Las cotizaciones de los activos se alejaron de los máximos de enero.

Las acciones y los bonos argentinos atraviesan un 2025 con variaciones negativas, mientras los operadores buscan nuevos fundamentos para darle volumen al mercado y recuperar la tendencia ganadora exhibida entre 2021 y 2024, principalmente.

En lo que va del año, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires mantiene una baja de 15%, mientras que esta cifra se amplía a 25% desde el récord -tanto en pesos como en dólares- del 9 de enero de 2025. Las cotizaciones de los títulos públicos en dólares también descontaron en el mismo lapso un promedio del 6 por ciento.

Los analistas ponderaron factores positivos para la inversión en activos: una economía que vuelve a crecer, el regreso a los mercados voluntarios de deuda en el exterior con la emisión del Bonte 2030 y la exitosa salida del “cepo” cambiario en abril. Pero estas novedades no fueron incentivo suficiente para una reacción consistente en los precios de mercado.

Pueden establecerse cinco claves detrás de este comportamiento errático de los activos:

1) Nivel de reservas. Este es un indicador de solvencia para el mercado, que evalúa el nivel de activos como la capacidad de pago de la deuda soberana, así como también el llamado “poder de fuego” para intervenir en el mercado de cambios en períodos de inestabilidad.

Justamente, el anuncio la última semana de una serie de medidas del BCRA y el Ministerio de Economía para acumular reservas sin necesidad de intervenir dentro de la banda de libre flotación de cotización del dólar provocó una recuperación inmediata de valor para acciones y bonos.

2) Acuerdo con el FMI. La periódica revisión que efectúa el organismo de crédito internacional para el cumplimiento de las metas del acuerdo de facilidades extendidas aprobado en abril es otro indicador sensible. En este sentido, cualquier eventual waiver sería considerado un signo de debilidad del plan económico, por ejemplo, si se incumple la meta de acumulación de reservas netas, más allá de que en caso de producirse no afectara futuros desembolsos.

3) Dólares del “colchón”. La flexibilización de regulaciones y controles para facilitar la circulación dentro de la economía formal de ahorros no declarados o en blanco, pero mantenidos fuera del circuito bancario y transaccional, aún no dio resultados consistentes, como se ve en la evolución de depósitos privados en dólares en efectivo. El Gobierno busca monetizar también por esta vía a una actividad económica a la que le cuesta despegar, en particular en lo referente al consumo.

4) “Carry trade”. La rentabilidad de la inversión en bonos de corto plazo que ofrecen tasa de interés en pesos es una apuesta ganadora en el actual esquema, como en las Lecap, FCI (Fondos Comunes de Inversión) e incluso los plazos fijos.

Una inflación que cede debajo del 2% mensual, con un tipo de cambio estabilizado por debajo de $1.200 garantiza una ganancia con la que hoy no pueden competir las acciones y los bonos en dólares, que están sujetos a la volatilidad del mercado doméstico y de los fluctuantes mercados internacionales.

5) Incertidumbre electoral. Como ocurre en todos los años electorales, el condimento político afecta los precios de los activos financieros. Las elecciones de medio término de octubre definirán el respaldo legislativo con el que el gobierno de Javier Milei contará para dar continuidad a las reformas que plantea y también podría dar una pauta acerca del consenso con el que podría aspirar a una reelección en 2027. Mientras dicha incertidumbre permanezca, el mercado actuará con cautela, ante el temor de un evento “disruptivo” como el de las PASO de 2019.

¿Qué dicen los analistas?

Ruben Ullúa, especialista en análisis técnico de mercados financieros y materias primas, describió a una “Bolsa argentina débil, pero sin vendedores. El mercado no logra recuperarse y coloca los precios en instancias de soporte crítico”. Sin embargo, remarcó que “la baja en curso se acompaña de una contracción en el volumen en dólares. Esto muestra debilidad de los vendedores y por ello aun es posible que el mercado revierta la actual tendencia”.

El círculo virtuoso entre la macro y la aprobación del Gobierno refuerza la percepción favorable sobre los activos (TSA Bursátil)

“Si bien el equilibrio fiscal es el principal pilar de sustento del programa, la política cambiaria viene jugando, en las diferentes fases del programa, un rol central en favor de ir más rápido en la desinflación. La contrapartida es que van apareciendo e intensificando desafíos en otras áreas de la economía”, explicó Osvaldo Giordano, presidente del IERAL de la Fundación Mediterránea.

Osvaldo Giordano, presidente del IERAL de la Fundación Mediterránea

“La más visible y comentada es que no se están acumulando reservas. Esto, además de ser un desvío respecto a los compromisos asumidos por el país en el acuerdo con el FMI, es un punto de vulnerabilidad financiera. El más importante se da de cara a los próximos vencimientos de la deuda pública. Es cierto que si se profundizara la baja del riesgo país los vencimientos podrían ser afrontados con nueva deuda. Pero esto supone que la magnitud de reservas no tiene una incidencia significativa en el nivel del riesgo país”, subrayó Giordano.

