Dos científicas chinas –Yunqing Jian y Chengxuan Han– seguirán bajo custodia tras ser acusadas de introducir material biológico a Estados Unidos, material presuntamente destinado a la Universidad de Michigan para fines de investigación. El tema ha capturado la atención internacional debido a las implicaciones de seguridad y las tensiones geopolíticas subyacentes relacionadas con el tráfico de biotecnología.
El caso de Chengxuan Han se centra en su reciente detención en el Aeropuerto Metropolitano de Detroit, donde fue arrestada a su llegada en un vuelo desde China. Estudiante de grado avanzado de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, en Wuhan, Han planeaba pasar un año completando un proyecto en un laboratorio de la Universidad de Michigan. Se le imputa el envío de material biológico relacionado con gusanos, sin los permisos gubernamentales necesarios para dicho traslado internacional. El FBI declaró que este material fue interceptado, y aunque carece de los permisos, expertos indicaron a The Associated Press que no representa una amenaza significativa desde un punto de vista biológico.
Por otro lado, Yunqing Jian está acusada de un delito distinto, vinculado al Fusarium graminearum, un hongo conocido por su capacidad de dañar cultivos y por sus efectos en la salud, tanto animal como humana, al ser apodado “vomitoxina”. Este hongo ya está presente en partes de Estados Unidos y ha sido estudiado durante décadas debido a los síntomas que puede causar, que incluyen vómitos, fiebre y dolor abdominal. Según el FBI, Jian conspiró con su novio, Zunyong Liu, para introducir este hongo en el país. Liu fue detenido previamente en el aeropuerto de Detroit en julio y deportado a China tras el hallazgo de material vegetal en su mochila. Las comunicaciones entre Jian y Liu en 2024, aseguraron las autoridades, sugieren que Jian ya manipulaba el hongo en el laboratorio antes de la detención de Liu.
Durante las comparecencias en el tribunal de Detroit, ambas científicas renunciaron a su derecho a una audiencia para impugnar la solicitud del gobierno de mantenerlas bajo custodia, mientras los casos siguen su curso. La abogada de Han, Sara Garber, mencionó ante el tribunal que la situación es compleja y está en desarrollo, pero no ofreció comentarios adicionales al respecto.
Mientras tanto, la Universidad de Michigan intenta distanciarse de las acusaciones, asegurando que no ha estado involucrada en actividades ilícitas ni ha recibido financiamiento del gobierno chino relacionado con el trabajo de Jian, Han o Liu. La universidad emitió un comunicado expresando su firme condena a cualquier acción que pueda poner en riesgo la seguridad nacional o los objetivos educativos de la institución.
Este caso resalta la importancia de los estrictos protocolos internacionales para el transporte y manipulación de materiales biológicos, que buscan evitar escenarios donde agentes potencialmente dañinos puedan cruzar fronteras sin el control adecuado. Investigadores de todo el mundo transportan plantas, animales y cepas de hongos con fines de estudio, pero deben adherirse a normativas que requieren permisos específicos antes de cualquier movimiento de este tipo, tanto entre estados como internacionalmente.
La situación subraya las complejidades del intercambio científico internacional, donde la colaboración puede facilitar grandes avances, pero también enfrentar desafíos regulatorios y de seguridad. Asimismo, refleja las tensiones y sospechas a menudo presentes en la cooperación científica global, especialmente entre países con relaciones diplomáticas delicadas como China y Estados Unidos.
(Con información de AP)