Durante una hora, Francis Ford Coppola fue reflexivo y manifestó ideas revolucionarias; aunque también pidió a todos que le llamaran “Tío Panchito” y se dio tiempo para hablar de las próximas elecciones en Estados Unidos. En un encuentro con la prensa por el estreno de Megalópolis, su más reciente film, el realizador dio cátedra sobre la vida personal y profesional, que rebasan los 80 y 60 años, respectivamente.

En especial, habló sobre una de las cintas más icónicas de su carrera, El Padrino, que, a pesar de que se convirtió en una película obligada en la cultura popular, en su estreno recibió duras críticas. El Padrino pasó por una época en la que la crítica pensaba que era la peor película jamás hecha y hasta me iban a despedir”, dijo.

Coppola contó que al público no le gustó El Padrino en su estreno

El Padrino I, cuando la proyecté por primera vez, en San Francisco, al público no le gustó, la odiaron y odiaron la actuación. La razón era porque la ilusión no funcionaba, porque pasaba del pasado al futuro cada 10 minutos y entonces lo que hice fue cambiarlo para que pasara del pasado al futuro cada 20 minutos. Cuando hicimos esos cambios en San Diego, amaron la película y amaron la actuación”, recordó.

Algo similar pasó con Apocalypsis now, protagonizada por Marlo Brando. Cuando fue proyectada en cines, el público la destrozó, pero ahora es reconocida como una obra maestra. “La gente decía que era la peor película jamás hecha y eso me rompió el corazón, porque yo no lo pensaba así. Entonces, realmente solo hay un crítico que importa y ese es la prueba del tiempo. Él es el que dirá qué es una gran película y qué no lo es”, apuntó.

También dijo que le sorprende el hecho de que la gente pueda ver sin problema historias donde los superhéroes vuelan y avientan telarañas, pero ven poco creíble que algún personaje detenga el tiempo, como pasa en Megalópolis.

“Y eso no es un superpoder. El primer ser humano que hizo una pintura detuvo el tiempo, las primeras pinturas que se hicieron realistas fue una manera de controlarlo. Cuando eres un artista lo puedes hacer, pero cuando eres un abogado, eres tú el controlado por el tiempo”, concluyó.