Hay que aclararlo desde el principio: el barrio de Villa Devoto debe su nombre a Antonio Devoto (1833-1916), pero este ilustre italiano no fue su fundador, sino que presidía el Banco Inmobiliario que concibió el proyecto. Fue su directorio, sin su presencia, la que le puso su apellido como homenaje, por ser el impulsor de la institución.

Tramway rural que salía de Chacarita y llegaba a Zárate.

La flamante entidad, fundada el 16 de abril de 1888, estaba realizando obras frente a la primitiva estación Palermo del Ferrocarril al Pacífico cuando recibió la propuesta de adquirir una amplia fracción en el Km 10 de esa línea, correspondiente a la chacra de los Altube. Devoto inspeccionó el terreno, vio potencial en esas 400 hectáreas –que hasta muy poco tiempo antes pertenecían al partido de San Martín, y habían pasado a ser parte del distrito de la capital– y fomentó la idea de fundar allí un nuevo pueblo.

El 25 de febrero de 1889 se concretó la compra por 2.000.000 de pesos, en cinco cuotas. Los Altube retuvieron 42 hectáreas (lo que se conocía como tambo Lechuza, vendido años después por Ignacio Altube al eminente médico italiano César Miloni). También se excluyeron el camino a San Martín, y los terrenos que ya estaban afectados a las líneas férreas existentes del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico y el Tramway Rural.

Antonio Devoto.

En la presentación que los miembros del Banco hicieron al Intendente Guillermo Cranwell decían: “No escapará seguramente al ilustre criterio del Señor Intendente las inmensas ventajas que traerán a la comunidad la fundación de esta villa modelo, la cual por las circunstancias especiales de su ubicación y de las grandes comodidades que está dispuesto a darle este Banco, va a realizar en parte el ideal de la mejora higiénica del Municipio. Descentralizando la población que vive aglomerada en el centro de la ciudad para llevarla donde las calles son más anchas y ventiladas, donde las habitaciones serán más higiénicas, confortables y baratas, facilitando así la extirpación de los actuales conventillos que son verdaderos focos de peste y de inmoralidad”.

La Municipalidad aprobó los planos, firmados por los ingenieros Carlos Buschiazzo y José Poggi, el 13 de abril de 1889.

Antonio Devoto tenía entonces 56 años y una posición económica sólida. Compartía varias iniciativas comerciales y actividades con sus hermanos Cayetano, Bartolomé y Tomás, llegados desde Lavagna, Génova, entre 1849 y 1855. Casado con Rosa Viale, sobrina de Luis Viale –quien comandara la creación del Banco de Italia y Río de la Plata y pereciera en el incendio del Buque América en 1871–, fue Devoto quien acabó presidiéndolo desde 1882 hasta su muerte.

El devenir de un barrio

El trazado original proponía manzanas regulares, a las que se sumaban modernas diagonales y bulevares que convergían en la gran plaza central Gral. Arenales (originalmente llamada Santa Rosa). El proyecto contemplaba, los hitos preexistentes del barrio: el camino a San Martín, el Tramway Rural y el F. C. Buenos Aires al Pacífico, a los que se agregaban las avenidas Fernández de Enciso (Washington) y Lincoln. Cruzaban dos bulevares, Salvador María del Carril (Nacional) y Chivilcoy (de la Capital).

El Palacio Tamini es parte del hospital Zubizarreta.

En aquellos años se levantaron también las casonas de Antonio Devoto –sede del colegio que lleva su nombre–, la de Onorio Stoppani (conocida como Palacio Tamini, hoy parte del Hospital Zubizarreta) y el palacete de Esteban Dellacha de Nueva York entre Chivilcoy (de la Capital) y Mercedes (Londres)–ya demolido– cuyo tanque de agua ocupaba la torre que se ha convertido en un símbolo del patrimonio barrial.

Para mayo de 1890, ya llegaba al joven barrio los domingos y feriados un tren que salía de la estación Central. Cubría el interés de los habitantes de Buenos Aires por conocer los “pueblitos suburbanos” y pasar un día de campo.

Un tropezón no es caída

La crisis de ese año fue un duro golpe. Frente a la imposibilidad del Banco Inmobiliario de saldar las cuotas pendientes, recurrieron a la reventa de parte del terreno, incumpliendo las mejoras prometidas, lo que derivó en la errónea creencia de que la entidad había desaparecido. Lo que sucedió, en realidad, fue que optaron por omitir todo tipo de actividad pública.

