políticas Educativas.

Más allá de los nombres, de todas formas, la dirigencia de la CGT debatirá alguna forma de darle más agilidad y representatividad a la toma de decisiones. El último congreso cegetista aumentó los cargos del Consejo Directivo: pasó de 17 a 34, pero si se suman las mujeres se llega a un total de 60 miembros, más 28 vocales, entre titulares y suplentes, y 10 revisores de cuentas.

Hugo Moyano y su hijo menor, Jerónimo

Esa superestructura, inmanejable por definición, hizo que en estos años resultara casi imposible que se resolviera algo en reuniones de Consejo Directivo donde había unos 50 dirigentes. Por eso se decidió armar una mesa chica, de 8 o 10 sindicalistas, para facilitar las decisiones. Pero surgieron críticas internas porque las resoluciones principales de la CGT pasan por 3 o 4 dirigentes.

Hay un riesgo: todas las decisiones para delinear la nueva CGT se tomarán en un momento de extrema atomización sindical, con sectores internos que desaparecieron o están en crisis, algo que complica las negociaciones.

Como anticipó Infobae, el mapa sindical cambió. “Los Gordos” no existen porque Héctor Daer y Armando Cavalieri tomaron caminos separados. Tampoco funcionan en tándem los independientes Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

Héctor Daer habla tras ser elegido cotitular cegetista en el congreso de 2021

El moyanismo se limita hoy casi exclusivamente al Sindicato de Camioneros. Los barrionuevistas se mantienen, pero con menos peso interno. Los kirchneristas son básicamente dos, Abel Furlán y Sergio Palazzo (bancarios). Y hay una fracción de aliados al sector mayoritario que mantienen su autonomía por su experiencia y el peso de sus gremios, como Sergio Romero (UDA) y Rodolfo Daer (Alimentación).

Hace poco más de cuatro años, en noviembre de 2021, Infobae describía en estos términos el desafío que iba a afrontar la central obrera al definir su nueva conducción: “No está claro el proyecto que sustentará esta nueva CGT, más allá de unir fuerzas para recuperar poder. Nada nuevo en un momento del país que está urgido de novedades que puedan aportar soluciones. Los sindicalistas se preparan una vez más para reinventarse. ¿Cambiarán para que nada cambie? La moneda está en el aire».

Hoy, tampoco se sabe si la CGT cambiará para que nada cambie. Y la moneda sigue estando en el aire.