Los arrecifes de coral del Caribe, que han protegido costas y sustentaron la biodiversidad durante miles de años, afrontan actualmente un futuro incierto. Un equipo internacional de especialistas advirtió que estas formaciones ya no logran crecer al ritmo del aumento del nivel del mar, lo que acentuó la exposición de millones de habitantes y de infraestructuras costeras en la región.
Chris T. Perry, de la Universidad de Exeter, lideró el análisis publicado en la revista Nature junto a colegas de México, Nueva Zelanda, Francia, Japón y Estados Unidos, tras más de 25 años de relevamientos “para comprender las formas en que las comunidades arrecifales están cambiando y cómo esto afecta su capacidad para seguir creciendo”.
Crecimiento desacelerado y erosión inminente
El crecimiento vertical de los arrecifes caribeños se redujo de un promedio histórico de 4 a 5 milímetros anuales a menos de 1 milímetro por año. Esta disminución, según explicaron los autores del estudio, T. Perry, Christopher Cornwall, profesor en Te Herenga Waka y Lorenzo Alvarez-Filip, profesor de Ecología Marina en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM en un articulo en The Conversation, derivó de décadas de sobrepesca, enfermedades y contaminación, intensificadas por el impacto del calentamiento global. Los especialistas advirtieron que “los arrecifes del Caribe están alcanzando un punto donde ya no podrán igualar el ritmo del aumento del nivel del mar. Esto afectará su capacidad de proteger las costas de la energía de las olas, poniendo en riesgo los hábitats cercanos a la costa”.
A partir de proyecciones actualizadas, para 2040 más del 70% de los arrecifes del Caribe registrarían procesos de erosión. Si el calentamiento global supera los 2 °C respecto de los niveles previos a la era industrial, la cifra saltó al 99% para 2100.
El estudio enfatizó el fuerte vínculo entre las emisiones globales y la capacidad de los arrecifes para mantener su elevación. La investigación examinó más de 400 sitios arrecifales actuales y fósiles en el Caribe, con especial foco en zonas de Florida, México y Bonaire. Los registros se compararon con datos históricos y simulaciones climáticas a futuro.
“Históricamente, los arrecifes crecieron hacia arriba a un ritmo capaz de igualar los cambios en el nivel del mar. Nuestro estudio descubrió que el promedio de crecimiento bajó a menos de 1 milímetro por año, sólo un centímetro por década”, resumieron los investigadores.
Las proyecciones bajo los escenarios actuales de políticas y emisiones apuntaron a un incremento global de temperatura de 2,7 °C hacia fin de siglo, lo que llevó a una subida del mar de 8 a 10 milímetros anuales para 2100. Según los modelos difundidos por Nature, hacia 2060 los arrecifes recibirían entre 30 y 40 centímetros de agua adicional por encima de su estructura, y en 2100 esa cifra podría superar los 70 centímetros o alcanzar hasta 1,2 metros bajo trayectorias de altas emisiones.
Protección costera en peligro
El papel de los arrecifes de coral como “rompeolas vivos” perdería efectividad a medida que la profundidad sobre las formaciones aumentó. Esto, advirtieron los equipos de Perry y Alvarez-Filip, derivaría en “más riesgo de inundaciones a lo largo de las costas protegidas por arrecifes y cambios en la hidrodinámica y los ecosistemas cercanos a la costa”.
5,3 millones de personas y activos costeros valorados en más de 100.000 millones de dólares cada década dependen en parte de los servicios de protección que ofrecen los arrecifes, según lo que difundieron los autores.
El estudio precisó que la estructura arrecifal, que antes disipó energía de las olas y limitó daños por tormentas, redujo marcadamente esa función. “Perder la estructura arrecifal significa también perder biodiversidad y exponer las costas a un riesgo creciente”, sostuvieron los especialistas.
El estudio evaluó la viabilidad de la restauración coralina en escala. Los investigadores señalaron avances en pequeños sectores, donde la siembra de corales resistentes o adaptados al calor permitió recuperar cierto crecimiento.
Las estimaciones en Nature subrayaron que “las estrategias de restauración solo podrían atenuar el impacto del aumento del nivel del mar en unos 30 o 40 centímetros, y sólo junto a una fuerte mitigación climática”. El equipo calculó que para reproducir las tasas de crecimiento previas, se necesitaría que el coral Acropora palmata cubriera al menos un 35 al 40% del área o que coral masivo y ramificado ocupara entre un 60 y 70%. Las actuales tasas de cobertura están muy por debajo de estos valores.
El estudio amplió el análisis a ecosistemas ligados a los arrecifes como los manglares y los pastizales marinos, que también brindaron estabilidad costera. La declaración de los investigadores resalta: “Los arrecifes de coral son los canarios en la mina de carbón del clima. Si permitimos que su degradación continúe, no se detendrá ahí. Luego serán las costas, los sistemas alimentarios y las comunidades”.