En 1893, se constituyó la compañía de seguros La Inmobiliaria como una empresa nueva, sin conexión con la anterior. Las tierras sirvieron como respaldo de la nueva compañía.

Por entonces, el edificio sin terminar de la escuela, promesa trunca del proyecto inicial, fue donado al Consejo Nacional de Educación y abrió sus puertas dos años después bajo la dirección de la señorita María Isabel Aveleyra, recordada vecina.

En 1895 la crisis comenzó a superarse. Desde febrero, las tierras revertidas a los Altube salían a remate sin lograr buenos resultados hasta que, a mediados de ese año, se instaló el polígono de la Società Italiana de Tiro a Segno importante club de tiro, construido con un crédito del Banco de Italia que avalaron los Devoto.

El club Società Italiana de Tiro a Segno fue fundado en 1895.

Allí recibieron instrucción militar Guardias Nacionales y voluntarios italianos enviados durante la 1° Guerra Mundial. Hacia mediados de los años 30, el Tiro a Segno intaló su sede en Palomar, pero mantuvo domicilio legal en la Villa hasta la década de 1980.

Antonio Devoto, que para 1916 contaba ya con 82 años, presidió el Comitato di Guerra que envío unos 32.000 voluntarios al frente. El 12 de junio de ese año escribió: “Aquí seguimos, a la espera de la tan deseada victoria, trabajando para enviar el mayor número posible de reservistas y para mantener a sus familias con numerosas proles que no cuentan con recursos” (…) “Nosotros no podemos servir a la patria con nuestros brazos, pero la serviremos con la mente, con el corazón y con nuestros recursos”.

Un rebaño de ovejas arriado en calle Parejas, frente a la plaza Arenales. 1938.

Su accionar motivó al rey Vittorio Emanuele III a nombrarlo Conde el 23 de enero de 1916. Murió seis meses después, el 30 de julio de ese año. Si bien el título no era hereditario, su segunda esposa, Elina Pombo siguió haciéndose llamar “condesa”, como puede verse en los mármoles de entrada de la iglesia de San Antonio.

Very british

En 1896 se hizo visible la comunidad británica. En diciembre, a sólo dos años de la creación del Buenos Aires Lawn Tennis, un grupo de jóvenes entusiastas de origen británico fundó el Villa Devoto Lawn Tennis Club. Ubicado frente a la plaza, que aún se llamaba Santa Rosa, en 1908 se mudó a un terreno propio en Habana y Benito Juárez, que luego, en 1934, compró el Arzobispado, y hoy es el Club Ateneo Félix Marino.

La Guerra del 14 también se llevó a muchos de esos jóvenes a luchar “por el Rey y por la Patria”. La mayoría eran argentinos que defendían el país de sus mayores.

Villa Devoto School, institución educativa pionera.

La colectividad ya contaba con dos colegios. El Villa Devoto English School, de varones y, desde 1910, el Villa Devoto School, de Alice Ogan y Mary Sheaburn White. Hoy este se dice nacido en 1908, cuando ellas aun enseñaban en otros lugares. Esa presencia atrajo, en 1925, al príncipe de Gales –futuro Eduardo VIII– y más contemporáneamente a Lady Di, ya separada del actual rey británico.

La Iglesia Anglicana realizaba oficios religiosos que culminaron con la erección de una capilla. Activa y restaurada, existe hoy en Cantilo casi Gualeguaychú. Su piedra fundamental se colocó el 3 de febrero de 1912 con la presencia del embajador Reginald Tower y el obispo Every, llegado de las Falklands.

Anche italiani

Por su parte, la presencia italiana se manifestó en enero de 1898 con la inauguración de una sede local de la asociación Operai Italiani, en Chivilcoy 4508, junto a las vías del Tramway Rural. El 20 de septiembre de ese año, la institución celebró la bendición de una bandera italiana, apadrinada por O. Stoppani, su presidente honorario, y Emilia Arcuri, esposa de Federico Devoto.

El Castillito, Habana 3801, es un edificio histórico en Villa Devoto

La ausencia del Banco como entidad rectora motivó a los vecinos que, como Stoppani, se relacionaban con sus proyectos, a fundar una Sociedad de Fomento, presidida por Dermidio Latorre, suegro de Carlos F. Buschiazzo. En 1921, la sociedad fue revitalizada al tiempo que surgían otras 13 asociaciones, cubriendo todo el barrio. De estas, tres aún existen: Devoto Norte, Devoto Oeste y la de Villa Devoto, con sede en el edificio conocido como El Castillito.

