Durante meses, la acera de Roscoe Village en Chicago fue centro de atención debido a una extraña huella marcada en el concreto. Muchos turistas y vecinos comenzaron a especular sobre su origen, creyendo que se trataba de una marca dejada por una rata gigante.
Esta sospecha animó homenajes insólitos y alimentó la curiosidad entre residentes y visitantes, quienes convirtieron el lugar en un punto de reunión lleno de monedas, flores y estatuillas dedicadas al misterioso animal.
La historia cobró fuerza en redes sociales cuando el comediante Winslow Dumaine compartió una imagen de la huella en internet y la describió como “una mancha de rata perfecta”, evocando las clásicas escenas de los Looney Tunes, explicó a Newsweek. El posteo desató reacciones y visitas masivas, y el fragmento de pavimento —llamado popularmente Splatatouille— se transformó en un ícono local. Las autoridades terminaron por retirar la losa, que fue trasladada al Ayuntamiento como parte de la memoria colectiva del vecindario.
El rigor científico entra en escena
Pese a la popularidad y el revuelo generado por la huella, nadie había realizado un estudio formal que despejara el misterio. Esto cambió con la publicación de una investigación, llevada a cabo por especialistas de la Universidad de Tennessee y el Instituto de Tecnología de Nueva York y publicada en Biology Letters, con amplia difusión en Newsweek.
El grupo de científicos analizó fotografías detalladas de la marca y midió meticulosamente diversas características: la longitud del hocico, la extensión de la cola, el tamaño relativo de las patas y el ancho de la cabeza. Estos datos fueron comparados con ejemplares de museo pertenecientes a ocho especies de roedores que habitan la región, como ratas pardas, ratones y varias especies de ardillas. Buscaban establecer con precisión qué animal era el responsable de la singular impresión.
El análisis concluyó que existía una probabilidad del 98,67% de que la huella perteneciera al género Sciurus, que incluye a las ardillas grises orientales y a las ardillas zorro. Debido a que la ardilla gris oriental abunda en los barrios de Chicago, los investigadores indicaron que este animal era el responsable más probable de la marca, aseguró Newsweek.
¿Cómo puede una ardilla dejar semejante huella?
La investigación también abordó el modo en que la ardilla pudo dejar su impronta en el cemento fresco. Seth Magle, director del Instituto de Vida Silvestre Urbana del Zoológico Lincoln Park, explicó a Newsweek que el concreto comúnmente se vierte durante el día, horario de mayor actividad para las ardillas, mientras que las ratas suelen ser nocturnas y evitan exponerse a plena luz.
Además, no se detectaron huellas de aproximación o salida en el lugar, lo que indica que el animal habría caído desde lo alto, probablemente tras un salto fallido o un resbalón desde alguna rama próxima.
Los autores del estudio interpretaron que la huella tan bien definida corresponde a una caída accidental que dejó la impresión corporal casi perfecta de la ardilla sobre el cemento aún húmedo. Estos detalles reforzaron la hipótesis y ayudaron a descartar definitivamente la teoría de la rata gigante.
De mito popular a caso paradigmático de ciencia ciudadana
Más allá de la resolución del misterio, los investigadores propusieron rebautizar la huella como la “Ardilla de la acera de la Ciudad del Viento”, y destacaron que este caso demuestra cómo fenómenos aparentemente triviales pueden ser motivo de atención científica.
El llamado “agujero de rata de Chicago” movilizó no solo a una comunidad, sino a miles de usuarios en internet y, finalmente, a expertos científicos, evidenciando el valor de la curiosidad colectiva y el poder de la ciencia para esclarecer hechos cotidianos.
Los autores del trabajo resaltaron que la base de toda investigación científica reside en la curiosidad y la observación metódica. La historia de la huella en Roscoe Village celebra la idea de que incluso los enigmas más extraños pueden resolverse cuando predomina el rigor y la voluntad de comprender el mundo que nos rodea. Hoy, la que fuera señal de una supuesta rata gigante es reconocida oficialmente como la impronta de una ardilla que, accidentalmente, marcó para siempre la memoria urbana de Chicago.