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El conflicto entre gremios y cámaras empresarias que demora el inicio de la temporada del langostino, la especie de pesca que más dólares aporta a la Argentina, se prolonga. Cámaras empresarias y sindicatos de marinería se reunieron en la Secretaría de Trabajo: el único acuerdo fue formar una “Mesa Técnica” a partir de la próxima semana. He aquí cinco claves del conflicto más importante de un sector atravesado de conflictos:

1. La especie que más se exporta.

El langostino, en sus distintas formas (colas de langostino y langostino entero, fresco o congelado, por tamaño: L1, L2 ó L3) es la especie del Mar Argentina que más se exporta: aporta entre USD 1.000 y USD 1.200 millones anuales, cerca de la mitad de las exportaciones del sector. El langostino “entero congelado”, que buques “congeladores” pescan y alistan en cajas de dos kilos listas para exportar, explica cerca del 60% de las exportaciones de langostino y un cuarto de las exportaciones totales de pesca. El resto de la captura se hace en buques “fresqueros” y se procesa en frigoríficos pesqueros en tierra.

2. Reunión en Trabajo

El jueves se reunieron en la cartera laboral representantes de las 3 cámaras que agrupan a las empresas langostineras (Capeca, Capip y Cepa) y dos sindicatos de marinería, SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos) y Simape (Sindicato Marítimo de Pescadores), que agrupa a la marinería que trabaja en el puerto de Mar del Plata. La “cadena langostinera” abarca unos 46.000 empleos directos.

La reunión fue encabezada por la subsecretaria de Trabajo, Claudia Testa, pero no hubo acuerdo: SOMU y Simape no aceptan la propuesta empresaria de reducir 30% los “premios de producción”, que forma el grueso del ingreso de los marineros. Las empresas dicen que en las condiciones actuales pierden dinero en cada “marea” (salida de pesca, que entre inicio y regreso a puerto insume entre 8 y 10 días).

Desde el 17 de marzo, cuando se abrió la temporada, que inicialmente se hace en áreas limitadas y de menor productividad, hay 113 barcos congeladores y fresqueros amarrados en los puertos. Estiman que desde entonces se perdieron entre 10.000 y 20.000 toneladas de captura, equivalentes a USD 50 a USD 100 millones de exportaciones, amén de aportes al fisco e ingresos de los trabajadores. La novedad de la reunión fue que SOMU y Simape pidieron que de la “Mesa Técnica” participen también los gremios de maquinistas y patrones y capitanes, que completan la tripulación de un buque.

3. Qué dicen las empresas

Alegan que los “ítems de producción” que pagan a los marineros se basan en un acuerdo de 2005, cuando el precio internacional del langostino era de 12 dólares el kilo, pero ahora es de USD 5 el kilo y que los costos laborales, que históricamente promediaron el 30% del costo por “marea”, subieron al 60%, con lo cual las empresas pierden dinero.

Las Cámaras pesqueras pidieron a Trabajo reducir el 30% los costos laborales mediante la incorporación del sueldo básico a la producción durante la temporada de pesca (5 a 7 meses), amén de modificar el cálculo del aguinaldo y la incapacidad laboral temporal.

El langostino es la principal especie de exportación del Mar Argentino: aporta entre USD 1.000 y 1.200 millones anuales (Adobe Stock)

Dicen que “readecuar” partes del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) vigente, permitiría recuperar competitividad, sin necesidad de denunciarlo y tener que negociar uno nuevo. Lo más importante, dicen, es retocar el premio por producción, vinculado a un precio del langostino de USD 12 , cuando hoy es de USD 5 el kilo.

El impacto de la readecuación propuesta, dice el documento, recaería “sobre salarios que, en la base de su escala, significan $86,4 millones brutos anuales”, en términos mensuales superan en más de 5 veces la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) y equivalen a 7 veces la Canasta Básica Total, que mide la línea de pobreza. Se trata de trabajadores, dice el documento, en el 5% superior del percentil de ingresos de la pirámide social argentina y resulta –enfatiza- “de un promedio de entre 5 y 7 meses de trabajo efectivo anual”.

4. Qué dicen los gremios

Tanto el SOMU, encabezado por Raúl Durdos, ligado a la familia Moyano, como el Simape, encabezado por Raúl Trueba, que representa a la marinería marplatense, acusan a las empresas de realizar un lock-out patronal y buscar “extorsionar” a gremios y trabajadores.

Los gremios rechazaron firmemente hasta ahora los números que esgrimen las cámaras empresarias. Dicen que el costo de la marinería en un buque “tangonero” (especializado en la pesca de langostino) representa solo el 18% del costo total, mucho menos del 60% que dicen las empresas. En un comunicado, el SOMU señaló que no se conoce ningún balance de empresas pesqueras que justifique la presunta crisis. Si pierden dinero, han llegado a decir los gremios, por qué las empresas no inician un procedimiento preventivo de crisis.

5. Se inicia la etapa más difícil

La pesca de langostino “en aguas nacionales” iniciada el 17 de marzo pasado excluye las áreas de “veda de juveniles de merluza”.

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La temporada de mayor captura suele empezar a fines de mayo. Antes debe hacerse una “prospección” para que el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) evalúe el estado de la “biomasa” y fije áreas y límites de captura.

Los sindicatos apostaban a que, para esta época, las empresas finalmente cedieran, pero no ocurrió así. Por primera vez en la historia, para esta fecha no se inició la campaña principal de pesca de langostinos, a pesar que los sindicatos lograron que el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y el SOMU, se reúnan con el secretario de Pesca de la Nación, Antonio López Cazorla, para apurar prospección, sin ningún resultado.

Solo dos buques privados se ofrecieron para la prospección, con lo cual esta no puede hacerse. La temporada fuerte en “aguas nacionales” se demorará, en el mejor de los casos, un par de semanas más, si es que se reúnen al menos cuatro buques para hacer la prospección y cámaras y sindicatos logran, en la “Mesa Técnica” encabezada por la Secretaría de Trabajo, un acuerdo que permita empezar la campaña de la especie pesquera que más dólares aporta a la Argentina.

Hasta ahora, los sindicatos apostaron a que las empresas aflojarían con el inicio de la parte más importante de la zafra, y las empresas, a que los sindicatos se verían forzados por las bases a negociar, pues no salir a pescar implica que solo cobran los básicos y no los “ítems de producción”, la parte gruesa de sus ingresos.

Las apuestas son cada vez más altas, y el tiempo, cada vez más limitado.