El Seminario Conciliar

La fachada de corte ecléctico, obra del ingeniero Pedro Coni, se vislumbra sobre José Cubas al 3500. De porte solemne y gran tamaño, es uno de los edificios más emblemáticos del barrio. En su artículo sobre la historia del Seminario, el Arzobispo Emérito Mario Aurelio Poli escribió: “una obra de envergadura como la que nos ocupa, primero hay que soñarla, después imaginarla, para luego tomar coraje y ejecutarla”.

El Seminario Conciliar, emblema de Villa Devoto.

Es probable que en la gestión para obtener las cuatro manzanas de tierra hayan intervenido la Sociedad de Fomento, por un lado, y Juan O. Hall, ferviente católico que continuó colaborando con el Seminario muchos años, por otro. Lo cierto es que la piedra fundamental se colocó el 27 de mayo de 1897, apadrinada por el presidente Uriburu –aunque él no asistió al acto–, y por la señora Mercedes Castellanos de Anchorena, quien, en honor a su hijo fallecido, Nicolás, donó el templo de la Inmaculada Concepción, consagrado en 1899.

En 1904, conmovido por la importancia de la obra, el presidente Roca duplicó la ayuda estatal para la construcción, que tomó más de 30 años.

Iglesia de la Inmaculada Concepción. Fue donada por Mercedes Castellanos de Anchorena en honor a Nicolás, su primogénito fallecido en 1889. Fue consagrada el 6 de diciembre de 1899.

Asilo Humberto I

Ese mismo año, Roca asistió a otro evento crucial: Antonio Devoto donó el edificio del asilo Humberto I a la Sociedad de Beneficencia del Hospital Italiano, proyectado por Juan Antonio Buschiazzo. Para el acto, se organizó el traslado en tren de los numerosos invitados, entre los cuales estaban el nuncio apostólico, Monseñor Sabatucci, y el príncipe de los Abruzzos, quien pospuso su regreso a Italia por el acto. En las fotos de la ceremonia, se ve al príncipe con la mirada perdida, reflejando las tensiones entre la Casa de Saboya y el Vaticano.

1904. Inaugración del asilo Humberto I. Están presentes el presidente de la Nación Julio A. Roca, los padrinos, el Duque de los Abruzzos y la señora Bottaro Costa, Antonio Devoto y el arquitecto Buschiazzo.

Durante la inauguración, Devoto pronunció un discurso en su lengua natal. Dijo: “Entre los muros del piadoso lugar dedicado a Humberto I, la fábula de Dante resonará eternamente, bella y dulce, y los tiernos huérfanos serán educados en el culto de la querida patria italiana”.

El reverendo Filippo pronuncia un discurso en el Asilo Humberto I, con motivo del centenario del natalicio de Antonio Devoto, en 1933.

El asilo comenzó sus actividades en 1909. Tras la muerte de los benefactores –que se hicieron cargo de él toda su vida– pasó al Patronato de la Infancia como “Elina y Antonio Devoto”. Destruido por un incendio en los años 50, la estatua de Devoto –obra de Zocchi, emplazada en 1928–, permaneció largo tiempo en el lugar baldío. Su ubicación actual, en el centro de la plaza, perpetúa en la memoria popular el equívoco de que fue él quien fundó el barrio.

Una villa pujante

Las obras del Seminario arrancaron a manos de la empresa Ceci, Michelucci y Cía, pero fueron los cuatro hermanos Ceci quienes consolidaron la gran firma constructora que operó en buen parte de la ciudad. En la Villa, erigieron el lujoso –e inconcluso– Palacio Devoto en Avenida Nacional (hoy Del Carril), el convento de las Hermanas del Huerto y el templo que hoy es la Basílica Menor de San Antonio de Padua (Av. Lincoln 3751). En su cripta descansan los restos de Antonio Devoto y sus dos esposas.

Los restos de Antonio Devoto descansan en la cripta de la iglesia de San Antonio.

En 1915, finalizaron el Palacio de Alfredo Ceci, que hoy es un símbolo arquitectónico del barrio. En 1938 lo alquiló a la Escuela de Sordomudos, dirigida por el Dr. Bartolomé Ayrolo, quien le dio su nombre al instituto actual. Tras largos conflictos, terminó siendo expropiado en los 60, cuando Ayrolo había ya fallecido. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiso convertirlo en un museo del vino, pero tuvo que enfrentar la oposición de numerosas ONGs. Entretanto, rumores sobre inexistentes fantasmas e historias paranormales se han inventado para alimentar largos minutos en programas televisivos.

