Hoy, al mediodía, el juez Ignacio Racca, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Mercedes, dará a conocer el veredicto del juicio donde Elián Ángel Valenzuela, popularmente conocido como L-Gante, fue juzgado por amenazas y privación ilegal de la libertad. En su alegato, después de definir al líder de la llamada Cumbia 420, como un “macho alfa”, el fiscal Adrián Landini pidió la pena de siete año de cárcel.

La palabra de L-Gante en el tribunal

Por el caso que ahora lo tiene sentado en el banquillo de los acusados, L-Gante, de 24 años, estuvo preso desde el 6 de junio hasta el 8 de septiembre del año pasado.

“Aquí no se discute autoría por parte del imputado Valenzuela. Él mismo se puso como protagonista de los hechos, pero minimizando las situaciones llevadas a cabo. Situaciones que en esa búsqueda de explicaciones o de Justicia por mano propia no dejan de ser delitos, justificando que en ‘el barrio las cosas se arreglan así’. Los hechos sucedieron y que Valenzuela es penalmente responsable de los mismos”, sostuvo el fiscal en su alegato, transmitido por el canal de YouTube de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Captura de video del juicio oral a L-Gante

Tras los alegatos de los abogados que representaron a las víctimas, Leonardo Sigal y Pablo Becerra, y de la defensa, encabezada por el abogado Luciano Locatelli, que tuvo la colaboración del destituido fiscal de San Isidro Claudio Scapolan, L-Gante hizo uso de su derecho de decir sus últimas palabras antes del veredicto.

“Soy una persona inocente. Estoy en esta sala de juicio porque no quise poner dinero. Tienen una imaginación de director de cine o de un niño mentiroso las personas a las que estoy mirando ahora mismo [por los abogados de los denunciantes]. Por dentro estoy muy enojado por esta situación, mi oficio son otras cosas. Estoy muy interesado en estudiar Derecho. Yo no me creo Dios, sí creo mucho en Dios. Se me hace muy desagradable estar en frente de personas que se creen profesionales y quieren hablar de leyes y Justicia. Repito: hoy en día estoy acá por no dejar que ningún… me guardo la palabra, quiera quitarme mi dinero. Si hay más procesos también estaré a disposición”, afirmó L-Gante.

Cuando estaba por finalizar su alegato, el abogado Sigal relató una serie amenazas que sufrió en medio del proceso. En una oportunidad lo llamaron por teléfono y le espetaron: “Acordate que tenes un hijo de 12 años, renuncia a la causa”. Otra vez le cruzaron un auto en una autopista y un joven le dijo “vos estás vivo porque yo quiero”.

Captura de video del juicio oral a L-Gante

Becerra y Sigal pidieron ocho años de cárcel para el cantante. Locatelli pidió la absolución de su cliente.

Las víctimas de L-Gante fueron dos vecinos de General Rodríguez, uno de ellos empleado de la Municipalidad.

Según la causa judicial, a las 6.30 del 27 de mayo de 2023, el empleado de la Municipalidad de General Rodríguez, de apellido Torres, recibió una llamada en su teléfono celular. Afirmó que, cuando atendió, reconoció sin ninguna duda la voz de su interlocutor: era L-Gante. El líder de la llamada Cumbia 420 lo amenazó: le anticipó que iba a ir a su casa para matarlos a él y a su familia.

Según consta en el expediente judicial, el cantante cumplió con parte de su palabra. Junto con un joven que se presentó en el inmueble de la víctima en una camioneta BMW con prohibición de circular y, tras apuntarle con un arma, lo obligó a subir. Después, accionó el cierre centralizado para que no pudiera bajar y fue a buscar a otra víctima, una mujer. El cantante retuvo a las dos personas durante veinte minutos. Les gritó y los encañonó con una pistola. Mientras, se comunicó con alguien de su confianza y le dijo: “Preparen la quinta que llevo un regalito”. Quería que, mientras lo tenía retenido, el empleado municipal utilizara sus influencias para que no detuvieran a su grupo de amigos tras un incidente a la salida de un boliche.

La otra víctima fue una vecina que recibió una serie de amenazas, según se ventiló en el juicio.

Hoy se conocerá si L-Gante es declarado culpable o inocente.