Las tasas reales positivas altas pueden implicar un ritmo algo más lento de recuperación de la renta variable (MegaQM)

Un informe de Cohen Aliados Financieros puntualizó que “aun con un dólar estable, la presión política y el clima legislativo volvieron al centro de la escena. Las expectativas de mercado reflejan que las prioridades oficiales se estarían materializando: menor nominalidad, inflación más baja, tasas reales positivas, pero también un superávit comercial más acotado. Esto sugiere que el objetivo de acumulación de reservas estaría siendo postergado o incluso dejado de lado. En este marco, el FMI postergó la evaluación del programa para julio, lo que abre margen para reforzar las reservas por otras vías. Una de ellas podría ser nuevas colocaciones de Bonte, alternativa que cobra tracción luego del buen debut del Bonte 2030 en el mercado secundario”.

Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, describió que “el Merval no levanta, baja y cada vez gusta menos, pero caerse no se cae. De subir nada, más bien lateraliza sobre un rango. Desde luego, está ‘pisado’, atrapado desde mediados del mes de febrero contra la franja inferior del ‘canal de suba’ que nace de octubre de 2022 y nunca ha sido interrumpido. Es decir, se preserva la tendencia alcista y ese es el detalle técnico más importante, su vigencia nos hace y nos mantiene optimistas”.

“Razones para que suba el Merval sobran, por más que al momento y desde hace dos meses viene ‘pisado’. Son los grandes jugadores del mercado, las manos firmes que se encargan de cargarse con activos del panel líder que más pronto que tarde deberían despegar en continuidad con la ‘curva de precios’ vigente”, consideró Fedio.

Para el equipo de Inversiones de MegaQM “se confirma la recuperación de la demanda real de dinero, con el Tesoro inyectando pesos, pero con las tasas que no caen y con flujos de empresas e individuos muy acotados. El volumen sigue apareciendo por el lado de los dólares que buscan rendimiento para los saldos de caja”. Dicho escenario de “tasas reales positivas altas puede generar un ritmo algo más lento de recuperación de la renta variable”.

“En la medida que se acerca el final de las alícuotas reducidas de retenciones, vemos a los inversores manteniendo los grados de cobertura y atentos a la volatilidad que pueda tener el mercado cambiario. Aunque pensamos que con flotación, esos movimientos se deberían haberse suavizado significativamente”, añadieron desde MegaQM.

Aun con un dólar estable, la presión política y el clima legislativo volvieron al centro de la escena (Cohen Aliados Financieros)

Los expertos de TSA Bursátil definieron que “las elecciones de octubre comienzan a ganar protagonismo, por lo que siempre resulta relevante analizar cuáles podrían ser los resultados a partir de encuestas y estudios sobre los distintos candidatos. Algunos analistas consideran que el círculo virtuoso entre la macro y la aprobación del Gobierno no es menor, ya que se retroalimentan mutuamente y refuerzan la percepción favorable sobre los activos locales”.

“Sobre el catalizador restante -reclasificación a mercado emergente- podría haber novedades este mismo mes, a partir de la Market Classification Review por parte de MSCI, la empresa encargada de diseñar los índices. El levantamiento de las restricciones cambiarias, si bien todavía incompleto, abre la puerta para que el país nuevamente escale en la categorización, lo que podría implicar flujos de inversiones hacia papeles locales. Al respecto, la propia historia de Argentina y estudios de caso resultan de ayuda para evaluar los posicionamientos», añadieron desde TSA Bursátil.

El ministro de Economía, Luis Caputo, junto al presidente Milei.

“La dinámica de las reservas marca el compás al que se mueve la deuda Hard Dollar, que continúa algo ‘pesada’. Además, al igual que en los primeros meses de la presidencia de Milei, el riesgo político empezó a brotar de la mano de la postulación de Cristina Fernández de Kirchner y la media sanción al aumento de jubilaciones», aportó GMA Capital, un panorama cuya dinámica varió en la última semana por la confirmación del fallo contra la ex Presidente.

El reporte del Índice de Condiciones Financieras, elaborado en conjunto por el IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas) y Econviews, observó una “alquimia para aumentar las reservas”, luego de que “a fines de mayo, el Tesoro colocó un bono ‘hard peso’, suscripto en dólares y pagadero en pesos. El BCRA acumuló reservas sin intervenir encima del piso de la banda, una condición que había fijado Milei. Sin embargo, el riesgo país no baja de casi 700 puntos, señal de que el mercado sigue preocupado por que consigan dólares para pagar la deuda. Los números del turismo y el balance cambiario también encienden alertas”.

La baja se acompaña de contracción en el volumen en dólares. por ello aun es posible que el mercado revierta la tendencia (Ullúa)

Alejo Costa, Head of Economics Research & Strategy de Max Capital, expresó que “un tipo de cambio estable, favorecido por ingresos estacionales de la cosecha y probablemente por intervención del BCRA en futuros, junto con algunas reducciones impositivas -como en celulares y otros electrónicos-, contribuyeron a la baja inflación de bienes”, por cuanto “la tendencia desinflacionaria parece estar avanzando más rápido de lo anticipado”.

“Creemos que esto se debe principalmente al ajuste fiscal en curso, pero también a la política cambiaria y a la baja de aranceles a las importaciones”, afirmó Costa. “Los datos de inflación de mayo y junio probablemente se mantendrán favorables, aunque esperamos que en la segunda mitad del año resurjan ciertas presiones inflacionarias por un tipo de cambio más débil, devolviendo parte de los avances”, completó.