La fiebre de la Airfryer se ha extendido en numerosos países en los últimos años hasta convertirse en, para muchos, un imprescindible en sus cocinas. La idea de freír patatas, alitas de pollo, nuggets, pescado… sin tener que bañarlos en aceite es bastante tentadora, aunque las recientes investigaciones señalan que las freidoras de aire no están exentas de riesgo.
Una investigación liderada por la Universidad de Gazi (Turquía) alerta de que las freidoras de aire producen una mayor cantidad de acrilamida, una sustancia química tóxica que se crea de forma natural en algunos alimentos durante ciertos procesos de cocinado a altos temperaturas, como la fritura. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) explica que el proceso químico que lo causa se llama reacción de Maillard, que es el mecanismo que da ese color, sabor y olor tostado a los alimentos una vez fritos.
El estudio de Gazi se suma a una serie de recomendaciones emitidas también por los profesionales de la OCU y del Spanish Institute of Lifestyle Medicine (SILM), pues la acrilamida es considerada un carcinógeno potencial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dada su capacidad para promover la aparición del cáncer. De hecho, se sabe cuanto más tostado o frito esté un alimento, más sustancias químicas cancerígenas contiene.
Las patatas fritas, las principales afectadas
Las patatas se ven especialmente afectadas a la producción de la acrilamida en la Airfryer por su contenido en almidón, al igual que los cereales. Según la OCU, si se someten a una temperatura superior a 195º, se ven bastante expuestos a la acrilamida, por lo que es aconsejable mantener la temperatura de la resistencia de la freidora por debajo.
Los investigadores turcos llaman a la calma en su estudio y aseguran que no hay por qué renunciar a las patatas fritas en la Airfryer (pero sí moderarlo). Los científicos aconsejan que, para evitar la exposición al carcinógeno, basta con remojar las patatas durante diez minutos en agua antes de cocinarlas para paliar la reacción química que provoca la acrilamida.
Junto con las patatas, que son el plato estrella para cocinar en la freidora de aire, las carnes también se ven afectadas tanto por la acrilamida como por otros químicos cancerígenos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas.
Los riesgos para la salud de los alimentos fritos
Una persona sana no tiene por qué rechazar ciertos alimentos en su dieta, pues, limitados, también ofrecen ciertos beneficios para la salud además de satisfacción para nuestro paladar. El problema aparece cuando abusamos de los fritos: patatas, nuggets, croquetas, alitas de pollo…
El consumo excesivo de alimentos fritos puede contribuir significativamente a varios problemas de salud debido a su alto contenido de grasas poco saludables y calorías vacías. Al ser ricos en calorías y bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra dietética, puede llevar a desequilibrios nutricionales si constituyen una parte significativa de la dieta diaria.
Además, el consumo regular de alimentos fritos está asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y problemas metabólicos, ya que estos alimentos promueven un aumento rápido de azúcar en la sangre y resistencia a la insulina.
En términos de salud mental, se ha observado que llevar una dieta alta en frituras y demás grasas saturadas puede influir negativamente en el estado de ánimo y la salud emocional, aumentando el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.