Palacio Ceci al poco tiempo de ser terminado, en 1915.

Clubes sociales y deportivos

A medida que los vecinos encontraron intereses en común, comenzaron a surgir asociaciones sociales y deportivas, más allá del mencionado tenis. Para 1900, ya contaba con varios clubes sociales y el Gimnasia y Esgrima de Villa Devoto, que fue reactivado en 1913, con sede en la calle Habana, y una cancha de fútbol frente a la plaza construida con la ayuda de la Sociedad de Fomento. Con el tiempo, el club se dedicó al juego de pelota paleta, deporte que aún se practica en él.

Los inicios del Lawn Tennis de Devoto.

En 1910, cuando el patinaje estaba de moda en Buenos Aires, surgió el Skating Club, que utilizaba el salón San Carlos, apodado La Bombonera debido a su forma circular. Los encuentros deportivos eran acompañados de proyecciones cinematográficas que, al menguar el entusiasmo por el patín, continuaron y dieron lugar al primer “Biógrafo” de Villa Devoto. Funcionó hasta 1929, cuando el cine sonoro lo desplazó. Propiedad de la Sociedad de Socorros Mutuos, el edificio fue luego transformado en “Dopo Lavoro”, clubes que promovían el ideal fascista de Mussolini, y que acabaron con la brusca desaparición del Operai Italiani.

En Lácar al 3100 (Francisco Solano López), en donde existió el cine Hollywood o Universal Palace –conocido entonces como “Cine Teatro Social”–, Leónidas Barletta fundó el Teatro del Pueblo.

En la década de 1920, surgieron otros clubes como Olimpia, Rivadavia y Villa Devoto Social Club. En 1930, se fusionaron en el Club Devoto, que en 1943 fue cerrado por la justicia debido a juegos de apuestas clandestinas. Muy poco después, se reorganizó como el actual Círculo Devoto.

Escuelas y bibliotecas

En 1915, cuando Villa Devoto ya tenía varias escuelas, se creó el Distrito Escolar N°17 que gravitó en la educación popular del barrio durante 30 años. Ya desde el primer Consejo Escolar contó con miembros destacados como José Juan Biedma, historiador y director del Archivo Histórico Nacional, y José B. Zubiaur, un eminente educador, director del Colegio de Concepción del Uruguay.

Francisco Beiró presidió el Consejo Escolar 17 en varios períodos y logró la autorización para concretar el primer Corso de Carnaval en 1919 en la Plaza Arenales, anterior al de la mayoría de los barrios. Este evento perduró hasta 1938, cuando se trasladó a la Avenida Beiró (Tres Cruces).

El Colegio Antonio Devoto funciona en la que fue residencia de verano de Antonio Devoto, una de las primeras del barrio.

El distrito 17 pasó por varias ubicaciones. En un principio estuvo en calle Asunción, frente al colegio de la Misericordia. Se mudó luego a la Escuela Antonio Devoto, donada en 1921 por la “condesa” Devoto que quiso bautizarla “Conde Antonio Devoto”. Si bien no se admitió el título nobiliario en el nombre, al aceptar la donación Ángel Gallardo reconoció erróneamente a su esposo como fundador del pueblo. Más tarde, la sede pasó a la biblioteca –que también mandó a construir Elina– y a la que ella bautizó “Antonio Devoto”, pero no llegó a ver funcionar. Abrió sus puertas, finalmente, el 25 de mayo de 1938 en Bahía Blanca 4025 como Estudiantil N°1.

Asilo San Vicente de Paul

La piedra fundamental del Asilo San Vicente de Paul se colocó el 20 de junio de 1897, y el proyecto correspondió también a Juan Antonio Buschiazzo. Erigido en Tequendama (Gabriela Mistral), entre Esperanza (Joaquín V. González) y San Nicolás, ocupaba inicialmente también la plaza aledaña.

Asilo de huérfanas de San Vicente de Paul.

