
Un equipo de la Universidad Miguel Hernández (UMH) en Alicante, España, anunció el desarrollo de la molécula MCH11 para reducir el consumo de alcohol. El descubrimiento, realizado tras cuatro años de investigación en el Instituto de Neurociencias, se probó en ratones de laboratorio.
El tratamiento actúa sobre el sistema endocannabinoide y varía su eficacia según el sexo de los animales. Esto podría abrir nuevas alternativas contra el alcoholismo.

El alcoholismo sigue causando la muerte de 2,6 millones de personas por año en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la franja de jóvenes de 15 a 19 años, el 23,5% consume alcohol habitualmente, alcanzando en Europa tasas superiores al 45%.
Las terapias actuales, tanto psicosociales como farmacológicas, enfrentan serias limitaciones: el 70% de los pacientes recae en el primer año de tratamiento, mostrando el desafío que implica abordar esta adicción.

En ese contexto, el equipo de la UMH trabaja con terapias experimentales focalizadas en el sistema endocannabinoide, un regulador de funciones esenciales como la motivación y el control emocional.
Los investigadores identificaron que personas con adicción presentan bajos niveles de la molécula 2-AG, lo que dificulta la sensación de bienestar y el control del impulso al beber. Por este motivo, diseñaron y probaron MCH11, orientada a aumentar la disponibilidad de 2-AG en el cerebro.

El avance experimental y los resultados diferenciados
Según National Geographic, la molécula MCH11 fue probada durante cuatro años en ratones. El equipo comprobó que el compuesto disminuye la necesidad de consumir alcohol y modera los síntomas de abstinencia, sin afectar la función motora ni la cognitiva.
El catedrático Jorge Manzanares, al frente del estudio, explicó que MCH11 también presentó propiedades ansiolíticas y antidepresivas durante el ensayo, corrigiendo alteraciones genéticas que el consumo excesivo de etanol había provocado en los animales.

El tratamiento mostró eficacia en ratones de ambos sexos, aunque las hembras necesitaron dosis superiores para obtener resultados comparables a los machos.
Además, al combinar la molécula con topiramato —un fármaco aprobado en tratamientos para el alcoholismo—, los efectos positivos se potenciaron y el equilibrio emocional se fortaleció. Esta diferencia abre la puerta a estrategias personalizadas en función del sexo.

A nivel conductual, los ratones sometidos a MCH11 redujeron el consumo de alcohol y la aparición de síntomas asociados a la dependencia.
Los estudios realizados mediante análisis PCR confirmaron que el tratamiento restauró parámetros genéticos centrales en el bienestar y el autocontrol, según el equipo del Instituto de Neurociencias de la UMH.

Perspectivas para futuros tratamientos
De acuerdo con el investigador Abraham Torregrosa, los resultados obtenidos todavía son preliminares y queda un largo recorrido hasta la aplicación clínica en humanos. Sin embargo, el hallazgo supone un avance relevante frente las limitaciones de las terapias actuales, que muchas veces dependen solo de la voluntad del paciente y no logran modificar el impulso fisiológico de consumir.
La investigación sugiere que intervenir químicamente en los sistemas reguladores cerebrales podría modificar el abordaje del alcoholismo. Asimismo, el reconocimiento de diferencias entre sexos invita a diseñar tratamientos personalizados en busca de mayor eficacia y mejoría sostenida.

El descubrimiento impulsa nuevas líneas de investigación y combina innovación farmacológica con el uso de fármacos ya validados, como el topiramato.
El equipo de la UMH reconoce que los próximos años serán clave para trasladar estos resultados del laboratorio a la práctica médica. La validación en modelos animales marca el primer gran paso hacia tratamientos más efectivos contra una adicción que afecta a millones en el mundo.