Al principio funcionó como un asilo de niñas a cargo de la congregación religiosa Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, bajo la dirección de la Asociación de Damas Vicentinas, creada por la señora Isabel Armstrong de Elortondo en 1889. En 1907, lo tomaron a su cargo las religiosas de la congregación Hijas de la Misericordia. Hacia 1915 pasó a manos de las hermanas Siervas del Espíritu Santo, hasta que, en 1963, se transformó en un colegio para alumnas externas, bajo el mismo nombre. En 1991, cuando la Fraternidad de Agrupaciones de Santo Tomás de Aquino se hizo cargo de la conducción pasó a llamarse FASTA, y así se lo conoce hasta hoy. Un mito barrial asegura que un túnel conecta este sitio con el Seminario.

Las internadas en el Asilo de Niñas.

Otro edificio importante aún en pie es el Depósito de Gravitación de Obras Sanitarias de la Nación, en la manzana de Beiró, Mercedes, José P. Varela y Gualeguaychú. Se construyó entre 1915 y 1917 en el punto más alto de la ciudad, con la intención de dar agua a los edificios de la Avenida de Mayo. Villa Devoto necesitó algunos años más para perder los molinos de viento con aspas coloreadas que adornaban el barrio.

Una vuelta de página

La familia Devoto, que había llegado al país de forma escalonada, también partió de esa manera. Cayetano falleció en 1915. En 1919, Tomás pasó sus últimos días en su quinta La Angulina frente a la plaza, y murió en el palacio de Callao y Marcelo T. de Alvear que había hospedado al presidente brasileño Ferraz de Campo Salles en 1900. Finalmente, Bartolomé falleció en enero de 1920 en la quinta Villa Devoto, considerada valioso patrimonio de Mar del Plata.

Con el tiempo, la piqueta demolió sus palacios. El de Antonio fue adquirido en un remate, en 1938, por César Tognoni, quien popularizó la leyenda de que había sido construido para recibir al rey de Italia. Lo ofreció al Ministerio de Guerra, y fue visitado por el Consejo Nacional de Educación. Una vez que se desechó la posibilidad de instalar allí un colegio nacional, quiso convertirlo en un sanatorio, pero tampoco lo logró. Acabó demolido en 1943.

Una página de 1925 de la revista Fray Mocho. Arriba, la residencia normanda de Juana González de Devoto, y debajo el palacio de Antonio Devoto que fue demolido en 1943.

La gran residencia normanda que la segunda esposa de Bartolomé Devoto, Juana González, había mandado construir a Alejandro Bustillo, hermano de su yerno, también fue destruida. Antes, se celebró allí un baile de despedida al que asistió la juventud devotense. Una alumna, ya fallecida, recordaba haber visto a Bustillo recorriendo la obra con pesar, ya que la consideraba una de sus creaciones más queridas.

Dionisio Schoó Lastra, casado con Zulema Devoto, fue el último habitante de La Angulina. Las historias sobre indígenas que escuchó en Estancia y Colonia Trenel de La Pampa, otra sociedad que comandaban los hermanos Devoto, inspiraron sus libros El indio del Desierto, Lanza Rota y Alarido.

La prensa barrial

Desempeñó un papel importante en la comunidad. La primera publicación, El Despertador, fundada en 1915 por Ojer Ibáñez, duró poco tiempo. En 1917 surgieron La Razón y La Ráfaga. El director de la primera, Enrique H. Varela, fue sucedido por su ayudante Lorenzo Stanchina, miembro del grupo de Boedo.

El 50º Aniversario de Devoto en Caras y Caretas.

En 1932, Noticias Devotenses reemplazó a La Ráfaga. Dirigido por “Coco” Figueroa y Lorenzo Blanco, representantes de la élite local, combatieron a Stanchina y sus ideas de izquierda, a menudo con agravios. En 1937, como una forma de lograr más alcance, lanzaron una campaña para conmemorar el origen de Villa Devoto. Crearon una Comisión de Festejos que fijó la fundación el 12 de noviembre de 1888, apoyados en un supuesto decreto que habría señalado que esa era la fecha de inauguración de la estación del ferrocarril. A pesar del error, la celebración fue todo un éxito. Caras y Caretas le dedicó más de 16 páginas. Una placa en la esquina de Nueva York y Mercedes conmemora esa versión errónea, que durante años fue aceptada sin cuestionamiento alguno por varios historiadores.

En 2010, el Instituto Histórico halló la documentación que ratifica que la firma de los planos fue el 13 de abril de 1889, y se logró cambiar el aniversario del barrio para esa fecha, de manera que la Villa que fundó el Banco Inmobiliario cumplió recientemente 135 años.